LeBron s¨®lo no basta para ganar a unos Celtics que se ponen 2-0
James anot¨® 42 puntos, en medio de un triple doble, que fueron in¨²tiles ante un nuevo esfuerzo coral de los de Boston, que a¨²n no han perdido en casa.

Tras un primer partido mediocre de LeBron James, al menos para sus est¨¢ndares, para inaugurar la final de la Conferencia Este de la NBA con derrota de los Cleveland Cavaliers, la pregunta pertinente era: "?Qu¨¦ pasar¨¢ cuando El Rey juegue a su nivel habitual, inalcanzable para el resto de mortales?". La respuesta la hemos tenido esta noche, y es dolorosa para los Cavs: "Tambi¨¦n ganan los Boston Celtics".
LeBron James sali¨® al segundo partido de estas series con la determinaci¨®n de cambiar lo que se vio en el primero. En menos de ocho minutos ya hab¨ªa igualado su anotaci¨®n del domingo, 15 puntos. Los Cavaliers llegaron a dominar por m¨¢s de diez puntos en la primera mitad, con 25 puntos de su l¨ªder. De una forma u otra, James particip¨® en todo el juego de su equipo y borr¨® la imagen indolente que dej¨® sobre el TD Garden de Boston en el debut de la eliminatoria.
De nada sirvi¨®.
Los Boston Celtics a¨²n no han perdido en casa en estos playoffs. Es un dato relevante. Su afici¨®n no dej¨® de rugir en ning¨²n momento. Tampoco se intimid¨®. Han sido testigos de suficientes exhibiciones de LeBron, han muerto suficientes veces en sus manos, como para que se hayan abandonado al goce instant¨¢neo, tribal, del aqu¨ª y ahora, como para que el siguiente encuentro no importe. Se coge lo que se tiene en el momento, que nunca se sabe lo que pasar¨¢ el d¨ªa de ma?ana.
Esa sensaci¨®n emocional fue clave. Los Celtics, entregados a su gente y al perfecto plan de Brad Stevens, nunca miraron el marcador salvo al final, cuando se?alaba un duro 107-94 a su favor. Tiraron a todos sus defensores contra James sabiendo que su mejor opci¨®n era agotarle en el esfuerzo y, sobre todo, ser capaces de llegar hasta los tiradores para no permitir tiros liberados del resto de Cavaliers. Llegaron. Una y otra vez. Sin descanso.
S¨®lo Kevin Love, con 22 puntos y 15 rebotes, pudo hacer frente a esa mara?a. El resto de jugadores de Cleveland se hundieron, incapaces de generar por s¨ª mismos. Ning¨²n otro lleg¨® a la docena de puntos.
Enfrente, los Celtics ejecutaban con la misma precisi¨®n que en defensa su baloncesto coral en ataque. Todo el quinteto titular, m¨¢s Marcus Smart, sobrepas¨® los diez puntos. El m¨¢ximo anotador fue Jaylen Brown, con 23, pero podr¨ªa haber sido cualquier otro. Todo depende la circulaci¨®n de bal¨®n y de lo que conceda la defensa de los Cavaliers, que es mucho y variado, as¨ª que es plausible imaginar que cada d¨ªa habr¨¢ un h¨¦roe anotador distinto para los de Boston.
El momento de inflexi¨®n del encuentro fue el tercer periodo. En el, los Celtics arrasaron a los Cavaliers. El parcial fue de 36-22. LeBron James hab¨ªa recibido un golpe en la cabeza que le llev¨® al vestuario con una lesi¨®n de cuello que le molest¨® durante toda la segunda mitad. En ella, recuper¨® el mal h¨¢bito de jugarse tiros inadecuados, laxos, suspensiones que puede lanzar en cualquier momento, que no requieren el esfuerzo de sus mejores momentos, y triples que se quedan cortos. El cuello. O el cansancio. El hartazgo de ver que sus esfuerzos son en balde con unos compa?eros que restan m¨¢s que suman. 42 puntos, 12 asistencias, 10 rebotes y derrota. Algo as¨ª agota la determinaci¨®n de cualquiera.
Contribuy¨® tambi¨¦n a enardecer el ambiente una muy fea falta de J.R. Smith a Al Horford, al que empuj¨® en el aire cuando se dirig¨ªa a canasta. Considerada, quiz¨¢s con indulgencia por los ¨¢rbitros, como una flagrante 1 en vez de 2, algo que conllevar¨ªa su expulsi¨®n, no evit¨® que Marcus Smart se encarara con malos modos ante el escolta de Cleveland y el pabell¨®n estallara de indignaci¨®n. Como si necesitaran sardinas para tener sed.
La serie viaja a Cleveland con 2-0 a favor de Boston. El 95% de las eliminatorias de siete partidos de la NBA que empezaron 2-0 acabaron con victoria del equipo de casa. Los conjuntos de LeBron James se han visto seis veces en esas circunstancias y en dos (Finales contra Warriors en 2016, final del Este contra Pistons en 2007) fueron capaces de remontar. Tienen hasta el s¨¢bado, fecha del tercer encuentro, para encontrar ah¨ª, o en cualquier otra an¨¦cdota, motivos para la fe. Porque lo que es en la cancha, de momento, no pueden agarrarse a nada.