"Te quiero, Manu": los Spurs retiran el m¨ªtico 20 de Gin¨®bili
El triunfo ante los Cavs, marco de la noche m¨¢s especial para el escolta de Bah¨ªa Blanca: "Personifica el baloncesto de los Spurs", dijo Parker.


"Me tocaron muy buenas cartas, solo tuve que jugar bien la partida con ellas", dijo un Manu Gin¨®bili absolutamente emocionado, y arropado por su mujer Many y sus tres hijos, desde el centro de la pista del At&T Center, su At&T Center. Donde jug¨® (2002-2018) sus 16 a?os en la NBA. En ellos, claro, siempre estuvo en playoffs, siempre estuvo por encima del 50% de victorias, gan¨® cuatro anillos, fue dos veces all star, Mejor Sexto Hombre en 2008 y hasta puso en fuga en una noche de Halloween (2009) un murci¨¦lago de un manotazo al que siguieron inyecciones contra la rabia y comunicados para que intentara hacer eso en su casa. M¨¢s de tres lustros en los que se forj¨® la leyenda del mejor big three jam¨¢s ensamblado, el que form¨® junto a Tim Duncan y Tony Parker, este ¨²ltimo enrolado en el viaje de los Spurs de vuelta desde Charlotte, donde jugaron su anterior partido contra, precisamente, los Hornets del base franc¨¦s, el ¨²nico de los tres que ha vestido otra camiseta NBA y el ¨²nico que ha sido entrenado por alguien distinto a Gregg Popovich.
Pops escap¨® de su sorna habitual con un muy sincero "te quiero, Manu", que resumi¨® el sentir de toda la grada del At&T, de toda la ciudad de San Antonio y, si se quiere, de todo el mundo del baloncesto, en cualquier rinc¨®n del planeta. No es f¨¢cil encontrar un jugador m¨¢s querido, o al menos, no querido de forma tan rotundamente un¨¢nime. "Representa el baloncesto de los Spurs", dijo Parker, que se acord¨® tambi¨¦n de c¨®mo le odiaban en Argentina en sus primeros a?os juntos porque no le pasaba lo suficiente el bal¨®n a Manudona: "Pero la culpa era de Popovich, el marcaba las jugadas". Desde ayer, el n¨²mero 20 de Gin¨®bili est¨¢ en el techo del pabell¨®n de los Spurs. Desde ayer y para siempre, el noveno de la franquicia y al lado, un asunto en esencia po¨¦tico, del 21 de Tim Duncan, que recordaba por su parte su extra?eza cuando, en 1999, y con el n¨²mero 57, su equipo drafte¨® a un jugador llamado "Emanuel".
"No s¨¦ qu¨¦ hago aqu¨ª, yo no tendr¨ªa que estar aqu¨ª", dijo Gin¨®bili, al que quiz¨¢ le sobrevino todo lo que hab¨ªa logrado desde que sali¨® de Bah¨ªa Blanca, con una afici¨®n a sus pies y rodeado de sus antiguos compa?eros, en unos Spurs que fueron un milagro en movimiento y en la Argentina de la Generaci¨®n Dorada. All¨ª estaban Montecchia, Oberto, Scola, Pepe S¨¢nchez, Prigioni y Nocioni. "El era el l¨ªder, ¨¦l derrib¨® todas las puertas", dijo Oberto, campe¨®n con ¨¦l en Atenas 2004... y en los Spurs 2007.
En uno de los v¨ªdeo de homenaje apareci¨® el presidente Mauricio Macri ("todos te queremos y te admiramos") y en la grada arreciaron los gritos, del "Manu, Manu, Manu" a los "ol¨¦" que hace no mucho eran infaltables entre los ¨¢nimos a un equipo al que ¨¦l, Manu Gin¨®bili, ayud¨® a hacer ejemplar, admirado, hist¨®rico y campe¨®n. Su noche se cerr¨®, aunque fue una simple an¨¦cdota, con un triunfo de sus Spurs ante los d¨¦biles Cavaliers (116-110), con remontada en la segunda parte y susto final. Pero el tiro de Osman con 111-110 no entr¨® y los texanos se llevaron el triunfo. No pod¨ªa ser de otra manera, no en la que era, como tantas veces y al mismo tiempo m¨¢s que nunca, la casa de Manu. Y as¨ª ser¨¢, para siempre y con toda justicia. Gracias, Manu.