La historia la escribe el Burgos
El equipo de Joan Pe?arroya se impone al Karsiyaka en una final fea, con mucho coraz¨®n y poca efectividad. El Burgos redondea el proyecto y agranda su historia.


En Rusia no estaba en juego solo un t¨ªtulo, tambi¨¦n la culminaci¨®n de un proyecto. Y el Burgos gan¨® mucho m¨¢s que una Champions, una competici¨®n al alza que busca su lugar definitivo en el baloncesto internacional. El equipo espa?ol, adem¨¢s de la merecida victoria, puso el broche de oro a su historia m¨¢s reciente con un trofeo que les eleva dentro del baloncesto europeo, que permite una continuidad y una progresi¨®n que no tiene fin y una din¨¢mica ascendente que hace pensar que su techo est¨¢ todav¨ªa por llegar. Una penetraci¨®n de Alex Renfroe con 35 segundos para el final dio una ventaja de tres puntos a los burgaleses (59-62) que parecieron muchos m¨¢s. Principalmente, por la t¨®nica de un partido extra?o, lleno (llen¨ªsimo) de fallos y marcado por los continuos errores que provocaron que cada tiro libre pareciera un penalti. El Karsiyaka turco fall¨® el intento de triple y el Burgos se hizo con un partido que resolvi¨® desde la personal, despu¨¦s de llegar a ir 7 puntos arriba y ver como sus rivales se pon¨ªan por delante (53-51) con seis minutos para el final. Y con ese error, los tiros libres de V¨ªtor Benite y la posterior p¨¦rdida de los turcos, el Burgos se coronaba campe¨®n.
La final de la Champions tuvo un poco de todo y mucho de nada. Lo predominante, sobre todo, fueron los continuos fallos y el cort¨ªsimo marcador final, acorde con un enfrentamiento tosco, feo y resuelto desde la personal, con poca cabeza y mucho coraz¨®n. Los porcentajes de lanzamiento demuestran de qu¨¦ fue la cosa: el Karsiyaka apenas super¨® el 40% en tiros de campo, con una serie de triple muy pobre (5 de 19); los burgaleses tuvieron una din¨¢mica similar, por debajo del 45% y err¨¢ticos desde el exterior (6 de 26), desaprovechando tiros abiertos y situaciones de ventaja. En alg¨²n momento dio la sensaci¨®n de que nadie quer¨ªa ganar y solo en el ¨²ltimo periodo alguno de los dos equipos lleg¨® a los 20 puntos en anotaci¨®n, el Karsiyaka. Fueron, eso s¨ª, insuficientes para remontar un partido que iba 13-15 a la conclusi¨®n del primer periodo y 28-29 al descanso, con desatinos constantes y un desacierto indiscriminado.
Establecidas las reglas no escritas del encuentro, iba a ser el que menos fallara el que se llevara el triunfo. El Burgos fue casi todo el partido por delante y lleg¨® a mandar por 7 puntos (39-46) a la conclusi¨®n del tercer cuarto, una ventaja que parec¨ªa casi definitiva, dada la ausencia total de grandes distancias en el luminoso. Sin embargo, sus rivales reaccionaron, envalentonados por el buen hacer de Amath M'Baye (17 puntos), Raymar Morgan (13) y Metecan Birsen (10). Sek Henry (7 de 7 en triples en semifinales ante el Casademont), por su parte, no encontraba su toque de mu?eca habitual y se quedaba en un p¨ªrrico punto con 0 de 6 en el lanzamiento. Lo dicho, un partido muy feo. Entre la tensi¨®n y los nervios, un tiempo muerto bien pedido por Joan Pe?arroya cuando el Karsikaya se logr¨® poner por delante tranquiliz¨® a sus jugadores, y la sangre fr¨ªa de Alex Renfroe y V¨ªtor Beniro (14 y 15 puntos respectivamente), decidieron el duelo. El primero con una bandeja que daba tres de ventaja al Burgos; el segundo, con dos tiros libres. Fueron los mejores del partido y los que resolvieron al final. Los que, en ¨²ltima instancia, dieron el t¨ªtulo al Burgos. Uno que lideraron ellos, pero ganaron todos.
Un proyecto que no tiene techo
El 9 de junio de 2017, el Burgos ascendi¨® a la Liga Endesa. Y menos de cuatro a?os despu¨¦s, cuentan con tres t¨ªtulos en sus vitrinas: la Intercontinental y la Champions, esta ¨²ltima por partida doble. Es la primera vez, por cierto, que un club revalida este t¨ªtulo: de Atenas 2020 a Niznhy Novgorod 2021. En estos cuatro a?os, los burgaleses han creado una cultura de club que ha encontrado un hueco en una Liga Endesa dominada por los de siempre (Bar?a y Madrid) pero en la que juegan como si llevaran toda la vida haci¨¦ndolo. Y han cambiado (en un movimiento cuestionado al principio, y acertado al final) a un buen entrenador como Diego Epifanio, hacedor del ascenso, por un Joan Pe?arroya que se consolida y que les ha dado tres t¨ªtulos en siete meses. Y que agranda la historia de un club peque?o convertido en grande: tras tres ascensos a la ¨¦lite frustrados en los despachos, el antiguo equipo de la ciudad, el Tizona, decidi¨® pelear en los juzgados su derecho a estar entre los mejores (y lo sigue haciendo). Y ah¨ª apareci¨® el actual San Pablo Burgos, el Club Miraflores, un equipo de liga provincial que tom¨® el testigo del Tizona en LEB Oro y que en dos a?os logr¨®, con la desaparici¨®n del canon ACB, lo que sus paisanos no pudieron.
El Burgos ha ganado la Champions con V¨ªtor Benite como MVP, Jasiel Rivero (9+5) y Dejan Kravic (8+8) como pilares de la zona y un conjunto bien dirigido en el banquillo y con un techo que todav¨ªa no se vislumbra. El Burgos ha ganado la Champions en una temporada en la que toda su plantilla, excepto Renfroe, han pasado el coronavirus. El Burgos ha ganado la Champions tras remontar, en cuartos, 6 puntos al Hapoel; y 12 al Estrasburgo en semifinales. El Burgos ha ganado la Champions y ha puesto el broche de oro a un proyecto que sigue su curso y tiene una cultura definida y f¨¢cilmente identificable. Y reivindican una manera diferente de hacer las cosas que va de los despachos a la pista y que puede ser igual de exitosa que las tradicionales. La historia la escribe el Burgos, un equipo colectivo, trabajador y con mucho coraz¨®n. En definitiva, un equipo campe¨®n.