Milagro de Virginia y lecci¨®n de Texas Tech: ya tenemos final
Auburn pierde un partido que ten¨ªa ganado con pol¨¦mica final. Michigan State, la ¨²ltima v¨ªctima ilustre de la salvaje defensa de los Red Raiders.


Drama, pasi¨®n, emoci¨®n, grandes historias, finales incre¨ªbles... todo eso es el March Madness, todo eso es la Final Four, y todo eso fue otra vez en las semifinales de 2019, en el US Bank Stadium de Minneapolis, el hogar de los Vikings (NFL), donde 72.711 personas disfrutaron (y sufrieron) con unas semifinales de las que salieron vivos, seguramente nunca mejor dicho, Virginia y Texas Tech. El gran favorito tras las derrotas de Duke, Gonzaga y Kentucky, y un equipo que es una especie de Cenicienta devoradora de almas, los Red Raiders de Chris Beard, un programa universitario que hace un lustro casi ni llevaba gente a su pabell¨®n y que ma?ana jugar¨¢ por el t¨ªtulo nacional gracias a una defensa hist¨®ricamente temible, a una dureza competitiva tremenda y a su canci¨®n de guerra, el Old Town Road en el que Lil Nas X fusiona, o enfrenta a las dos Am¨¦ricas, la del country y la del hip hop. La de Beard y la de sus jugadores, a 40 minutos ahora del primer t¨ªtulo de Texas Tech en categor¨ªa masculino, el segundo despu¨¦s del logrado por el equipo femenino en 1993.
Texas Tech super¨® a Michigan State, alarg¨® a una d¨¦cada el tramo de Tom Izzo sin triunfos en la Final Four y revent¨® (no ha hecho otra cosa durante el torneo) la que parec¨ªa final m¨¢s probable. Los Spartans, despu¨¦s de superar a la Duke De Zion Williamson, no pudieron hacer m¨¢s que el resto de equipos del pa¨ªs contra una defensa acorazada, infernal: 44 puntos totales al descanso (21-23), y al final m¨ªnimos de temporada en puntos (51) y porcentaje de tiro (31,9%) para los Spartans, que cayeron (51-61) fulminados finalmente por Jarrett Culver. El escolta de segundo a?o, un jugador salido de la nada y por lo tanto una personificaci¨®n de su equipo, apunta al top 5 del draft. En la semifinal y con todo el pa¨ªs mirando no estaba teniendo un buen d¨ªa (0/6 en la primera parte), pero cerr¨® el partido con 9 puntos, 6 cuando Michigan State se hab¨ªa puesto a uno. En el parcial de 0-9 final, anot¨® una suspensi¨®n, un tiro libre y el triple frontal que cerr¨® cualquier opci¨®n de un rival hundido (51-58 a un minuto del final).
Para Culver ser¨¢n los focos, pero Texas Tech no habr¨ªa ganado sin el trabajo de Tariq Owens (que se lesion¨® y volvi¨®), Davide Moretti, Brandone Francis... y Matt Mooney un jugador de quinto a?o que lleg¨® desde South Dakota y que, con 24 a?os, jug¨® el partido de su vida y anot¨® 22 puntos con 4 triples, tres casi seguidos en el despegue (35-48) que parec¨ªa definitivo antes de que su equipo enlazara cinco minutos sin anotar y Michigan State se pusiera a uno a base de, b¨¢sicamente, ir a la l¨ªnea de tiros libres. Entonces apareci¨® Culver.
El ¨²ltimo obst¨¢culo de Texas Tech son los Cavaliers de Virginia, que ganaron 63-62 a Auburn, que estuvo cerca, muy cerca, incre¨ªblemente cerca de culminar su torneo milagroso y dejar una final absolutamente improbable. Tambi¨¦n lo ser¨¢ esta, la primera con dos novatos en la lucha por el t¨ªtulo desde la de 1979, el m¨ªtico Larry Bird-Magic Johnson (Indiana State-Michigan State). Pero al menos Virginia s¨ª era una de las grandes favoritos a las puertas del Madness, lo que no implica que haya tenido que aferrarse a cada peque?a porci¨®n de suerte que el destino le ten¨ªa guardada despu¨¦s de que la temporada pasada fueran, ante UMBC, el primer cabeza de serie eliminado en el arranque del torneo por un seed 16.
Desde ah¨ª, ya m¨¢s de doce meses, el equipo de Tony Bennett ha convivido con la sombra de aquella derrota y ha bailado entre cocodrilos en el torneo, evitando dentelladas casi en cada estaci¨®n y agarr¨¢ndose a los milagros para colocarse en la final. Primero ante Purdue, con la canasta in extremis que forz¨® la pr¨®rroga, y en semifinales ante unos Tigers que ten¨ªan la victoria en el bolsillo despu¨¦s de un parcial de 0-14: de 57-47 (a 5:24 del final) a 57-61 a falta de solo 17 segundos. Entonces apareci¨® Kyle Guy, que anot¨® un triple tremendo desde la esquina derecha (60-61) y cuando Jared Harper fall¨® uno de sus tiros libres (60-62), acab¨® recibiendo en la esquina izquierda para levantarse a la desesperada en el ¨²ltimo segundo: fallo... pero pol¨¦mica falta de Samir Doughty. Tres tiros, los tres dentro, y 63-62. Y Guy convertido en el h¨¦roe de un equipo propulsado antes por Ty Jerome (21+9+6) y el otro top 10 del pr¨®ximo draft que jugar¨¢, contra Culver, la gran final: De'Andre Hunter, un alero defensor y tirador que acab¨® con 14 puntos y 5 rebotes.
Pero pasaron muchas en ese 6-1 final que provoc¨® el milagro: Auburn no solo se quej¨® de la falta definitiva, que en realidad s¨ª pareci¨® porque Doughty invadi¨® el espacio del tirador. Antes, y con Auburn a punto de consumir las faltas que le quedaban por hacer, Jerome pudo cometer dobles al subir la bola... pero pudo recibir falta justo antes de su infracci¨®n no se?alizada. El caso es que Auburn, que ha llegado hasta las puertas de la final pese a la terrible lesi¨®n de su estrella, Chuma Okeke, perdi¨® un partido que en la segunda parte mereci¨® ganar, y dej¨® un final incre¨ªble y una de esas derrotas gloriosas que pueblan la historia de una Final Four que ahora asistir¨¢ al ¨²ltimo cap¨ªtulo de la redenci¨®n de Virginia. Ser¨¢ ante el infierno m¨®vil de la defensa de Texas Tech. Pero si hay alguien que no se asusta ante nada, despu¨¦s de su varapalo de 2018 y de sus episodios de escapismos, de 2019, es la Virginia de Tony Bennett. No s¨¦ si ser¨¢ una final muy vistosa pero de una cosa no hay duda: va a ser una final tremenda.