Una espa?ola prueba el restaurante del chef Jos¨¦ Andr¨¦s en Estados Unidos y alucina: ¡°Lo primero que he visto es una pata de jam¨®n¡±

Hay pocos chefs espa?oles que alcancen la proyecci¨®n internacional que tiene Jos¨¦ Andr¨¦s. El cocinero, que ha pasado gran parte de su trayectoria reivindicando la marca Espa?a con una carrera empresarial y gastron¨®mica al otro lado del charco, ha acercado a los norteamericanos el arte culinario patrio; la manera en la que ha combinado cocina y labor humanitaria, am¨¦n de su desempe?o al frente de World Central Kitchen, ha sido ampliamente ovacionada y laureada a lo largo y ancho del planeta.

No obstante, los americanos no son los ¨²nicos que visitan sus restaurantes en Estados Unidos. Tambi¨¦n lo hacen los espa?oles que all¨ª residen para recordar los sabores de su infancia y de su tierra. Esto mismo ha hecho la creadora de contenido Marta Rodr¨ªguez, una murciana que ha hecho de sus vivencias en el pa¨ªs de las barras y las estrellas una exitosa fuente de contenido que comparte con sus 312.000 seguidores.

¡°Coger¨ªa otro avi¨®n solo para ir a comer¡±

En un reciente v¨ªdeo, Marta ha acudido a Jaleo, local de Jos¨¦ Andr¨¦s, y, lejos de disimular de forma sutil su encanto con la comida, ha proclamado la satisfacci¨®n que all¨ª ha sentido. ¡°Coger¨ªa otro avi¨®n a Chicago ahora mismo solo para ir a comer ah¨ª de nuevo¡±, deja por escrito en el pie de publicaci¨®n. La realidad es que el flechazo se dio apenas hubo entrado al lugar. ¡°Hoy voy a comer en un restaurante espa?ol en Estados Unidos. Lo primero que he visto es una pata de jam¨®n. Me muero¡±, se deshac¨ªa de emoci¨®n antes, siquiera, de tomar asiento.

Entonces arranca el banquete. ¡°Un poquito de sangr¨ªa para empezar¡±, adelanta. Luego llega un cono crujiente con sobrasada, queso y miel y que hace las delicias de su paladar; y, tras ello, unas croquetas de pollo. ¡°En shock. Qu¨¦ bueno, por Dios . Me desmayo¡±, alucina, confesando que ¡°ahora mismo me siento como si estuviera comiendo en Espa?a¡±.

Aunque no pidieron la paella, dijo, ¡°ol¨ªa y ten¨ªa una pinta incre¨ªble¡±. S¨ª que pidieron la tortilla de patata, que no fue ¡°la mejor del mundo, sino m¨¢s bien ¡±regulera". Y de ah¨ª para arriba: un rossejat negro espectacular ¡ªdebi¨® ense?ar a su acompa?ante, quien pregunt¨® si ¡°lo negro¡± se com¨ªa, a pelar las gambas¡ª y, finalmente, un plato de pulpo a la gallega con patatas que transport¨® a los comensales a Galicia.

"Diez de diez, ten¨¦is que venir", aconseja a su comunidad. En la caja de comentarios se han apilado incontables mensajes, pero uno, a modo de guinda para semejante comilona, ha desatado risas y ovaciones a partes iguales: ¡°Ahora una torrija de postre, ?no?¡°.

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