Una soltera de ¡®First Dates¡¯ intenta ligar descaradamente con el camarero: ¡°Me gustar¨ªa verte enloquecido¡±

La ¨²ltima entrega de ¡®First Dates¡¯ llev¨® al plat¨® de San Sebasti¨¢n de los Reyes a Mar¨ªa, una mujer gaditana que pese a los golpes que hab¨ªa sufrido en su vida todav¨ªa ten¨ªa ganas de enamorarse. Decidida, entr¨® al restaurante dispuesta a comerse el mundo e incluso le lanz¨® m¨¢s de una indirecta a Mat¨ªas, el camarero del formato, aunque finalmente prefiri¨® quedarse con Federico, su cita.

¡°Estuve casada 26 a?os con el padre de mis hijos, un hombre estupendo pero fallecido. Luego, problemillas que surgen y te vienes un poquito abajo. Cuando me miro al espejo y no me veo, Mar¨ªa se pinta, se maquilla, se cuelga el bolso y a la calle¡±, cont¨® delante de las c¨¢maras en una se?a del ansia por volver a sonre¨ªr y por pas¨¢rselo bien.

Dependienta en una tienda de moda, Mar¨ªa encontr¨® en Carlos Sobera la excusa perfecta para lanzarle los tejos al argentino. ¡°?Qu¨¦ consejo le dar¨ªas a Mat¨ªas?¡±, le pregunt¨®. ¡°Tal y como est¨¢ va estupendo. Conquistas mucho¡±, le espet¨® al barman. ¡°Los peque?os detalles tienen que estar en su sitio. Si no, enloquezco¡±, agregaba el argentino entrando en la conversaci¨®n.

Ni corta ni perezosa, y con cara de saber perfectamente d¨®nde estaba entrando, la soltera le lanz¨® un directo: ¡°Pues me gustar¨ªa verte enloquecido¡±. Todo ello, mientras arqueaba ligeramente las cejas, retiraba la mirada y sacaba la lengua con el presentador vasco alucinando con lo que estaba sucediendo. ¡°Pues mejor no me veas enloquecido¡±, pronunci¨® Mat¨ªas sigui¨¦ndole el juego ligeramente a Mar¨ªa.

Aunque le hubiera gustado, su cita real no era Mat¨ªas, sino Federico, un hombre italiano de 62 a?os del que Carlos Sobera deseaba que ¡°viniera sueltecito¡±. Residente en Tenerife, destap¨® una de las curiosidades m¨¢s desconocidas de ¡®First Dates¡¯ con tan solo desearle los buenos d¨ªas al presentador. ?Pero no se supone que es una cena?

Una vez en la mesa, la qu¨ªmica naci¨® como si Federico y Mar¨ªa se conocieran de toda la vida. ¡°No me lo esperaba as¨ª, me ha superado. Me ha encantado¡±, pronunci¨® ella. ¡°Es italiano, ese acento. Si antes he dicho que me ha encantado, ahora te digo que me ha dejado pasmada¡±. ¡°Una se?ora de mi edad, alegre, elegante¡±, opin¨® m¨¢s recatado el italiano sobre su cita, aunque dejando todo el terreno preparado para seguir conoci¨¦ndose.

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