Kevin Costner, sobre su experiencia con las drogas: ¡°Me vi excluido porque no quer¨ªa hacerlo¡±
El veterano int¨¦rprete ha asegurado que prob¨® la coca¨ªna por presi¨®n en sus primeros a?os en Los ?ngeles y que nunca repiti¨® porque no le gust¨®.


Aunque fue la d¨¦cada de los noventa la que catapult¨® a Kevin Costner a la constelaci¨®n m¨¢s brillante de Hollywood, lo cierto es que el int¨¦rprete brilla en el firmamento que cubre la ciudad de las estrellas desde 1974. Antes de asumir plenamente los diferentes caminos que desde entonces fue cultivando en el s¨¦ptimo arte, Costner se hab¨ªa visto obligado a compaginar diferentes trabajos con su vocaci¨®n cinematogr¨¢fica para poder sufragar los gastos que conllevaba la vida en la costa oeste.
Mientras hac¨ªa sus primeras acrobacias como actor, Costner era camionero; tambi¨¦n fue pescador y hasta ejerci¨® como gu¨ªa tur¨ªstico. Durante estos a?os se mezcl¨® con todo tipo de personas y se encontr¨® en circunstancias que hoy comenta con la risa de quien sabe que le han salido las cosas bien. Entre ellas, su primera y, presumiblemente, ¨²nica experiencia con la coca¨ªna.
¡°All¨ª no hab¨ªa nada para m¨ª¡±
Aquel episodio ha vuelto a su memoria en Armchair Expert, el podcast de Dax Shepard. El joven Costner, que se ganaba la vida como director de escenario en los estudios Raleigh, en Los ?ngeles, y asistente de publicidad en proyectos de bajo presupuesto. La empresa se embarc¨® en un proyecto de mayor relevancia que implicaba un cableado diferente en el escenario, y para acometerlo llegaron un grupo de electricistas que, recuerda Costner, acudieron ¡°como estrellas de rock¡±.
Ocurri¨® que Costner no ces¨® en su empe?o por facilitarles el trabajo, am¨¦n de lo auxiliar de su antigua profesi¨®n. ¡°Estuvieron tres semanas con los cables y luego construyeron los decorados. Cada vez que necesitaban algo, yo se lo consegu¨ªa¡±, explica el actor; y fue tal el apoyo que ofreci¨® que, al terminar toda la reforma del escenario, los trabajadores quisieron agradecerle su emprendimiento.
¡°En un momento, me llevan de regreso a la sala y me dicen: ¡®Aqu¨ª', y me ponen una peque?a raya de coca¨ªna. Y ellos dicen, ¡®gracias por toda la mierda que est¨¢s haciendo por nosotros¡±, cuenta. Quiz¨¢ porque fuera joven, quiz¨¢ porque eran los 80, Costner la prob¨®: ¡°Lo hago y nada, y lo hago una segunda vez y lo hago una tercera vez¡±. Pero no le gust¨®. Puestos a cobrar una recompensa por su empe?o, mejor el dinero que el producto: ¡°Finalmente, les dije: ¡®Mirad, ?cu¨¢nto es eso?¡¯, y me dijeron que unos 20 d¨®lares. Les dije, ¡®mira, estoy tratando de comprar mi primera casa. Si crees que lo que estoy haciendo es genial, me vendr¨ªan bien esos 20¡å.
No cuaj¨®. Los electricistas rehusaron darle el dinero y se enfadaron por el atrevimiento del joven Costner. ¡°Me vi excluido porque no quer¨ªa hacer eso¡±, dice ahora, con la mente en el pasado, y alegr¨¢ndose por el favor que le hizo el hecho de que no le gustase la droga: ¡°Fue una suerte. All¨ª no hab¨ªa nada para m¨ª¡±.
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