25 a?os del d¨ªa en que Miguel Indurain colg¨® la bicicleta
Este dos de enero se cumplen 25 a?os desde que el pentacampe¨®n del Tour de Francia anunciase su retirada como profesional tras su abandono en La Vuelta de 1996.

"Hoy, 2 de enero de 1997, quiero anunciar p¨²blicamente mi retirada del ciclismo. Sab¨ªa que era un momento que ten¨ªa que llegar y ha llegado". Con estas frases, Miguel Indurain, en una fr¨ªa ma?ana de Pamplona, anunciaba hace veinticinco a?os que se bajaba de la bicicleta.
Despu¨¦s del brindis por el nuevo a?o, y seguramente con posibilidades de seguir ampliando su extenso palmar¨¦s, Indurain eligi¨® para su retirada un 2 de enero, el mismo d¨ªa que otro mito, Fausto Coppi, hab¨ªa muerto en 1960.
El ciclista navarro, en ese momento con 32 a?os, eligi¨® para su despedida una sala de un hotel de Pamplona con capacidad para ochenta personas, un aforo que se qued¨® peque?o ante la expectaci¨®n que generaba cada paso que daba.
Indurain lleg¨® al hotel escoltado por la polic¨ªa y, con un tono sobrio, ley¨® un comunicado que hab¨ªa redactado junto a su mujer, Marisa, para poner fin a su carrera como ciclista tras doce a?os repletos de ¨¦xitos con una despedida de perfil bajo, totalmente opuesta a las gestas que protagoniz¨® sobre la bicicleta y que le hab¨ªan convertido en el mejor ciclista espa?ol de todos los tiempos.
La decisi¨®n de su despedida se produjo tras convertirse en 1996 en campe¨®n ol¨ªmpico de contrarreloj en Atlanta (Estados Unidos), pero con los sinsabores del und¨¦cimo puesto en el Tour de Francia y, sobre todo, la retirada en la decimotercera etapa de la Vuelta a Espa?a, una carrera que nunca gan¨®.
En esa Vuelta a Espa?a, camino de los Lagos de Covadonga, Indurain abandon¨® enfermo. Tambi¨¦n cansado por el desgaste de la temporada y porque la promesa del manager general de Banesto, Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, de liberarlo de esa carrera no se cumpli¨®. Prim¨® la imposici¨®n de los directivos de la entidad bancaria, frustrados por no ver levantar los brazos al navarro ese a?o por sexta vez en los Campos El¨ªseos.
Esa quiz¨¢ fue la gota que colm¨® el vaso que comenz¨® a resquebrajarse el 15 de octubre de 1995, cuando Indurain no pudo batir en la ciudad colombiana de Bogot¨¢ el r¨¦cord de la hora que ostentaba el suizo Tony Rominger. Ese intento frustrado hizo mella en la relaci¨®n entre el navarro y Banesto y cuyas consecuencias saldr¨ªan a relucir en varias ocasiones al siguiente a?o.
El club de los cinco
La leyenda de Miguel Indurain siempre estar¨¢ ligada al Tour de Francia por sus cinco victorias consecutivas entre 1991 y 1995, una gesta que le igual¨® a los franceses Jacques Anquetil y Bernard Hinault y el belga Eddy Merckx, aunque ninguno de ellos gan¨® los cinco de manera seguida.
El dominio de Indur¨¢in en el Tour fue contundente en ese lustro entre 1991 y 1995. El poder¨ªo mostrado en la contrarreloj y estar con los mejores en la monta?a, aunque siempre a su ritmo, a veces insoportable, fueron las claves para su liderazgo en la ronda gala.
Ese idilio con el Tour no lo encontr¨® en ninguna otra carrera. El Giro de Italia lo gan¨® dos veces (1992 y 1993) y subi¨® al tercer caj¨®n del podio en su ¨²ltima participaci¨®n (1994). En la Vuelta a Espa?a, de las ocho veces que particip¨®, solo sali¨® en la foto del podio en 1991 con un segundo puesto.
El palmar¨¦s de Indurain tambi¨¦n luce dos victorias en la Par¨ªs-Niza, tres Voltas a Catalu?a, dos Criterium del Dauphin¨¦, una Cl¨¢sica San Sebasti¨¢n, un Campeonato de Espa?a en ruta, un Mundial de contrarreloj y un subcampeonato mundial de ruta.
Un palmar¨¦s ¨²nico para un ciclista ¨²nico. Siempre quedar¨¢ la duda de si lo ocurrido en el Tour de 1996 fue el s¨ªntoma de que su carrera iba a menos y la retirada fue un acierto o si por el contrario era solo un aviso por desgaste que le har¨ªa volver a destapar su mejor versi¨®n ciclista para volver a ganar. En cualquier caso, Indurain decidi¨® despedirse con esa media sonrisa con la que siempre atend¨ªa a sus seguidores, pasando una fr¨ªa ma?ana del 2 de enero de 1997 de ciclista a mito.