Copa del Rey | Mallorca 6 - Real Sociedad 1
El Mallorca destroza a la Real en siete minutos 谷picos
Los de Caparr車s dieron la vuelta al tanto de Ifr芍n con cuatro goles antes del descanso. Zubikarai pec車 de confianza y err車 gravemente en el cuarto gol bermell車n.

Dicen que las sensaciones fuertes son dif赤ciles de retener en la memoria, que la emoci車n del momento impide que nuestro cerebro se impregne de esos recuerdos. Qu谷 suerte tienen los aficionados y jugadores del Mallorca, que podr芍n ver en v赤deo una y otra vez siete minutos que ya son historia del club.
Siete minutos en los que un Mallorca eliminado y desahuciado se levant車 a base de ganas, de coraje y le endos車 cuatro goles a una perpleja Real Sociedad que daban la vuelta a una eliminatoria de la que ten赤an los dos pies fuera. Y siete minutos que acabaron con un grav赤simo error de Zubikarai que el portero realista tardar芍 en olvidar.
A pesar de la dificultad por el resultado de la ida, el Mallorca sali車 con ganas de 谷pica. En los primeros diez minutos convirti車 el 芍rea donostiarra en territorio ocupado. Asediaban los bermellones y en un par de ocasiones hicieron temblar la comodidad de la renta que los de Montanier se trajeron de Anoeta.
Pina y Hemed fueron aspirantes a ser el primer h谷roe de la noche, pero sus respectivos remates salieron rozando el palo y la Real aprovech車 el repliegue balear para realizar un ataque rel芍mpago, dise?ado por De la Bella y ejecutado por Ifr芍n, que derrib車 el muro defensivo de los hombres de Caparr車s.
Era el minuto 15, el Mallorca estaba tres goles abajo en la eliminatoria y su p迆blico inundaba con silbidos los t赤mpanos de sus jugadores. Con ansiedad en el juego y nervios en el rostro, no parec赤a haber en los libros de historia estrategia para dar la vuelta a semejante cat芍strofe.
Cuatro goles para el recuerdo
Pero en esos momentos en los que el coraz車n late m芍s deprisa de lo que piensa el cerebro, surgen las grandes historias. Chori Castro se encontr車 con una falta en el borde del 芍rea, con un agujero en la trinchera vasca, y por 谷l col車 el lanzamiento. Por la escuadra de la porter赤a de Zubikarai.
Empataba el partido, ganaba una batalla, pero la guerra, la eliminatoria, segu赤a siendo poco m芍s que el espejismo de un oasis en medio del desierto. Y el Mallorca, desoyendo el sentido com迆n, se lanz車 a por el agua como si no hubiese ma?ana.
Fueron siete minutos espectaculares. Cuatro goles, cuatro escenas consecutivas de las que hacen que el p迆blico se estremezca en una sala de cine y recuerde la pel赤cula para siempre. Eso har芍n los espectadores del Iberostar Estadio. Sin tiempo para so?ar con el gol de Castro, un zapatazo de Hemed desde la frontal despertaba a la afici車n. La remontada era posible.
Y tanto que era, debi車 pensar Nunes, cuando cabece車 con violencia el tercer gol al fondo de las mallas. Tres goles en cuatro minutos. Y lo que ya era un sue?o para el Mallorca se convirti車 en pesadilla para un hombre.
El guardameta donostiarra, Zubikarai, fue el contrapunto a la heroica remontada bermellona. El portero de la Real cometi車 el pecado capital para el encargado de guardar la meta de un equipo. Descuidar su retaguardia. Solt車 el bal車n dentro del 芍rea, quiso respirar, ganar un par de segundos para darle a su equipo el aire que le hac赤a falta. Pero se qued車 seco cuando Castro apareci車 de la nada, le rob車 el bal車n y marc車 a puerta vac赤a.
Lo que en el minuto 30 parec赤a un milagro, se hab赤a consumado. El Mallorca se iba al descanso clasificado, euf車rico. Los jugadores realistas, aturdidos y sin explicaci車n para lo que acababa de suceder desfilaban hacia el vestuario como un ej谷rcito derrotado, desbordado por un rival que estaba derrotado y que s迆bitamente les ten赤a contra las cuerdas.
Puntilla mallorquinista tras la reanudaci車n
La segunda parte fue la continuaci車n l車gica de la locura del primer tiempo. La Real segu赤a sin reaccionar, con la sangre congelada en sus venas, mientras el Mallorca manten赤a la tensi車n de saber que estaba haciendo algo hist車rico y que a迆n no alcanzaba a conocer en su totalidad.
Unos gigantes con la moral por las nubes contra unas sombras desmotivadas, que no eran capaces de soportar ni el peso de la camiseta que vest赤an. Lo normal era que la goleada fuese a m芍s y as赤 ocurri車. Ni diez minutos pasaron antes de que Alfaro colocase, de cabeza, el quinto en las mallas de Zubikarai, que se iba haciendo peque?o con cada gol.
A迆n le quedar赤a otro disgusto m芍s al guardameta, el sexto, obra de Hemed. Silencio sepulcral, miradas al suelo y caras de no comprender a迆n lo que se les hab赤a venido encima. En el bando bermell車n, todo lo contrario. Se sab赤an h谷roes, ya inscritos en la memoria colectiva de una afici車n que tardar芍 mucho tiempo en olvidar esos siete minutos de delirio que llevaron a un Mallorca eliminado a pasar a cuartos de final y a la historia de la Copa del Rey.