Luka Doncic y la ley del m¨¢s fuerte
Muy buen triunfo de los Mavericks ante unos Warriors que se hunden sin Draymond Green. P¨¦simo final de Stephen Curry y otro partidazo de un Luka Doncic iluminado: 41+10+9.


Los Mavericks siguen ganando. Siguen siendo s¨®lidos, siguen pareciendo mejores que muchos de los mejores equipos de la NBA. A estas alturas, m¨¢s cerca de los playoffs que el ecuador de la temporada, lo que ves es lo que hay. No hay demasiado lugar para el asterisco, no desde luego de trazo grueso: los Mavericks son un muy buen equipo, Jason Kidd ha silenciado por ahora a todos los que cre¨ªamos que su fichaje era una apuesta arriesgada (y eso por decirlo suavemente) y hasta la llegada de Spencer Dinwiddie, que parec¨ªa un juguete caro y desgastado que iba a quedar desparramado por la habitaci¨®n, est¨¢ pareciendo un movimiento ¨®ptimo.
La ¨²ltima prueba de todo esto, un manual de buena salud, fue el triunfo (122-113) contra unos Warriors en din¨¢mica contraria, cada vez m¨¢s desdibujados, con menos pinta de s¨²per aspirante. Un equipo que estaba 29-7 cuando comenz¨® el ¨²ltimo partido hasta ahora de Draymond Green, el 5 de enero. Hace casi dos meses y los Warriors est¨¢n, regreso de Klay Thompson incluido, 43-20. Han perdido siete de sus ¨²ltimos nueve encuentros, enlazan tres derrotas por primera vez en el curso y hace ya tiempo que perdieron de vista a los Suns y solo est¨¢n pendientes de unos Grizzlies que les pisan los talones (casi en empate t¨¦cnico) y unos Jazz que se acercan: ahora a tres partidos que no parecen insalvables. No si no vuelve pronto Green. Detr¨¢s de los Jazz est¨¢n los Mavericks: 38-25, lejos del play in, bien situados en el quinto puesto del Oeste y a dos partidos, por si acaso, de unos Jazz otra vez estabilizados.
Hay muchas formas de comparar el gran momento de los Mavs y el estado de pesimismo en el que se han instalado los Warriors. Pero es inevitable, aunque no todo se reduzca a eso, no poner frente a frente a Stephen Curry y Luka Doncic. El primero comenz¨® el curso iluminado, en un trance hermoso; bati¨® el r¨¦cord de triples de Ray Allen, se subi¨® a la primera ola por el MVP¡ y empez¨® despu¨¦s a caer, no sabemos hasta qu¨¦ punto por la ausencia del blindaje que supone, en lo deportivo y en lo emocional, Draymond Green. Su nivel es, desde hace demasiado tiempo, mundano. Sin sus rachas m¨¢gicas, sin una punter¨ªa especialmente afinada, sin gobierno en los partidos. Para recalcarlo, esta vez termin¨® con 21 puntos y 9 asistencias¡ pero ni tir¨® a canasta en un ¨²ltimo cuarto que jug¨® entero. Es la tercera vez en toda su carrera que disputa un parcial completo sin lanzar, la primera vez que le pasa en el definitivo.
En el otro lado, Luka Doncic jug¨® con el aire de superioridad y gobierno del juego que expresa en pista desde hace semanas. Al contrario que Curry, empez¨® el curso perdido y sin tono f¨ªsico y ha tenido despu¨¦s una crecida fabulosa. Tanto que est¨¢ en, seguramente, el mejor momento de su carrera tras cerrar un febrero m¨¢gico como Jugador del Mes en el Oeste (34,7 puntos, 10,8 rebotes, 8,8 asistencias, 41% en triples). Contra los Warriors acab¨® en 41+10+9 con un 15/26 en tiros y, otra vez, sensaci¨®n de control total de las operaciones, aroma a mejor jugador en pista incluso para el aficionado m¨¢s casual, el que solo mira de reojo a la televisi¨®n. Superior.
Doncic inclin¨® el partido en un primer cuarto de f¨¢bula en el que sum¨® 19 puntos, 5 rebotes y 2 asistencias por (38-27 para su equipo) solo 9 puntos entre Curry y un Klay Thompson que estuvo perdido (16 puntos, 6/17 en tiros) y asumi¨® responsabilidades tras la derrota. Secundarios como Jordan Poole (23 puntos) y el rookie Moses Moody (13, todos en el ¨²ltimo cuarto) ayudaron a convertir un 71-54 en el 104-104 al que se lleg¨® con los Mavs confundidos y enfadados con los ¨¢rbitros por un 0-6 abierto desde una p¨¦rdida que debi¨® ser rebote ofensivo y posesi¨®n. Con la madurez que en otros momentos les faltaba, los texanos supieron volver a ganar el partido y amarrar una victoria en la que tuvo mucho que ver, otra vez, Spencer Dinwiddie. Espl¨¦ndido en un su rol (17 puntos, 7 asistencias) al frente de la segunda unidad o al lado de Doncic, otra vez a costa de un Brunson que se qued¨® en el banquillo cuando Kidd opt¨® por mantener en los minutos trascendentales a un Dwight Powell que estaba haciendo mucha labor. Esa variante a grande cont¨® con el apoyo en las alas de Finney-Smith y Bullock (32 puntos entre los dos) en un final de r¨²brica colectiva, con todos aportando.
Doncic brilla ahora mismo con una luz incuestionable, cegadora. Pero detr¨¢s hay un muy buen equipo, un bloque muy s¨®lido y con una direcci¨®n bien entendida y asimilada. Esta vez ganaron a los Warriors con autoridad y firmeza, quitando el bal¨®n de las manos de Curry en un lado de la pista y, en el otro, poni¨¦ndolo en las dos sus generadores. Defendiendo y aplicando dureza en el momento de la verdad. F¨ªsica y mental. Ahora mismo, los Mavs son mejores que unos Warriors en un momento delicado, obligados a creer que todo depende del regreso de Draymond Green. Y ahora mismo, algo aplicable desde luego a las ¨²ltimas semanas, Luka Doncic tiene autoridad sobre el juego que Stephen Curry. Y todo eso, la diferencia colectiva y el distinto trance de las estrellas, qued¨® claro en esta victoria, otra verdaderamente valiosa, de estos muy buenos Mavs.