Muere el legendario cineasta Roger Corman a los 98 a?os

En el arte, as¨ª como en la vida, siempre debe haber un valiente, a veces canalla y casi siempre sinverg¨¹enza, que abra la puerta para que otras generaciones puedan pintar la habitaci¨®n. Roger Corman ha sido muchas cosas en la industria, pero sobre todo, por encima de cualquier descripci¨®n formal y biogr¨¢fica, fue la persona que cambi¨® Hollywood para siempre. Cerr¨® los ojos por ¨²ltima vez el pasado 9 de mayo en su casa de Santa M¨®nica, California.

A mediados de los 50 Corman hac¨ªa lo que entonces pod¨ªa incluso resultar novedoso: era una d¨¦cada donde reinaba el thriller y en la que el western viv¨ªa sus a?os dorados, donde el cine b¨¦lico centraba su enfoque en las consecuencias de las guerras pasadas, poso del que bebi¨® el drama hist¨®rico, y el de animaci¨®n vivi¨® su primera gran ¨¦poca; por un hueco asomaba la ciencia ficci¨®n y el rock and roll. Todo vino a mezclarse en la mente de Corman, que supo hacer del cine de serie B, el de bajo presupuesto, una bandera contracultural, sintiendo predilecci¨®n por el terror, y escribiendo el futuro de lo que luego vendr¨ªa a llamarse Nuevo Hollywood.

Hizo de sus ideas una causa art¨ªstica en los 60 y permiti¨® que, inducidos por ellas, se iniciase en el cine una generaci¨®n de j¨®venes intr¨¦pidos que supieron entender la esencia creativa de ese cine independiente y de consumo. Corman fue el ¡®l¨ªder espiritual¡¯, el mentor, el maestro: bajo su ala comenzaron su carrera directores como Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Peter Bogdanovich y James Cameron y aprendieron a volar actores de la talla de Jack Nicholson, Peter Fonda y Robert De Niro.

¡°Yo era cineasta, s¨®lo eso¡±

Con su partida se desvanece una de esas almas que alimentaban el oculto coraz¨®n de Hollywood; una de esas arterias que ha vivido por y para el cine, fiel a su estilo y a sus convicciones hasta el ¨²ltimo de sus d¨ªas. A sus espaldas medio millar de pel¨ªculas que brillan en la mente del nost¨¢lgico incapaz de olvidar sus adaptaciones de relatos de Edgar Allan Poe, aquellas protagonizadas por Vincent Price, que resultaron, muchas de ellas, s¨®lo comprendidas d¨¦cadas despu¨¦s: tanto es as¨ª que en 2009 recibi¨® el Oscar de Honor.

Era un tipo de Detroit que estudi¨® Ingenier¨ªa Industrial, que sirvi¨® en la Marina y que combati¨® en la Segunda Guerra Mundial, pero se sab¨ªa enamorado del cinemat¨®grafo: pas¨® de mensajero en 20th Century Fox a analista de guiones, salt¨® al mundo de la literatura desde la historia de las letras inglesas al s¨¦ptimo arte por el sumidero del g¨¦nero cutre para autocines.

S¨®lo alguien como Norman hace de esta trayectoria una ventana de cambio hist¨®rica en la ciudad de las estrellas, trayectoria que hoy celebran, seguramente entre l¨¢grimas, todos aquellos que le consideraron un referente: desde Quentin Tarantino hasta John Carpenter, quien ha reconvertido su llanto en tinta digital: ¡°Uno de los directores m¨¢s influyentes de mi vida ha fallecido. Fue un privilegio conocerlo. Era un gran amigo. ?l molde¨® mi infancia con pel¨ªculas de ciencia ficci¨®n y epopeyas de Edgar Allan Poe. Te echar¨¦ de menos, Roger¡±.

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Quien ha dado la noticia del fallecimiento ha sido su hija, Catherine Corman, a trav¨¦s de un comunicado emitido por Associated Press que es, a su vez, el cofre que encierra su ¨²ltima voluntad. ¡°Era generoso, de coraz¨®n abierto y amable con todos aquellos que lo conocieron. Cuando le preguntamos c¨®mo le gustar¨ªa que lo recordaran, dijo: ¡®Yo era cineasta, s¨®lo eso¡¯¡±.

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