Morgan, la vuelta a la ‘cinta de casette’ en el fragor del algoritmo
De Popland a San Mamés, de Quique González a Noruega, esta banda considerada por muchos como la mejor espa?ola en el siglo XXI publica ‘Hotel Morgan’, disco que estrenarán en Segovia, este 14 y 15 de marzo.


Hace ya varias semanas que el último disco de Morgan, Hotel Morgan, el quinto de estudio, ha vuelto a ser solo eso, su último disco. Sus dos dimensiones de nuevo una, la digital y la física, después de meses de recorridos distintas que estarán para siempre en su edición como una huella digital, ya solo una. Aunque por un lado diga 2024 y, por otro, 2025. Y las dos son verdad. En el intermedio, la búsqueda de una manera distinta de ofrecerle la música al oyente, más como antes, más cerca de las viejas cintas de casette, de mano en mano, boca a boca, que de la ley de los algoritmos. De ahí que las canciones de Hotel Morgan al principio, cuando se editó a finales del a?o pasado, solo pudieran escucharse cuando alguien lo adquiría de manera física. Solo a finales de enero comenzó a estar disponible al completo en las distintas plataformas. Ese disco que forman once canciones, grabadas en Ocean Sound, Noruega y producidas por Martín García Duque, con un cambio con respecto a los anteriores (North, Air, Home y The River and the Stone): casi la mitad son en castellano. Carolina de Juan, Nina (Madrid, 1990), se va sintiendo más cómoda componiendo y cantando en este idioma que es el suyo aunque en sus canciones fuese sobre el inglés. El 14 y 15 de marzo abren las puertas del Hotel Morgan sobre los escenarios, en Segovia, inicio de una gira con una primera parte de teatros y 19 fechas confirmadas ya, las Noches de Botánico (14 de junio) y Rockland Fest (18-20 de junio), entre ellas. De este disco que en realidad es un viaje. Antes, visitan la redacción de AS.
De los cuatro, solo falta Paco López, el hombre que fue pegamento de todo al inicio. Es un día de estos grisáceo y lluvioso de los que últimamente no abandonan Madrid. Nina, Ekain Elorza (Eibar, 1983) y David Schulthess, Chuches (Valladolid, 1986) llegan a AS para hablar de su música y este quinto disco de estudio en el que han intentado cambiar algo en la industria. Poner su granito, al menos. El ritmo frenético en el que gira la rueda, todo el tiempo una novedad tras otra en Sportify, en redes… Lo cuentan en una conversación pausada. Las voces mezcladas de los tres contando su historia. Sobre todo esa de Nina, con piel, capaz de tocar las cosas, posarse sobre ellas y acariciar.

A finales del a?o pasado anunciaron que Hotel Morgan primero estaría solo disponible de manera física y luego ya, a partir del 31 de enero, en plataformas. ?Cómo acogió el público la idea?
Nina de Juan: Pues tuvimos suerte. El feedback fue positivo. Todo el mundo lo entendió bastante y, aparte, no sólo le dábamos al público esa alternativa. Desde el 26 de noviembre podías comprarlo de manera física si lo querías escuchar pero el 31 de enero ya lo ibas a tener. Y todo el mundo tiene capacidad de esperar por si en ese primer momento no se lo quería comprar por lo que fuera. Pero sí que hemos sentido mucho apoyo de la gente que nos escucha y sigue. Hubo mucha preventa del vinilo, de los cds… Estamos muy contentos. Nos sentimos arropados por el público que nos escucha. Creo que fue una buena idea. También la fabricación de los vinilos condiciona mucho.
?Por qué?
N. D. J.: Juntas un montón de factores. Al final sales con esta idea que, al principio, puede parecer un poco arriesgada. Para nosotros también. Te la juegas un poco a que no se entendiera cómo funciona la salida del disco, que no supieras donde comprarlo o dónde estaba.
Ekain Elorza: O que se filtre…
?Tuvieron algún problema con eso?
E. E.: No. Creo que la gente fue consciente de que somos una banda independiente, peque?a.
N. D. J.: Autogestionada…
E. E.: Y que sabían que, con esta manera, nos estaban ayudando directamente.
David Schulthess: Y nosotros también éramos conscientes de que, en una peque?a parte, de que si lo compartías con tus amigos nos parecía fenomenal, sin que eso fuera una filtración.
Como cuando se grababan las cintas de cassette, allá por los noventa.
N. D. J.: Eso es. Es una manera de intentar consumir música como se hacía antes. Tampoco es que hayamos querido cambiar las bases de la cuestión. Pero sí que es importante salirse un poco, sobre todo eso, bandas como nosotros, autogestionadas, que toda ayuda es bienvenida.
E. E.: Teníamos ganas de ver qué pasaba también, para nosotros, un misterio. ?Qué pasará si lo hacemos de esta manera? ?La gente lo va a entender, no?
N. D. J.: A lo mejor no lo compra nadie.
E. E.: Sí. A lo mejor nadie lo quiere.
Pero no ha pasado eso.
E. E.: Todo fue bien. No hubo ninguna sorpresa. Porque muchas veces cuando haces algo nuevo igual te encuentras con situaciones que no esperabas.
N. D. J.: Sí nos pasó, de hecho, algo en lo que no pensamos: que al hacerlo así sacamos este disco en 2024 y en 2025, también. Para según que cosas, es un lío. ?Cuándo ha salido? (sonríe). Si para el próximo volvemos a hacer algo así, lo haremos en el mismo a?o (ríen todos).
“De cantar tantas veces Sargento, Volver, de la gira con Quique González yo fui desempolvando esa manera de cantar y reconociéndome un poco más en castellano”
Nina de Juan, Morgan
Es un disco distinto desde el mismo título. Hotel Morgan. Todos los demás lo tienen en inglés (North, Air, Home…) y éste, además, cuenta con cinco de las once canciones en castellano, ?por qué?
N. D. J.: ?Por qué tiene más canciones en castellano? De cantar tantas veces Sargento, Volver, de la gira con Quique González yo fui desempolvando esa manera de cantar y reconociéndome un poco más, me parece más natural.
En varias entrevistas confesaba de hecho, que no se sentía cómoda cantando en castellano. ?Por qué? ?La música que escuchaba era en inglés?
N. D. J.: Sí. En mi casa ha habido mucha influencia de la música americana, anglosajona…
?Qué se escuchaba?
N. D. J: Los Eagles, Aerosmith, Queen, Guns and Roses, Aretha Franklin, Etta James… A mí la música nacional me llegó en la adolescencia, cuando yo me puse a investigar. Pero ya es como tarde. Llevo toda la vida con la cantinela del inglés. Y cuando yo cantaba es lo que me salía de manera natural. Un poco contradictorio porque no es mi lengua, pero a fuerza de las giras. De cantar Sargento 300.000 veces, Volver, otras tantas…
Porque hay mucho público que, quizá, sus canciones en inglés no le lleguen del todo al no dominar ese idioma.
N. D. J.: Nosotros también entendemos que el castellano es directo, no hay intermediario, no tienes que traducir… Lo de Hotel Morgan no sé si es una situación puntual, tantas canciones en castellano, o una tendencia que se seguirá dando. Se ha dado en este disco y en el futuro ya veremos. Sí creo que es por habilidad. Tienes más practicada y te sale más.
Eso llama mucho la atención.
D. S.: ?A nosotros también, eh!
E. E.: Yo no me lo esperaba tampoco. Cuando la gira del disco anterior acabó, cada uno se fue de vacaciones por separado y Nina aprovechó para componer las nuevas canciones y, hasta que no nos sentamos todos y escuchamos las maquetas, no sabíamos qué nos íbamos a encontrar. Pero, bueno, se ha soltado y está perdiendo el miedo a cantar en espa?ol, ?no?
(Nina sonríe, tímida, inmensa).
N. D. J.: Sí, funciona, funciona. Se entiende lo que quiero decir (sonríe).
Usted se llama Carolina, ?por qué la llaman Nina?
N. D. J.: Por el diminutivo. No fue Lina, decidieron que era Nina y Nina se quedó.
D. S.: Y porque Carol no le gusta (estallan todos en carcajadas, menos Nina).
N. D. J.: Pero eso no tiene que ver. Cuando empecé a tener uso de razón ya era Nina. Carolina solamente me llaman las multas.
D. S.: La Guardia Civil (ríen).
N. D. J.: ?Hasta en las broncas de mi madre son Nina y nunca Carolina!
“Nina se ha soltado y está perdiendo el miedo a cantar en espa?ol”
Ekain Elorza, Morgan
Llevan desde 2012. ?Cómo se gestó el grupo? Porque usted, Nina, ya tocaba.
N. D. J.: Sí, en mi casa.
?Cómo empieza todo?
E. E.: Yo creo que es Paco, tuvo un problemilla en Estados Unidos, tuvo que volver a Espa?a y montó una banda. Nina era la corista. Se conocen de toda la vida.
?Y cómo empezó usted?
N. D. J.: En casa yo componía pero… para los perros. Es decir, lo hacía sin conciencia de composición. Yo había hecho el Volver no sé muy bien por qué, se me ha olvidado totalmente de dónde sale. Tenía como dos o tres temas que estaban ahí porque me entretenía mucho, pero no sabía ni que se los iba a ense?ar a Paco ni que Paco luego se los iba a ense?ar a Ekain. Era como un hobbie. Echaba las tardes en el piano sin más pretensión. En mi casa mis padres son músicos y siempre se ha tocado. Como es el trabajo de mis padres, era una cosa como muy natural. Pero sin pretensión. Yo estudiaba empresariales.
Con esa voz que tiene.
N. D. J.: Pero yo no era consciente de que la podía usar (sonríe).
E. E.: Nos conocíamos de antes los tres, teníamos bandas por separado pero sí que Nina empezó con Paco y me ense?ó las canciones que tenía grabadas. Empezó todo para echarle una mano a Nina, tampoco la primera idea fue “vamos a montar una banda” sino “vamos a ayudar a Nina a montar sus temas”. Y nos fuimos juntando con esa intención. Tres a?os de ensayo. Y nosotros fuimos viendo que molaba un montón cada canción que traía al local y decíamos: “Tráeme una que no mole”.
N. D. J.: (Con la sonrisa) Tuve suerte, también. Pensábamos que íbamos a tocar dos veces, en el Rey Lui que lo hacíamos bastante o en el Aperi, alguna Moby Dick, algún Costello, pero siempre piensas que vas a hacer para tus colegas y luego pues te tendrás que dedicar a lo que te dediques. Yo en ese momento que trabajaba en una tienda y tan ricamente.
?Qué tienda?
N. D. J.: Popland.
“Le pedí a Quique, mi jefe, que me dejase poner unas cuantas copias del primer disco de Morgan. Y me piqué un montón el primer día porque no vino nadie...”
Nina de Juan, Morgan
?Que mola un montón!
N. D. J.: Sí, pues ahí trabajaba. Primero en la de Moncloa y luego en la de Malasa?a.
D. S.: Nuestro primer disco lo vendía Nina ahí…
N. D. J.: (Ríe) Sí, sí. Le pedí a Quique, mi jefe, que me dejase poner unas cuantas copias. Y me piqué un montón el primer día porque no vino nadie (ríen todos). Y justo cuando estaba cerrando entró alguien y me dijo: “?Tenéis aquí el disco de Morgan?”. Y yo: “Y cómo te has enterado de que existe esta banda”. Fueron tiempos muy divertidos.
D. S.: Y yo ya llegué después de eso. La época de trabajo, trabajo, yo me la salté.
E. E.: Le conocimos en la grabación del primer disco. Cuéntalo.
D. S.: Yo trabajaba como sesionista para el estudio donde grabaron el primer disco y me llegó el curro. No había escuchado nada hasta que entré por la puerta, me puse la primera canción y me pasó como imagino que le pasa a todo el mundo.
Que le dio al play y alucinó.
D. S.: Tú vas al estudio y te puedes encontrar con una auténtica mierda o con una maravilla y, entre medias, también hay muchas cosas. Pero claro, el día que llegas y es una maravilla, que te inspira y te gusta, me hizo muy feliz instantáneamente. Y, encima, me cayeron de la hostia.
Qué bonito eso, que alguien diga: “Me hace feliz lo que haces”.
E. E.: Hay muchas conexiones.
D. S.: Y ya desde entonces. Me llevó Paco porque yo no tenía carné entonces, al Metro Ligero, y me dijo: “?Te harías la presentación?”. “Si me pagáis…” (ríen).
E. E.: Y todas estas coincidencias al final han acabado formando Morgan, que nos ha cambiado la vida a todos.
?Ustedes pueden vivir de la música?
Los tres, a coro: Ahora mismo sí.
N. D. J.: Pero de alquiler (carcajean).
?Y por qué Morgan?
N. D. J.: Estuvimos barajando como mil nombres y todos malos. Es una tortura el buscarle nombre a una banda. Y este nos pareció que no era ni espa?ol ni inglés, ni nombre ni apellido, ni chica ni chico. Una cosa muy genérica. Lo pusimos para un bolo en el Rey Lui, haciendo el cartel y dijimos: “Vamos a poner Morgan ahora y cuando se nos ocurra otro mejor ya lo cambiaremos…”. Pero, no se nos ha ocurrido aún (ríen).
E. E.: Es que, de primeras, todos los nombres suenan fatal.
D. S.: Hasta tu nombre propio suena mal.
E. E.: Pero luego te acostumbras y dices: “Es este”.
?Cómo cambia la colaboración con Quique González, Charo, la asturiana de zinc…?
N. D. J.: (Sonríe. Y cuando Nina sonríe es como cuando canta: acaricia). Pues una maravilla.
?Y cómo surgió?
E. E.: Pues por las coincidencias otra vez.
N. D. J.: Un amigo en común de Quique le ense?ó un vídeo en el que yo tocaba una versión de Dinero.
D. S.: Mira, eso yo no lo sabía.
N. D. J.: Sí. A Quique le gustó y él tenía en su banda a Edu Ortega, amigo mío del pueblo, que me dijo: “Quique comenta que querría que cantases Charo”. Y, claro, yo me puse muy nerviosa para empezar y luego ya grabé el tema. Le llamé. Le pregunté: “?Qué estas buscando?, ?qué quieres?, a ver si yo puedo…”. Porque, claro, yo nunca había cantado en espa?ol. Pero bueno, quedó muy bien (sonríe otra vez) y yo me quedé muy contenta. Porque es un temazo increíble y dije: “Joe, qué guay”. Luego le conocí a la salida de un concierto, al lado de La Sol, y fue muy gracioso porque él (se?ala a Ekain) estaba en la gira de Quique y me llamó a mí después, que si me quería unir. Y dejé Popland y me fui. Ahí aprendí un montón de cosas. De girar, de la convivencia, las salas… Crecí mucho. Cantar en espa?ol es otra cosa distinta, yo me solté un poco y lidiar con los nervios del escenario. Pero Quique fue increíble, la gira. ?l en cada concierto, cada vez que nos presentaba hablaba de Morgan, hacía mucho hincapié. Confiaba mucho en nosotros, con una generosidad que no tendría por qué haber tenido. A día de hoy sales de nuestros conciertos y te vas al merchan y la gente nos dice: “Os conocí por Quique”. Sigue pasando hoy. Para nosotros es una persona muy importante.
“Quique González confió mucho en nosotros, con una generosidad que no tendría por qué haber tenido”
Nina de Juan, Morgan
Llevan desde 2012, trece a?os. Hay quien les considera la gran banda del siglo XXI en Espa?a. ?Cómo han vivido usted ese camino?
N. D. J.: Estamos contentos con ese crecimiento porque te permite ver los pasos, disfrutar del camino también, en el que te pasan cosas que no te esperas y las disfrutamos. Claro, como la expectativa era cero pues todo es bienvenido. Intentamos mantener los pies en la tierra. Al ser banda autogestionada tienes que intentar tomar las mejores decisiones, las que te hagan hacer sostenible la banda, que no es fácil.
?Qué es lo más difícil de esa autogestión?
N. D. J.: Todo lo que no tiene que ver con la música.
E. E.: Todo, todo lo que es trabajo. Gestionar la empresa y no arruinarte, básicamente. Lo que entra y sale, hacerlo sostenible, sin hacer ninguna burrada tampoco. Con planes a medio-largo plazo, porque dependes mucho de cómo te vaya. Es muchísimo esfuerzo. Es asumir mucho riesgo.
E. E.: Manejar la incertidumbre también, que estás manejando siempre unos supuestos, de lo que va a pasar. Entonces es difícil.
Su última gira la cerraron en el Palacio de los Deportes ya.
D. S.: Eso es gracias a gente como la del Inverfest que apostó por nosotros. Solos no podemos, pero Inverfest nos dijo: “Queremos daros la oportunidad”. Y gracias a su apuesta pudimos tener esa experiencia. Lo hicimos como si fuese la última vez que lo fuéramos a hacer en la vida. Es un poco como vamos siempre: como si fuese la última vez.
N. D. J.: Es que puede ser.
E. E.: Intentamos siempre no tener expectativas muy altas para, luego, todo lo que venga sea un regalo. Si tú piensas que el disco este nuevo, por ejemplo, va a ser increíble y te inflas la cabeza, luego te llevas unos golpes. Por eso no nos hemos saltado ningún paso.
D. S.: Nuestra intención siempre es a largo plazo. No queremos orde?ar la vaca ni hacer cosas que volatilicen nuestra carrera porque lo que nos gusta es tocar, estar juntos y hacer música y si podemos hacerlo toda la vida…
N. D. J.: Pues perfecto.
D. S.: Sería la gloria.

?Y cómo fue el irse a Noruega, que por cierto lo hicieron el coche, para grabar este último disco? ?Cuánto duró ese viaje?
D. S.: Siete días. Pero con calma eh.
?Y dónde pararon?
D. S.: La primera parada, Burdeos.
?Lo planificaron antes?
D. S.: Sí. Dijimos: “Lo hacemos rápido o lo disfrutando, largo”. Y elegimos lo segundo. Fue en agosto y escapamos de la ola de calor en Madrid que eso ya fue un punto. La primera parada fue Burdeos. Nos apeteció así. Teníamos que parar, recoger material fotográfico y fueron seis horillas y tal y ya cervecitas. Nuestro plan era avanzar suficiente y luego ya pillar un hotelito económico pero cómodo, que pudiéramos ir a pillar unos cacharros a la ciudad, conocerla, dormir y seguir al día siguiente otras seis, siete horas. Luego vino un pueblo a dos horas de París, más tarde Hannover, donde coincidió que había un festival gratuito y acabamos en un karaoke cantando Luz Casal.
?En serio?
N. D. J.: Fue un planazo.
D. S.: Otra de las paradas obligatorias era la casa de unos amigos que viven en Dinamarca. Hicimos noche allí y luego ya fue coger el ferry al día siguiente hasta Noruega, donde dormimos en una casa idílica, al lado de un pantano.
N. D. J.: De cuento.
?De paredes de cristales y demás?
N. D. J.: Pero también de madera.
E. E.: En un bosque.
?Cómo la de la película de Los Amantes del Círculo Polar?
N. D. J.: Algo así.
E. E.: Era un poco de peli de miedo también.
D. S.: Sí, tenía todo. De esto que dices: “Si salgo igual viene un oso aquí…”. Además es que había se?ales. “Cuidado, osos” (ríen).
?Qué le ha aportado al disco grabar allí? ?Qué buscaban?
N. D. J.: Ya solo el viaje que hicimos le aporta cosas al disco. Llegamos todos hinchadísimos de experiencias, de vivir lo mismo, de estar todos con la misma energía. Una grabación es un proceso muy intenso y si venimos todos de la misma manera, enfocados a meternos en la misma burbuja… En aquello había algo en el aire de descubrir juntos cosas que venían muy bien a las canciones. Estar todos sintiendo las mismas cosas, aunque cada uno seamos de su padre y su madre.
D. S.: Te inspira de una manera espectacular.
N. D. J.: Sí, lo hicimos muy bien. Fue buena idea.
E. E.: Son experiencias que se te quedan para siempre, una sensación que modela todo, que estás pletórico.
?Por qué el título de Hotel Morgan?
N. D. J.: Porque se presta también a muchas interpretaciones. Es un elemento bastante metafórico. También una palabra que se puede leer igual en inglés que en espa?ol, como Morgan, y luego me parece un lugar temporal que cobija muy bien a las canciones.
E.E.: Como que en la cada habitación del hotel hay una familia diferente pero que están todas ahí juntas, y por algo.
N. D. J.: Y conviven bien.
?Y para usted, Nina, cómo ha sido escucharlo, escucharse cantando tanto en castellano?
N. D. J.: Ah, pues me ha alegrado mucho que no le he dado importancia. Se pasa el disco y no lo he pensado. Mi intención era quitarle hierro al asunto del tema de los idiomas. Que la canción te guste por lo que es, no por en qué idioma esté cantada.
Nina es de familia de músicos, ?a ustedes de donde les viene?
E. E.: A mí, de mis hermanos mayores. Soy el peque?o de cuatro. En mi casa, mi madre sí que escuchaba música. Boleros, cubana, Elvis… Tiene una colección de CDs acojonante. Y mi padre tenía muy pocos discos, pero mi hermano mayor trajo un día una guitarra a casa y empezaron a ensayar en el ático con sus amigos y yo que era un ni?o empecé a tocar la batería. Y luego compraron discos y yo los escuchaba, los de los tres hermanos. ?Yo no he comprado discos en mi vida!
D. S.: Mis padres son suizos y, cuando ellos estudiaban, era súper común que todo el mundo supiera algún instrumento. Mi madre toca la flauta travesera y la guitarra y, mi padre, el piano y la guitarra. A nivel amateur. De fogata. Entonces un piano que tenía mi abuelo, nos lo trajimos de Suiza y empecé a dar clases con mi padre. En mi casa se escuchaba música clásica. Mis padres son pastores evangélicos y, entonces, mucha música del se?or (ríen todos).
?Son aficionados al fútbol?
N. D. J.: Yo ahora estoy en una época bastante desconectada, pero hace unos a?os sí que era bastante…
D.S.: Cuando la conocí, ella era más futbolera que yo.
E. E.: Vimos al Madrid en Noruega este verano.
N. D. J.: Sí.
E. E.: Un partido en la tele.
N. D. J.: Y luego fuimos escuchando otro de viaje. Me gusta estar enterada al menos…
“Intentamos que ese mundo que va a toda hostia en el que vivimos no nos afecte”
Ekain Elorza, Morgan
Suben al escenario a Hotel Morgan por primera vez en Segovia.
N. D. J.: Empezamos la gira el 14 y 15 de marzo y, luego, vamos a pasar por un montón de ciudades y terminamos en junio en Madrid y por el medio pasamos por A Coru?a, Vigo…, vamos a hacer Toledo también, Barcelona, Bilbao, Valencia, Guadalajara, Badajoz, Málaga, Sevilla...
E. E.: Es una gira de teatros. Luego haremos algunos festivales y la segunda parte de la gira. En oto?o y hasta febrero, que habrá salas.
Han estado tres a?os sin sacar nada nuevo. En la industria actual eso es raro.
D. S.: Mucho.
N. D. J.: Depende también de cada banda. Hay veces que terminas un disco y, por lo que sea, tienes la cabeza inspirada y te salen más temas. Depende de la energía, de las ganas, más que de la presión, porque claro que nosotros hemos estados tres a?os sin sacar disco, pero dos y medio girando. Para nosotros es como que no hemos parado.
E. E.: Es verdad que da la sensación de que tienes que estar todo el rato generando cosas, todo el rato alimentando a la bestia.
Parece un ritmo infernal.
E. E.: Claro, si te metes en esa rueda… Pero dices: “Oye, me ha costado hacer el disco un a?o, vamos a darle un tiempo”. Intentamos que ese mundo que va a toda hostia en el que vivimos no nos afecte. La idea es a largo plazo. Vamos a hacer las cosas tranquilas porque cuanto más aceleres el motor, menos tiempo te va a durar. En realidad han sido dos meses en los que hemos estado de vacaciones. Encima Nina ha estado componiendo. No ha habido descanso.
N. D. J.: De puertas para adentro no hay sensación de tanto parón.
?Cómo ven la presencia de mujeres en los carteles de los festivales de verano?
N. D. J.: Es cuestión de tiempo que haya más. Hay un montón de bandas femeninas y eso es algo que tiene que caer por su propio peso. Que haya más en los carteles. Y, si no hay ahí, pienso, hay que mirar a ver por qué.
Han hecho una gira como teloneros de Fito y Fitipaldis.
E. E: Te iba a decir que tocar en San Mamés es algo increíble.
D. S.: Hemos tocado en estadios
N. D. J.: ?Y en La Cartuja!
?Y cómo fue esa experiencia?
N. D. J.: Maravillosa. Estás probando sonido en San Mames y dices: “Esto que estoy viviendo es muy apabullante”.
E. E.: Tocar en sitios totalmente inaccesibles.
N. D. J.: Que nunca te imaginas estar tocando ahí. Y también una generosidad muy grande la de Fito.
D. S.: Y nos cuidaron de la hostia.
Quique González, Fito…
E. E.: Hemos tenido buenos padrinos.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando. Si estás interesado en licenciar este contenido, pincha aquí.
Rellene su nombre y apellidos para comentar
Tu opinión se publicará con nombres y apellidos