Zion Williamson y los Pelicans: peligro muy serio de divorcio
Un art¨ªculo en NOLA.com desata una tormenta en el entorno de los Pelicans. No hay relaci¨®n entre David Griffin y un Zion que est¨¢ molesto con la franquicia desde su a?o rookie.


David Griffin lleva dos a?os y medios al frente de New Orleans Pelicans. Como vicepresidente de operaciones, lleg¨® para planificar una nueva era en el baloncesto profesional de Luisiana, donde se celebr¨® el fichaje de un ejecutivo que hab¨ªa sido el arquitecto de los Cavaliers campeones en 2016 (el equipo que le remont¨® un 3-1 a los Warriors con LeBron James y Kyrie Irving) y que supuestamente hab¨ªa sido tentado por los Lakers, donde estaba LeBron y donde iba a acabar Anthony Davis, por entonces en plena guerra p¨²blica para forzar su (fea) salida de lo Pelicans.
Griffin, en un momento en el que su reputaci¨®n estaba por las nubes, gestion¨® la salida de Davis, la llegada de una bolsa de picks y talento joven (Brandon Ingram, Lonzo Ball, Josh Hart) y la fortuna de recibir el n¨²mero 1 del draft de 2019, el a?o del jugador m¨¢s deseado desde LeBron James en 2003: el a?o de Zion Williamson. Dos a?os y medio despu¨¦s, Anthony Davis ha sido campe¨®n con los Lakers, los Pelicans han jugado dos temporadas en las que han acabado en los puestos 13 y 11 del Oeste, sin llegar ni siquiera al purgatorio del play in, y van con Willie Green a por su tercer entrenador tras la salida de Alvin Gentry y la llegada y ca¨ªda expr¨¦s de Stan Van Gundy. Ah, claro, y navegan entre rumores preocupantes en torno a Zion Williamson, un jugador llamado a ser generacional y que en NOLA trae, en cuanto las aguas bajan revueltas, recuerdos de otros dos que forzaron su salida de la ciudad: Chris Paul y el odiado Davis.
La cosa no pinta bien, desde luego, a las puertas del a?o III de Zion y en el estreno de la era Willie Green: un art¨ªculo en NOLA.com firmado por Christian Clark ha puesto en el disparadero a una organizaci¨®n que aparece se?alada como disfuncional, harta de Griffin y en serio peligro de perder a Zion, que por su parte tampoco sale bien parado porque al art¨ªculo han acompa?ado todo tipo de rumores sobre su vida y su compromiso con su equipo.
Supuestamente, Zion no tiene relaci¨®n con Griffin, con el que hace tiempo que ni habla. Y est¨¢ enfadado con los Pelicans desde su llegada como rookie, cuando la franquicia gestion¨® con absoluta cautela su lesi¨®n de rodilla. Jug¨® poco como novato y cuando lo hizo le toc¨® estar en pista en tramos cort¨ªsimos y gestionados por el equipo m¨¦dico, algo que le frustr¨® sobremanera. De por s¨ª, era un jugador ultra medi¨¢tico cuando sali¨® de Duke que esperaba viajar a un mercado m¨¢s opulento y llamativo: los Knicks eligieron con el n¨²mero 3 a RJ Barrett. A la burbuja de Florida lleg¨® completamente fuera de forma, y ahora se ha sabido que sufri¨® una lesi¨®n muscular que influy¨® en el desastre de su equipo en el reinicio y que fue tapada por su familia,?la misma que ya se ha rumoreado que quiere a Zion cuanto antes fuera de los Pelicans. Ahora no ha estado con el equipo en los entrenamientos voluntarios previos a la pretemporada y se dice que no atiende a los acercamientos de Brandon Ingram, que en la Liga de Verano de Las Vegas ni se acerc¨® a sus compa?eros de equipo y que b¨¢sicamente vive en Durham, cerca del campus de sus Blue Devils de Duke, donde es un habitual de los clubes nocturnos que ya frecuentaba como superestrella universitaria.
En el entorno de Zion prefieren un mercado m¨¢s medi¨¢tico y no ayuda la presencia de Griffin, del que el articulo de NOLA.com cuenta incluso que qued¨® con Zion para tocar el piano en sus intentos de forjar una relaci¨®n que nunca se estrech¨®. Dentro de los Pelicans, el ejecutivo tambi¨¦n est¨¢ se?alado por muchos por su incapacidad para asumir culpas y un talento que se considera vanidoso. Su trabajo tambi¨¦n est¨¢ cuestionado. Los Pelicans perdieron a Davis y a Jrue Holiday y no han forjado todav¨ªa un equipo compacto y de aspiraciones importantes con todo lo que han recibido a cambio. No supieron sacar el m¨¢ximo a cambio de Lonzo cuando ya barruntaban que no le ampliar¨ªan contrato, y esperaron al verano para aceptar finalmente un sign and trade de m¨ªnimos. Y han visto pasar y pasar veteranos (Redick, Favors, Bledsoe, Adams¡) en el intento de formar un bloque capaz de acercarse los exigentes playoffs del Oeste.
Por ahora no lo han conseguido, y han quemado as¨ª dos temporadas de un Zion Williamson que despu¨¦s de este nuevo curso podr¨ªa firmar su extensi¨®n m¨¢xima de contrato rookie, m¨¢s de 181 millones por cinco a?os extra. Desde que existe esa opci¨®n del m¨¢ximo/superm¨¢ximo, ning¨²n jugador en contrato rookie al que se le ha ofrecido lo ha rechazado. Es una opci¨®n l¨®gica asegurar ese total de dinero monstruoso despu¨¦s de llegar a la NBA sometido a la escala de contratos para rookies de primera ronda. Pero algunos creen que Zion est¨¢ tan cansado de los Pelicans que podr¨ªa ser el primero en desafiar esta ruta y buscar una salida anterior, confiado en sus posibilidades deportivas¡ y de mercado. Sin debutar en la NBA firm¨® un contrato de 75 millones de d¨®lares con Jordan Brand?que algunos ven como una especie de seguro que le permitir¨¢ arriesgar con respeto a su futuro deportivo.
Si no firma la extensi¨®n en el verano de 2022 para asegurar otros cinco a?os al curso 2022-23 que ya han ejecutado los Pelicans podr¨ªa ser agente libre restringido en 2023 (con una qualifying offer de 17,5 millones para la temporada 2023-24)¡ o agente libre sin ninguna restricci¨®n en 2024, un a?o antes de que en 2025 entre en vigor un nuevo contrato televisivo del que se espera una nueva inyecci¨®n de millones que dispare el total de los contratos que se firmen a partir de entonces. Otro asunto que puede facilitar a Zion una ruta que parece casi il¨®gica si se piensa en t¨¦rminos de dinero garantizado. Y una opci¨®n que hace temblar a unos Pelicans que se encuentran en una situaci¨®n muy complicada, despu¨¦s de un verano dif¨ªcil en el que sus grandes objetivos de mercado (Kyle Lowry, el principal) ni se han aproximado a interesarse por ir all¨ª y del que salen sin, aparentemente, un gran impulso deportivo y rodeados de rumores que apuntan a un entorno t¨®xico marcado por la nula relaci¨®n entre un arquitecto se?alado por casi todos y una superestrella joven y, por ahora, poco comprometida. Mala cosa.