Un fant¨¢stico Campazzo mete al Real Madrid en las semifinales

Carlos Su¨¢rez, uno de los h¨¦roes del Sant Jordi, donde arranc¨® la era Laso en 2012, tuvo a su exequipo rodilla en tierra. Siete arriba (70-77) a menos de 300 segundos, pero la inercia y los rezos a los que alud¨ªa Plaza en la previa no bastaron. El Madrid remont¨® con Doncic en el banco y guiado por un sensacional Campazzo, MVP. Rudy y Thompkins fueron sus apoyos, m¨¢s la imponente presencia de Tavares y el marcaje de Taylor a Nedovic. Los blancos estiraron el pecho hacia el cielo y cruzaron primero la meta. Orgullo y experiencia en estas lides.

Hubo desenlace apretado y hubo mucho m¨¢s. De entre todas las claves posibles, nos agarramos a la m¨¢s dudosa, incluso absurda. P¨®ngase en situaci¨®n: el Unicaja volaba sobre la pista en el segundo cuarto, con un Su¨¢rez desatado frente a Randolph, con Waczynski embocando triples en la cara de Doncic y con una defensa que no daba opci¨®n. El Real, aturdido, parec¨ªa acorralado detr¨¢s de la l¨ªnea de tres. El rebote era malague?o y el parcial, tambi¨¦n. Un abrumador 3-20. Del 31-23, tras muy buenos momentos de Causeur, al 34-43. El campe¨®n sufr¨ªa sobre la cancha y las aficiones rivales, todas reunidas en comuni¨®n, olieron la sangre y se arrancaron¡­ "Era campo atr¨¢s, era campo atr¨¢s", corearon al un¨ªsono, en memoria de la acci¨®n de Llull. Y como entonces, el c¨¢ntico tuvo efecto boomerang. De sarc¨¢stico y provocador a motivador para los de Laso.

Efecto boomerang

El efecto ponderable fue un arre¨®n de 12-2 para alcanzar el descanso. M¨¢s all¨¢ de lo emocional, Campazzo empujaba la nave como Gulliver. Penetraci¨®n, pase para el mate de Tavares y triple. Otro de Doncic y uno arriba al descanso pese a que el rival hab¨ªa lanzado seis veces m¨¢s a canasta por su m¨²sculo reboteador.

La segunda parte fue un pulso dur¨ªsimo en donde el Unicaja supo ce?irse al gui¨®n que tra¨ªa de casa y no permiti¨® rachas liberadoras. Limit¨® a Doncic, someti¨® a Carroll y puso el alma en cada rechace, en cada defensa. No hab¨ªa canasta f¨¢cil, nada flu¨ªa. A cuatro minutos para el final tocaba la gloria y Laso opt¨® por sentar a Doncic. Ah¨ª estaba Campazzo, que sentenci¨® con un robo. Y Rudy. "As¨ª, as¨ª gana el Madrid", escuchamos de cierre.