Mordisco de Nibali
Purito se hunde y Mosquera resiste a s¨®lo 38s del italiano

Ser¨¢ bueno empezar por pedir disculpas a Ezequiel Mosquera. Desde el principio de la Vuelta le tuvimos por un actor secundario; entra?able, pero secundario. Dimos por hecho que su pelea ser¨ªa el podio y que por all¨ª rondar¨ªa mientras buscaba una etapa. Le hicimos un hueco en la grupeta de los mejores, pero le alejamos de la victoria final. Nos cegamos con el volc¨¢n de Purito y olvidamos a este gallego con retranca, veterano de mil batallas al que por fin toca ganar una.
Sinceras disculpas, se?or Mosquera. Desde hoy mismo nos ponemos en sus manos para ganar esta Vuelta que ayer cre¨ªmos perdida hasta que observamos sus tiempos. As¨ª fue. Mientras Purito se hund¨ªa en un oc¨¦ano de minutos (acab¨® la crono en el puesto 105, a 4:18 de Nibali), el reloj de Mosquera apenas acumulaba retraso. A los 15 kil¨®metros igualaba el crono de Nibali, si bien es cierto que el italiano hab¨ªa pinchado poco antes. El m¨¦rito fue resistir despu¨¦s, ceder 12 segundos en el kil¨®metro 31 y 18 en meta.
La buena noticia es que Ezequiel Mosquera se queda a s¨®lo 38 segundos del nuevo l¨ªder, el tibur¨®n italiano. La esperanza es que esa distancia resulta casi insignificante si tenemos en cuenta la formidable etapa que se librar¨¢ el pr¨®ximo s¨¢bado en la Bola del Mundo.
Y no hablo de o¨ªdo. Ayer mismo este humilde cronista atac¨® la cumbre serrana con el inconsciente entusiasmo del globero. Les dir¨¦ que descabalgu¨¦ dos veces y que reclam¨¦, sin ¨¦xito, un piolet. Pero las vacas circundantes son poco sensibles a las necesidades del forastero. Tampoco atienden los saltamontes, ni los escarabajos irisados (la lentitud extrema permite disfrutar de fauna y flora).
Ya en serio: la Bola es una trampa vertical, una emboscada con el suelo de cemento, una crueldad extrema que no encuentra comparaci¨®n en su desnivel ni con el Angliru ni con el Zoncol¨¢n, por citar dos monstruos. Y si la ascensi¨®n ya resulta terrible en condiciones normales, con lluvia pueden ser hom¨¦rica.
Pero no adelantemos acontecimientos. Lo de ayer volvi¨® a demostrarnos que el ciclismo, como deporte que exprime al l¨ªmite los cuerpos, esconde una sorpresa en cada curva. No esper¨¢bamos semejante desplome de Purito (aunque volver¨¢) ni previmos la maravillosa eclosi¨®n de Peter Velits, ganador de la etapa y ahora tercero en la general. La Vuelta sigue siendo un magn¨ªfico lugar para descubrir estrellas. El esloveno (25 a?os) se hab¨ªa pasado la temporada en blanco y, tras proclamarse campe¨®n mundial Sub-23, apenas hab¨ªa dado se?ales de vida. Hasta ayer.
Sin perd¨®n. La crono nos dej¨®, asimismo, a dos ciclistas a las puertas del indulto. Menchov fue segundo en su primera actuaci¨®n notable y Cancellara intent¨® demostrar que la vida loca es compatible con el rendimiento deportivo. No lo consigui¨®.
Lo dem¨¢s es resaca que se confundir¨¢ con la etapa de hoy, amenazada por el viento. Sigue la fiesta. O el drama. Seg¨²n se mire.