DeMar DeRozan: la resurrecci車n de la estrella olvidada
Denostado como chivo expiatorio de los Raptors, DeRozan pas車 por los Spurs y resucita en Chicago, lugar en el que busca dos cosas: redenci車n y reivindicaci車n.


Salir de un equipo por la puerta de atr芍s nunca es bueno. Pero que dicho equipo gane el anillo un a?o despu谷s, es peor. Y no es que DeMar DeRozan saliera por la puerta de atr芍s, pero s赤 sufri車 eso que ya han experimentado otros jugadores: el hecho de ver c車mo el equipo al que le has dedicado tu carrera deportiva, gana el mayor premio que cualquiera consigue en la NBA. Nueve a?os pas車 el alero en Canad芍, ese lugar alejado del resto de franquicias en el que los visitantes sufren en regular season, en playoffs y en cualquier otra pelea. Esa entidad relegada al ostracismo en su d赤a, pero resucitada por un DeRozan que se dedic車 a ella en cuerpo y alma, pero en la que no consigui車 salir airoso. Al menos, no con el anillo eternamente postergado y s赤 con numerosos fracasos en playoffs que minaron su moral y su reputaci車n y acabaron suponiendo?su adi車s en aras de una reconstrucci車n que report車 a los Raptors lo que nadie les hab赤a dado.
DeRozan lleg車 a la NBA en 2009, seleccionado en el puesto n迆mero 9 del draft por los Raptors. Antes, tras haber participado en el prestigioso McDonald's All American Team, en el cual adem芍s logr車 ganar el Concurso de Mates, jug車 una 迆nica temporada con los Trojans de la Universidad del Sur de California, en la que promedi車 13,9 puntos y 5,7 rebotes por partido. All赤 fue elegido como mejor jugador del torneo de la Pacific-10 Conference, tras promediar 19,8 puntos en el mismo, e incluido en el mejor quinteto de novatos de la Conferencia. Un buen curr赤culum para entrar dentro de los primeros de una loter赤a que comand車 Blake Griffin y en el que hab赤a nombres conocidos: James Harden, Ricky Rubio o Stephen Curry llegaron ese a?o a la mejor Liga del mundo. Y lo hicieron, en mayor o menor medida, para hacer historia. Sobre todo alguno de ellos.
En los Raptors, DeRozan no explot車 inmediatamente. Llegaba a un proyecto todav赤a liderado por Chris Bosh, una estrella que se fue a 24 puntos y 10,8 rebotes en su 迆ltimo a?o en Canad芍. La franquicia se hab赤a quedado en 33 victorias en el curso previo a la llegada de DeRozan, y no fue hasta la salida de Bosh cuando se fragu車 ese nuevo proyecto que pas車 por tres temporadas tumultuosas antes de la llegada de Dwayne Casey, que cambi車 el puesto de asistente de los Mavericks por el de primer entrenador en Toronto. 23 y 34 victorias antes de entrar en playoffs, algo que hicieron en cinco temporadas consecutivas. La 迆ltima de ellas supuso el fracaso de esa idea que Masai Ujiri fragu車 en los despachos y que acab車 con 59 victorias (r谷cord de la franquicia) y un 4-0 en segunda ronda ante los Cavs de LeBron. Los mismos contra los que perdieron en 2016, en las finales de Conferencia (4-2), en lo que era el techo del equipo por aquel entonces.
Ah赤 acab車 el idilio de DeRozan con los Raptors. En su 迆ltima temporada promedi車 23 puntos y 5,2 asistencias. En la anterior se hab赤a ido a 27, con m芍s de 5 rebotes. De nada sirvi車: el nuevo fracaso y la imposibilidad de avanzar en playoffs con Casey provocaron el despido del entrenador. El mal papel de DeRozan en la 迆ltima eliminatoria ante los Cavs, con apenas 16,8 puntos, ning迆n triple convertido y un 43% en tiros de campo, propiciaron su adi車s. La nueva situaci車n exig赤a cambios y Ujiri mand車 a su alero fetiche a los Spurs a cambio de una inc車gnita como Kawhi Leonard. Un a?o despu谷s, los Raptors ganaban el primer anillo de su historia y DeRozan, con los texanos, empez車 una andadura que le consolid車 como jugador, pero le priv車 de la posibilidad de algo m芍s grande. Y como chivo expiatorio, empez車 una ca赤da a los infiernos en lo moral que se tradujo, eso s赤, en buenos n迆meros a la vera de Gregg Popovich. Sin m芍s all stars (sum車 cuatro en Toronto), pero con un desarrollo que le transform車 en un hombre discreto, alejado de los focos y mezclado en rumores de traspasos, pero con la paciencia que tiene alguien que espera su gran oportunidad.
Resurrecci車n en los Bulls
DeRozan nunca baj車 de los 20 puntos, los 4 rebotes y las 5 asistencias en los Spurs. All赤 se hicieron patentes sus grandes virtudes, la de un alero a la antigua usanza, que produc赤a en la media distancia y se olvidaba de un triple que no ha desarrollado pr芍cticamente en toda su carrera, a pesar de no renunciar del todo a 谷l. Y en esas tres temporadas se gan車 un sing and trade a un mercado m芍s grande, el de Chicago, y firm車 por tres a?os y 85 millones de d車lares. Y con 32 a?os, camino de los 33, DeRozan est芍 en un equipo con ciertas aspiraciones dentro de una Conferencia Este a la que regresa tres a?os despu谷s, pero a la que ve m芍s competitiva que nunca. Es el premio a tres a?os de silencio por parte de una estrella olvidada, que sufri車 en la distancia el anillo de los Raptors y que est芍 casi en su prime, desperdiciado en Texas pero recuperado en unos Bulls que miran al futuro m芍s inmediato con un mal disimulado optimismo.
El alero, otra vez en boca de todos, est芍 promediando 26,9 puntos, 5,4 rebotes y 4,1 asistencias en un inicio de temporada trepidante, en el que su equipo vence y convence. Los Bulls son una de las pocas franquicias que mantienen una gran regularidad y causan buenas sensaciones: 10-4, segunda mejor defensa del Este y quinta mejor de la NBA. Los Bulls son quintos en tiros de campo y cuartos en triples, adem芍s de ser el sexto equipo de la competici車n que menos balones pierde. Tienen, adem芍s, el cuarto mejor net rating, y un equipo colaborativo que funciona a la perfecci車n: DeRozan, moldeable, no estorba a un LaVine que se va a 25,9 tantos por noche; Nikola Vucevic produce bajo los aros (13,6+10,9+4,3) y Lonzo Ball reparte y convence a partes iguales (12,9+5,4+4,6). Alex Caruso causa furor en los Bulls y a?oranza en unos Lakers que le echan de menos, como se demostr車 en la ovaci車n de anoche en el Staples, y el resto de la plantilla se adapta a la perfecci車n y sigue las directrices de un ser estricto pero comunicativo como Billy Donovan.
Es la nueva oportunidad de DeRozan, que tiene la edad perfecta para liderar un grupo de j車venes talentos y vuelve a estar en un primer plano del que desapareci車 de forma circunstancial y al que ha vuelto sin que nadie pueda evitarlo. El All Star vuelve a resonar con fuerza, los Bulls son el equipo de moda de la competici車n y el alero est芍 camino de conseguir un premio doble: la redenci車n y la reivindicaci車n. La primera, tras ser denostado y utilizado como moneda de cambio en una 谷poca s車rdida para su equipo de siempre. La segunda, por volver a demostrar que nunca ha dejado de ser la estrella que siempre ha sido. Una prudente, nada amiga de la far芍ndula y la parafernalia que envuelve a la competici車n, pero resolutiva, talentosa y directa. Una que mantiene las bases del baloncesto de antes mientras se erige como l赤der en el actual. Y una que busca en Chicago lo que se le neg車, primero en Toronto y despu谷s en San Antonio. Esa competitividad. Esas opciones, aunque sean lejanas, de anillo. Y tambi谷n, qui谷n sabe, su lugar en la historia.