Nadal pierde en dobles, pero vuelve a disfrutar del tenis

Rafa Nadal est¨¢ de vuelta. Ya es una realidad fant¨¢stica, una de las mejores noticias para el deporte en general y para el tenis en particular, porque se trata de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, para muchos, el mejor. Cuesti¨®n de valoraci¨®n y de gustos. Con 37 a?os y pese a estar harto de mataduras, el ganador de 22 Grand Slams, cinco Copas Davis y un oro ol¨ªmpico, vuelve a intentarlo casi un a?o despu¨¦s de disputar su ¨²ltimo encuentro en el Open de Australia, contra Mackenzie McDonald, superada una operaci¨®n del psoas il¨ªaco y la cadera. Antes de iniciar su andadura el martes contra Dominic Thiem en el cuadro individual del ATP 250 de Brisbane, Nadal jug¨® en el de dobles con uno de sus entrenadores, Marc L¨®pez, que desempolv¨® la raqueta para echarle una mano a su colega y ahora pupilo. Perdieron frente a los australianos Max Purcell y Jordan Thompson (doble 6-4 en 73 minutos), pero el resultado era lo de menos. Lo importante para Rafa era disfrutar del tenis, sentirse tenista de nuevo y acumular tiempo de juego en un estadio, y eso lo consigui¨® Rafa, que no par¨® de sonre¨ªr en todo el encuentro.

A Nadal se le ve feliz por recuperar las rutinas que adora: los entrenamientos en el torneo, el calentamiento previo a un partido, la salida a la pista, los aplausos del p¨²blico (¡°Amo a Rafa m¨¢s que a mi madre¡±, rezaba una pancarta), el sorteo en la red, su equipo y familia en las gradas e incluso las ruedas de prensa¡­ y el juego, por encima de todo. No era un partido de dobles cualquiera, por eso la pista central del Queensland Tennis Centre estaba llena para celebrar la vuelta del balear.

Para ¨¦l se trataba de encontrarse de nuevo en una cancha, sentirla, por encima del resultado, antes de volver a jugar un encuentro de individuales. Hizo lo mismo en enero de 2022, cuando jug¨® con Jaume Munar en el 250 de Melbourne. Aquella vez ganaron a los argentinos B¨¢ez y Etcheverry antes de caer ante el kazajo Golubev y el croata Skugor en octavos. Poco despu¨¦s, Rafa fue campe¨®n del Open de Australia. Ni mucho menos es comparable esa situaci¨®n con la de ahora, aunque tambi¨¦n ven¨ªa de un considerable periodo de baja, pero no de un a?o entero sin competir.

Brotes verdes

No obstante, Nadal, elogiado por todos los compa?eros con los que ha compartido entrenamientos en diciembre, hizo cosas interesantes con tres golpes importantes: el saque, el rev¨¦s y el drive. No tanto con las voleas, que ¨¦l mismo autocritic¨® (¡°Ah¨ª soy un espantap¨¢jaros, no doy una¡±, le dijo en catal¨¢n, m¨¢s o menos, a su amigo Marc), sobre todo en el primer set. Lo m¨¢s complicado para un tenista cuando lleva mucho tiempo sin jugar es la movilidad y el control del espacio. Pese a la inactividad (se retir¨® en el Mutua Madrid Open del a?o pasado), L¨®pez estuvo algo m¨¢s fino en la red, donde m¨¢s se le necesitaba, por eso la pareja espa?ola compiti¨® dignamente, hablando mucho, como en los viejos tiempos, cuando ganaron seis t¨ªtulos, con la guinda del oro en los Juegos Ol¨ªmpicos de R¨ªo 2016.

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Ese fue su 45? partido juntos. El de Brisbane, el 47?. Mucho bagaje, m¨¢s que suficiente para entenderse bien. Lo importante, al final, era disfrutar, y eso lo garantizaron. Los aussies, buenos doblistas, sobre todo Purcell (35? del mundo), iban en serio y ganaron con un quiebre en cada manga. Pero en las noticias no se hablar¨¢ de ellos, sino del regreso de un tit¨¢n, el en¨¦simo ¡®comeback¡¯ de Nadal.

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