Rafa, el seminarista de ¡®Gran Hermano 4¡¯, se casa con su novio
El religioso no pudo volver a la Iglesia al salir del concurso de Guadalix de la Sierra, lo que le permiti¨® terminar encontrando su identidad sexual con los a?os.
Rafael L¨®pez entr¨® en la casa de Agust¨ªn de Guadalix en la cuarta edici¨®n de ¡®Gran Hermano¡¯ como un rara avis en este tipo de concursos. Frente a participantes con profesiones relacionadas con el sector sanitario, el del funcionariado, empresas hosteleras o en pleno proceso de estudio, el de Zamora dio un giro a su vida present¨¢ndose como seminarista, siendo el primero en atreverse a formar parte de un programa de estas caracter¨ªsticas.
En una entrevista en ¡®Socialit¨¦¡¯, el zamorano, que qued¨® en tercera posici¨®n en su edici¨®n, ha recordado los cambios que dio su vida desde que termin¨® su andadura en ¡®Gran Hermano¡¯. Tan solo ten¨ªa 24 a?os, pero Rafa ya hab¨ªa tomado los votos en una congregaci¨®n religiosa en Madrid. Una crisis existencial le hizo salir ¡°con una mano delante y otra detr¨¢s¡± en busca de las experiencias de la vida que se hab¨ªa perdido.
¡°Surgi¨® la opci¨®n por un compa?ero del trabajo que me anim¨® a hacer el casting por ordenador. Me acuerdo de que puse que mi vida personal no hab¨ªa sido nada de lo que se hab¨ªa visto y que pod¨ªa ser un ejemplo. En mi congregaci¨®n, cuando les dije que hab¨ªa surgido la opci¨®n de ¡®Gran Hermano¡¯ no les gust¨® y su reacci¨®n no fue buena¡±, ha explicado.
Aunque en su cabeza siempre estuvo volver al clero, nunca pudo hacerlo. ¡°Se mont¨® una polvareda tremenda, aunque estuve muy comedido durante el concurso¡±, ha rememorado. Durante ese proceso, Rafa descubri¨® su verdadera identidad sexual, una realidad que para ¨¦l tambi¨¦n fue complicado aceptar. ¡°La homosexualidad una persona la puede vivir de una manera o de otra. Psicol¨®gicamente fue muy duro asumirla en un momento en el que me ten¨ªa que plantear muchas cosas¡±, ha insistido.
Con el paso de los a?os, el protagonista subraya que ¡®Gran Hermano¡¯ ¡°no fue ni una puerta ni un trampol¨ªn, fue un acantilado¡±. Malo por momentos, como cuando fue agredido verbalmente por cuatro personas en la Gran V¨ªa madrile?a mientras paseaba con su madre; bueno en definitiva al haber sido capaz de encontrarse a s¨ª mismo¡±. Gracias, en parte, a su pareja desde hace trece a?os, Ram¨®n, con quien se casar¨¢ en el mes de octubre.
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