Paga 80 euros para que corran una marat¨®n por ¨¦l y se queda en casa: ¡°Es un poco hacer trampa¡±
El estallido de aplicaciones para runners ha creado la figura del corredor a sueldo, empleada por quienes buscan mejorar sus datos o crear coartadas.
Hay quien encuentra en la ruta de running matutina un espacio ideal en el que desinhibirse, respirar y sentirse en paz consigo mismo; m¨¢s all¨¢ del deporte, supone una especie de ritual f¨ªsico y mental para iniciar la jornada ¡ªo para terminarla, dependiendo del momento en el que se realice¡ª. El incremento de personas que se atan las deportivas con este prop¨®sito ha sido tal en los ¨²ltimos a?os que han surgido numerosas aplicaciones relacionadas con el mundillo, destacando aquellas que registran un seguimiento para observar el progreso y competir con algunos miembros de la comunidad.
Esto ¨²ltimo ocurre con Strava, una red social de fitness que ha hecho de los piques entre usuarios el motivo perfecto para buscar la mejor versi¨®n de uno mismo. O, por lo menos, fingirla. Con el auge de esta aplicaci¨®n ha nacido el concepto de ¡®Strava Jockey¡¯, que no es sino una persona contratada para correr en nombre de otra, lo que permite mejorar los tiempos, distancias y logros del perfil.
¡°Deber¨ªa estar en el hotel...¡±
El medio digital Franceinfo ha recogido los testimonios de algunos de estos corredores a sueldo para elaborar un reportaje con el que acercarse a esta curiosa y perezosa realidad desde todas las ¨®pticas posibles, destapando, incluso, el empleo de la figura del ¡®Strava Jockey¡¯ como coartada para enga?ar a la empresa para la que el usuario trabaja. As¨ª lo cuenta Valent¨ªn, un corredor que se encuentra en los Jardines de Luxemburgo (Par¨ªs) y que afirma estar disponible las 24 horas de todos los d¨ªas de la semana. ¡°Normalmente, por su trabajo, deber¨ªa estar en el hotel, pero se va temprano a casa. Para que parezca que sigue en la ciudad, corro en su lugar. Como sus jefes est¨¢n en Strava, tiene pruebas de que corri¨® en la ciudad donde deb¨ªa dormir, pero en realidad no estaba all¨ª¡±, dice de un cliente habitual.
El tal Valent¨ªn, que reconoce el mentado parque como su habitual lugar de deporte, empez¨® a correr tan solo un mes antes de ofertarse como runner. Fue en el momento en el que se enter¨® de que, literalmente, le iban a pagar por correr. ¡°Corr¨ª una media marat¨®n que me cost¨® 80 euros, lo que me dio un buen sueldo al mes. Ahora llevo m¨¢s de 200 euros, ?as¨ª que est¨¢ bastante bien!¡±, se sincera, confesando que en apenas 30 d¨ªas ha recibido cinco solicitudes.
Como el tiempo vale oro, Valent¨ªn hizo una tabla de precios. ¡°Una carrera de 10 kil¨®metros a 5 minutos por kil¨®metro cuesta 40 euros¡±, afirma. Cerca de ¨¦l otros corredores, recoge la citada cabecera, se muestran incr¨¦dulos ante esta tendencia: ¡°Es un poco hacer trampa¡±.
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