El viaje NBA de Manu Gin¨®bili sigue dando frutos a sus 40 a?os

Cuando Emmanuel David ¡®Manu¡¯ Gin¨®bili debutaba como profesional en Argentina jugadores como Lonzo Ball, Brandon Ingram, Dennis Smith Jr., De¡¯Aron Fox, Jayson Tatum o Markelle Fultz ¡ªchavales llamados a liderar la pr¨®xima gran generaci¨®n de la NBA¡ª no hab¨ªan ni siquiera nacido. Manudona ha logrado todo lo que un jugador puede so?ar alcanzar: ¨¦xito, reconocimiento, admiraci¨®n, respeto del rival, fama, dinero (solo en su etapa en la NBA ha ganado m¨¢s de 125 millones de d¨®lares en salarios)¡­ pero a sus 40 a?os mantiene intacta el hambre del joven que lleg¨® a Europa a los 21 a?os.

Tras ser los Spurs arrollados por los Warriors en la madrugada del jueves al viernes, no se sent¨ªa a gusto consigo mismo. Necesitaba quitarse de la cabeza las malas sensaciones, as¨ª que convenci¨® a Gregg Popovich para que le incluyera en la rotaci¨®n esta ¨²ltima noche durante la visita de los Hornets. Como acostumbra a hacer en este tipo de situaciones la franquicia del ?lamo, la idea era que Gin¨®bili descansase. No fue as¨ª. Nadie mejor que el ¡®20¡¯ para explicarlo: "Lo normal es que no juegue en los segundos partidos de los back to backs o lo haga en muy pocos de ellos. Pero hoy sent¨ªa que deb¨ªa de jugar. Necesitaba hacerlo. Estaba decepcionado por la manera en la que hab¨ªa jugado el d¨ªa anterior. Necesitaba redimirme para as¨ª poder sentirme mejor conmigo mismo". Unas palabras que definen a un profesional, perdonen la expresi¨®n, como la copa de un pino.

Los entrenadores de cantera har¨ªan bien en inculcar a sus pupilos la autoexigencia y compromiso del Manu. Hablamos de alguien que lo ha ganado todo a ambos lados del Atl¨¢ntico. En su ¨²ltimo curso en Europa alz¨® la Euroliga con la Virtus Bolonia italiana. Doce meses despu¨¦s, en 2003 se enfund¨® el primero de los cuatro anillos que ha celebrado con los Spurs. Llegar y besar el santo. Y no me olvido de aquella noche ateniense de 2004 en el que abraz¨® la gloria ol¨ªmpica como l¨ªder de una hornada irrepetible: la Generaci¨®n Dorada argentina. La fortuna (factor diferencial en todos los ¨¢mbitos de la vida) le sonri¨®, pero no es casualidad que le acompa?ara a lo largo de todos estos a?os. Molde¨® su extraordinario talento con mucho esfuerzo, sacrificio y trabajo. Se dice a menudo, lo dif¨ªcil no es llegar a la cima, sino mantenerse.

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Y Gin¨®bili lo ha conseguido porque uni¨® su destino al de un equipo sin el cual resulta imposible entender la NBA moderna. Gregg Popovich ser¨¢ siempre el capit¨¢n de una filosof¨ªa de juego (y de entender la vida misma) personificada en un tr¨ªo de deportistas al que iremos valorando cada vez m¨¢s conforme los a?os vayan abriendo distancia entre el presente y su retirada. Tim Duncan es a d¨ªa de hoy el ¨²nico jubilado, el hilo conductor entre aquellos primeros y muy duros Spurs y esa (pen)¨²ltima versi¨®n que hizo del extra pass, un estilo tan placentero de ver como eficaz. Las otras dos patas son el franc¨¦s Tony Parker y el cuarent¨®n de Bah¨ªa Blanca. Ya lo ven, Pop y los Spurs fueron de los primeros en no poner barreras al talento que llegaba de fuera de Estados Unidos. Y ah¨ª est¨¢n los frutos: el tr¨ªo que m¨¢s victorias ha cosechado en la historia de la mejor liga de baloncesto del planeta.

A la espera del retorno del lesionado Parker y con el merecido retiro que se granje¨® Duncan, Gin¨®bili sigue dando el do de pecho en estos inicios del curso 2017-18. El paso del tiempo es inexorable, su rol en el equipo cada vez es m¨¢s secundario. Lo admirable es c¨®mo ¨¦l lo asimila y se prepara cuidando su cuerpo al m¨¢ximo para cuando llegue su oportunidad. Acepta los consejos del cuerpo t¨¦cnico para prolongar su carrera huyendo de la figura del veterano convertido en mera comparsa. Pero como el deseo de competir y superarse sigue intacto, a veces comete locuras como la de esta ¨²ltima noche a la que antes alud¨ªamos. En contra del criterio preestablecido salt¨® a la cancha y ayud¨® a su equipo a reencontrarse con el triunfo tras cuatro derrotas consecutivas. Siendo, adem¨¢s, importante en los minutos finales. Y todo en un partido muy especial donde los haya para ¨¦l. Afirmar que es el 124? que disputa 1.000 partidos de temporada regular en la NBA no dice aparentemente mucho. O s¨ª. Lo hace con 728 victorias en el bolsillo. Un n¨²mero m¨¢gico que le convierte en el jugador con mayor porcentaje de ¨¦xito al cruzar esta milenaria barrera. Y todo con 40 a?os. Un apetito voraz digno de elogio y admiraci¨®n. A estas horas su ¨²ltimo mate est¨¢ arrancando ya sonrisas en los rincones de medio mundo. Porque si Gin¨®bili no existiera, habr¨ªa que inventarlo.