Jon Bon Jovi, sobre su operaci¨®n de cuerdas vocales: ¡°En este punto, todo depende de Dios¡±
El m¨ªtico roquero, de dif¨ªcil rendici¨®n, conf¨ªa plenamente en volver a recuperar la plena proyecci¨®n de su voz y acometer un hist¨®rico regreso al panorama.
Han pasado dos a?os desde que Jon Bon Jovi, l¨ªder de la banda bautizada con su apellido art¨ªstico y una de esas estrellas del rock cubiertas por el velo de la eternidad musical ¡ªen este caso, extensible a su forma f¨ªsica y su aparentemente interminable juventud¡ª, pasara por quir¨®fano para solucionar unos problemas que hab¨ªan inutilizado sus cuerdas vocales hasta dejarle sin voz. Su lucha en los ¨²ltimos dos calendarios ha sido la de recuperar una fuerza que amenaz¨® con extinguirse y con la que no hace tanto vibraban los cimientos de los estadios que acog¨ªan sus conciertos.
El cantante conf¨ªa en volver a ser el mismo de antes. Los roqueros no son de f¨¢cil rendici¨®n. A trav¨¦s de una entrevista concedida a Entertainment Tonight se ha sincerado acerca de c¨®mo ha vivido estos ¨²ltimos meses y qu¨¦ planes tiene para acometer la tarea hel¨¦nica de volver a subir al Olimpo musical por las escaleras.
¡°?Est¨¢ de vuelta!¡±
Consciente de que ya ha hecho todo lo que estaba en su mano, cumplido con su parte del ¡®trato¡¯ m¨¦dico para volver al ruedo, sabe que, el resto, responde a otros factores que ¨²nicamente son mecidos por la fortuna con la que reparte cartas el paso del tiempo: ¡°No hay nada que me importe m¨¢s ahora que mejorar. En este punto, todo depende de Dios¡±.
Sabe que va por buen camino porque nota una mejor¨ªa en su voz, pero quiere m¨¢s. ¡°Canto en nuestro nuevo disco, actu¨¦ en MusiCares y lo clav¨¦¡±, detalla, mostr¨¢ndose esc¨¦ptico y cauto, con la desconfianza de un felino sabio que no quiere dar pasos en falso. Sus futuros conciertos son pruebas de fuego para conocer si la evoluci¨®n es favorable o, por tanto, se estanca en un ¡®casi¡¯.
Su retorno, rapto del fuego, tiene una doble lectura: el eje sobre el que se vertebra su grupo, Bon Jovi, que desde 1983 no ha dejado de estar al pie del ca?¨®n. ¡°No quiero poner en peligro nuestra identidad como banda, no en lo vocal. Y quiero pensar que somos una gran banda¡±, confiesa, optimista.
La raz¨®n de su esfuerzo fue casi una alucinaci¨®n, el sue?o de una noche que quiz¨¢ fuera en verano. ¡°Cuando me despert¨¦ despu¨¦s de esa noche, por primera vez en una d¨¦cada la ¨²nica voz que sonaba en mi cabeza era la m¨ªa. El miedo ya no estaba ah¨ª, las dudas tampoco¡±, recuerda. Su esposa, Dorothea Hurley, r¨¢pidamente escribi¨® a sus hijos: ¡°?Est¨¢ de vuelta!¡±.
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