Alcaraz impone la ley del m¨¢s fuerte para volver a semifinales

Carlos Alcaraz siente ya ese picorcito que les entra a los campeones cuando se llega el momento de la verdad. El espa?ol, defensor del t¨ªtulo en Roland Garros, huele una segunda final en la Chatrier. Lo evidenci¨® este martes con una demostraci¨®n de fuerza impresionante ante Tommy Paul, sobre todo en los dos primeros sets, excelsos por su parte (6-0, 6-1 y 6-4 en 94 minutos). El murciano de 22 a?os barri¨® al estadounidense de 28 con una actuaci¨®n de parecida factura a la que protagoniz¨® el d¨ªa anterior Sinner contra Rublev en octavos. As¨ª se meti¨® de nuevo en semifinales, las s¨¦ptimas de su carrera en Grand Slams, y ahora ocupa en solitario el tercer puesto hist¨®rico de presencias de espa?oles en dicha ronda, por detr¨¢s de Nadal (38) y de Santana (8).

A Alcaraz le espera el viernes, probablemente a las 14:30, el italiano Lorenzo Musetti, que avanz¨® a costa de otro estadounidense, Frances Tiafoe, con cierta pol¨¦mica, porque podr¨ªa haber sido descalificado (6-2, 4-6, 7-5 y 6-2 en 2h47). El italiano le peg¨® una patada a la bola y accidentalmente golpe¨® a una jueza de l¨ªnea.

¡°Podr¨ªa haber cerrado los ojos y todo hubiera ido dentro¡±, dijo Alcaraz, que no se dej¨® confundir en esta ocasi¨®n por la noche, como le ocurri¨® en la tercera ronda contra Damir Dzumhur, con aquel baj¨®n. ¡°Tuve unas sensaciones incre¨ªbles, trataba de dar cada golpe al 100%, daba igual el que fuera, sin pensar en nada m¨¢s que en pegarle hacia delante. Uno de esos partidos en los que todo funcion¨®. As¨ª que estoy completamente satisfecho¡±, a?adi¨®. ¡°Trat¨¦ de estar muy concentrado todo el rato y no bajar, porque sab¨ªa que Paul es un jugador impresionante¡±, se?al¨® Carlos, muy feliz por alcanzar por tercera vez las semifinales en Par¨ªs.

El inicio del partido aventuraba un encuentro disputado, porque el segundo juego dur¨® 11 minutos, pero lo perdi¨® Paul con su servicio y a partir de ah¨ª se vio completamente desbordado por Alcaraz, que solo cedi¨® un punto al saque en ese parcial. Al americano le cay¨® un rosco de manual. El espa?ol ve¨ªa porter¨ªa con pasmosa facilidad, manejando las direcciones a su antojo y pegando derechazos con muy malas intenciones.

Control absoluto

Su dominio parec¨ªa no tener fin, y as¨ª era por mucho que su oponente, por orgullo, intentara evitarlo. Despu¨¦s de quitarse un vendaje que llevaba en el muslo derecho, que deb¨ªa molestarle, al menos detuvo la sangr¨ªa en la segunda manga al ganar su primer juego antes de que le cayera otro chaparr¨®n. El hombre no sab¨ªa ni por d¨®nde iba la pelota y Alcaraz, para colmo, tiraba de su infinito fondo de armario lleno de recursos. Dejada por all¨ª, globo por all¨¢, cambios de altura, de potencia¡­ Eso, unido a la catarata de errores forzados y no forzados de un Paul por momentos algo indolente, le fue m¨¢s que suficiente para sentenciar el partido, si es que lo hab¨ªa, porque m¨¢s bien parec¨ªa un entrenamiento con sparring. Pocas veces se ve a un jugador del nivel del neoyorquino, que lleg¨® a ser top-10 el pasado mes de enero, hacer tan poco da?o al resto.

Y es que Carlos no mostraba fisuras, ni en las defensas, maravillosas tambi¨¦n. Y jugaba con un hambre que se hab¨ªa echado de menos en sus anteriores compromisos. Al comienzo del tercer set ya tuvo cinco opciones de quiebre que se le escaparon. La resistencia anim¨® a Paul, que se apunt¨® sus dos primeros servicios, jaleado por los espectadores. Tampoco era sencillo que Alcaraz mantuviera tama?o nivel de perfecci¨®n. Ni que su rival en alg¨²n momento dejara de jugar mal, aunque restando nunca le cogi¨® el aire al choque. Por eso termin¨® por la v¨ªa r¨¢pida. ¡°Supongo que quer¨ªais ver m¨¢s tenis y lo siento, pero ten¨ªa que hacer mi trabajo¡±, brome¨® con el p¨²blico. El chaval sonr¨ªe y manda.

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