Hay esperanza para los Celtics
El equipo verde se impone a los Sixers en un final taquic¨¢rdico. Segunda victoria consecutiva y quinta en siete partidos. Los Celtics mejoran tras un inicio de curso nefasto.


Ni antes eran el peor equipo de la NBA, ni ahora son el mejor. Pero es obvio que hace ya algunos partidos que la tendencia empez¨® a cambiar en Boston. Ese 2-5 inicial que hac¨ªa temblar los cimientos de la franquicia y pon¨ªa en ligero peligro el puesto de Ime Udoka se ha transformado en un 12-10 que, sin ser brillante, les acerca a la t¨®nica general de una temporada en la que nadie est¨¢ muy bien y pocos est¨¢n simplemente bien. Con la plana mayor de su plantilla sana, los Celtics han sumado ante los Sixers su segunda victoria consecutiva y la quinta en los ¨²ltimos siete partidos. Y lo han hecho ante un rival directo con el que compart¨ªan r¨¦cord antes del choque (11-10, ahora 12-10) y que ahora miran por el retrovisor. De repente, los Celtics van octavos, empatados con Hornets (novenos), Hawks (s¨¦ptimos y Cavaliers (sextos). Y los Heat, ese equipo que en los primeros encuentros parec¨ªa imbatible, est¨¢n solo a una victoria. Lo dicho: no es para tirar cohetes, pero...
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— Boston Celtics (@celtics) December 2, 2021
Los Cetics han vivido siempre de sensaciones. A nivel tradicional, pero m¨¢s particularmente en esta ¨²ltima era, desde que Brad Stevens lleg¨® a los banquillos y continu¨® su cuestionable legado (de momento, es as¨ª) en los despachos. La conexi¨®n con el Garden y la qu¨ªmica entre compa?eros ha sido diferencial en la entidad. M¨¢s incluso que en otras: como equipo fundador, es historia pura de la competici¨®n, domin¨® la NBA de 1957 a 1969 con Bill Russell, captur¨® anillos en los olvidados 70 y tuvo a Larry Bird como juez y verdugo una d¨¦cada despu¨¦s. Y, ni la crisis enorme que han vivido (enorme para la dimensi¨®n que tienen), les ha hecho perder coba en lo que se refiere a las bases m¨¢s s¨®lidas de lo que se ha convertido casi en una religi¨®n. Proyectos largos, apuesta por los entrenadores mirando al futuro e intentos constantes por emerger sin dar ning¨²n golpe maestro especialmente grande en el mercado. Por mucho que en 2008, el anillo viniera por uno de los veranos m¨¢s movidos y emocionantes (el de Kevin Garnett, Ray Allen...) de la historia reciente de la Liga.
Lo que en su d¨ªa fue una virtud pronto deriv¨® en defecto. De repente, los proyectos a largo plazo no funcionaban, las oportunidades para los entrenadores parec¨ªan demasiadas y no se consegu¨ªa emerger como anta?o. Danny Ainge, que cogi¨® el testigo de Red Auerbach en 2006, tir¨® de un car¨¢cter conservador que solo rompi¨® para fichar a Kyrie Irving, lo que propici¨® que se volviera m¨¢s conservador todav¨ªa. Y no se supo adaptar a la era del jugador empoderado, con contratos fluctuantes, contratos televisivos que dieron much¨ªsimo dinero a las estrellas (y a las que no lo eran tanto) y convenios colectivos que limitaban poderes que antes eran incuestionables. El apalancamiento del ¨²ltimo gran proyecto acab¨® con su figura. Brad Stevens, que empez¨® con la vitola de ser el pr¨®ximo Gregg Popovich, abandonaba los banquillos cansado de tanto sainete y quiso construir el equipo entre bambalinas. Y al proyecto se le dio una ¨²ltima oportunidad, con Udoka a los mandos, Stevens de capit¨¢n general y una plantilla que significaba un continuismo muy obvio en lo referente a lo meramente deportivo.
Ante los Sixers, Boston se ha aprovechado de un rival al que las bajas y la situaci¨®n general est¨¢n castigando en demas¨ªa, sin que nadie tenga la culpa de los continuos desmanes que se ciernen sobre un proyecto a la deriva y que puede estar ante un a?o clave (otra vez) como siga perdiendo partidos. El partido fue feo, tosco, lleno de errores, con un resultado corto, buenas defensas y muy malos ataques. Los Celtics lanzaron con menos de un 42% en tiros de campo; sus rivales, apenas superaron el 37%. Ninguno de los dos equipos super¨®, en ning¨²n cuarto, los 25 puntos y solo los Celtics amenazaron con escaparse en un momento concreto en el que se fueron 12 arriba en un inicio muy bueno que pronto se evapor¨®. Eso s¨ª, la igualdad fue tremenda: 16 cambios de liderato en el marcador y 15 empates. Y todo abocado a un final de infarto: canast¨®n de Jayson Tatum (84-82 para los Celtics), tiros libres para Dennis Schr?der (86-82), buena respuesta de Joel Embiid (86-84), bandeja tremenda de Schr?der (88-84), triple espectacular de Danny Green (88-87), fallo de los Celtics e intento de triple fallido de los Sixers. George Niang, desde la esquina, se encontr¨® con un gran tap¨®n de Robert Williams III. Y la balanza se inclin¨® definitivamente para el lado de los verdes.
.@rob_williamsIII gets a hand on the last shot to seal the win in tonight's @jetblue play of the game ?? pic.twitter.com/4Fmu3htNgh
— Boston Celtics (@celtics) December 2, 2021
Tatum fue el mejor de un partido extra?o: 26 puntos y 16 rebotes para un jugador cuyo problema es que juega igual el d¨ªa que hace 60 puntos que el d¨ªa que no anota nada. Esta vez, buen encuentro para una estrella de cuya adaptaci¨®n depender¨¢ su evoluci¨®n. 10+8 de Al Horford (con 5 tapones y una gran defensa sobre Tobias Harris en la jugada final), 10+4 de Robert Williams (con 3 tapones) y 13 tantos de Schr?der. Muy poco de Jayllen Brown (9) y menos de un Marcus Smart que ha ayudado a la mejora de los Celtics dejando de asumir m¨¢s de la cuenta en los momentos calientes y de conducir el bal¨®n en exceso. Y en los Sixers, 13+18+6+2+3 para Joel Embiid, que se qued¨® en 3 de 17 en tiros; 17 para Set Curry y para Shake Milton, 12 para Niang y solo 8 para Tobias Harris. Poca cosa para un equipo que se qued¨® en 8 de 31 en triples y que echa de menos, cualquiera lo dir¨ªa, a Ben Simmons. Al final, el enfrentamiento, m¨¢s all¨¢ del ganador y del perdedor, representa a dos proyectos que hace un lustro estaban destinados a dominar el mundo y ahora... En fin. Eso de que la NBA no espera a nadie ya nos lo sabemos. Y Celtics y Sixers lo saben tambi¨¦n. Al final, con tantos desmanes, se lo han aprendido.