Atl¨¦tico-Athletic, fiesta familiar en Bucarest
Mayor¨ªa vizca¨ªna: acudir¨¢n 13.000 leones por 10.000 colchoneros

Bucarest est¨¢ a 2.481 kil¨®metros de Madrid y a 2.322 de Bilbao; en l¨ªnea recta, que no es plan de dar rodeos porque, aunque se esperan 23 grados a la hora del partido, no se descarta que llueva. All¨ª disputar¨¢n la final de la Europa League? dos familiares, Atl¨¦tico y Athletic, una fiesta rojiblanca con matices. Los que ha provocado la UEFA con su absurdo reparto de entradas: en un estadio para 52.000 espectadores, s¨®lo se esperan 23.000 hinchas de los implicados (10.000 colchoneros y 13.000 leones). Un sinsentido.
En fin, volvamos a la fiesta. Hace dos a?os, el Atleti era el Athletic, el club hist¨®rico que regresaba a una final europea tras mucho tiempo. Los madrile?os tardaron 24 a?os, desde la Recopa contra el D¨ªnamo de Kiev en el 86; los vizca¨ªnos han esperado 35, desde la UEFA del 77 ante la Juve. Pero han llegado a lo grande. Deslumbrando en Old Trafford y seduciendo a Europa con el modelo Bielsa. Si en toda final hay un favorito mayoritario para el espectador neutral, el de hoy parece ser el Athletic.
Esto no altera al Atleti, que disfruta de una felicidad m¨¢s calmada tras un torneo implacable: once victorias seguidas para llegar a la final. Aquel triunfo sobre el Fulham acab¨® con la ansiedad acumulada y, aunque fiel a su naturaleza inestable ning¨²n titular en Hamburgo repetir¨¢ hoy, espera que esa experiencia juegue a su favor.
Simeone no inventar¨¢. Mismo punto flojo: un doble pivote, Gabi y Mario, justito de f¨²tbol. Misma inc¨®gnita: God¨ªn y Miranda a bal¨®n parado. Y mismas virtudes: sus notables laterales, Juanfran y Filipe, y su sobresaliente ataque. Diego es el cerebro; Arda, el ingenio; Adri¨¢n, el desequilibrio, y Falcao, la pegada. No le falta de nada.
Tampoco a Bielsa, en realidad, que ha encontrado en la plantilla del Athletic el laboratorio id¨®neo para trabajar su modelo. J¨®venes brillantes que a¨²n est¨¢n dispuestos a aprender a cualquier precio. El precio es una intensidad desmesurada. El premio, un equipo admirable y reconocible cuando gana y cuando pierde. Llorente centra merecidamente las miradas, pero las temporadas de Muniain, De Marcos, Herrera, Iraola y Javi Mart¨ªnez (opositando al puesto de Puyol en la Euro) son tambi¨¦n para enmarcar.
En la Liga, cada uno fue claramente superior en su estadio. El desempate en campo neutral se antoja fabuloso. Europa observa. Que gane el mejor.