God save the (new) king
Alcaraz tumb¨® a Wimbledon en su s¨¦ptima aparici¨®n en la Central de la Catedral. Un fen¨®meno casi paranormal ante un tenista que jugaba por la historia.


Deprisa, deprisa.
Una cosa est¨¢ clara: Carlitos ¡®Speedy¡¯ Alcaraz aprende muy r¨¢pido y quema etapas a la velocidad de la luz. El vetusto All England Lawn Tennis and Croquet Club es la Catedral del tenis. Y su pista Central un lugar sagrado, que impresiona, asusta y empeque?ece. El murciano jug¨® por primera vez en Wimbledon en 2021 y cay¨® en segunda ronda. El a?o pasado, debut¨® en esa pista para despedirse en octavos ante Jannik Sinner. La semana pasada, sabore¨® por fin el gusto de lo que es ganar sobre esa hierba, en el segundo partido contra Alexandre Muller. Es decir, le han bastado siete apariciones en la Central para hacerla suya. Para rendirla. Para conquistarla. Ya lo dec¨ªa el pionero Manolo Santana, ¡°el modo m¨¢s f¨¢cil de hacerse socio del All England Club es ganar el t¨ªtulo¡±. Casi nada. A partir de hoy, el chaval de 20 a?os ya se ha ganado el carnet de acceso al Palco Real de por vida, ya es miembro del club m¨¢s exclusivo del deporte junto con Augusta. Eso s¨ª, lo de entrar con el gorro de pescador que le ha dado suerte este a?o ser¨¢ otra historia.
Nadal.
Rafa tuvo que jugar y perder dos finales ante Roger Federer (2006 y 2007) antes de coronarse. En la primera, se curti¨®. En la segunda, llev¨® al l¨ªmite de un quinto set al suizo y se pas¨® media hora llorando en la ducha del vestuario. Se jur¨® que no le volver¨ªa a pasar. Y al a?o siguiente se proclam¨® campe¨®n en el considerado como mejor partido de la historia. Lo que ha conseguido Alcaraz entra dentro del fen¨®meno paranormal. En su primera aparici¨®n en el partido decisivo, campe¨®n.
Djokovic.
¡°Para Novak, es un d¨ªa m¨¢s. Para m¨ª, el mejor momento de mi vida¡±, dec¨ªa Charly antes de la final. No, no era un d¨ªa m¨¢s. Era el d¨ªa en el que pod¨ªa igualar a ocho t¨ªtulos de campe¨®n del mundo (esa es la pomposa inscripci¨®n que est¨¢ grabada en la Challenge Cup) con Federer y el d¨ªa que ten¨ªa marcado para empatar con Margaret Court en lo m¨¢s alto de la cima del tenis, donde la australiana figura desde hace 50 a?os con 24 Grand Slams. Ganarle, pues, parec¨ªa una misi¨®n imposible m¨¢s propia de Daniel Craig, el ¨²ltimo James Bond, que sigui¨® el partido desde la grada, que de un tenista que se estrenaba en el partido por el t¨ªtulo. ?Le soplar¨ªa algo el Agente 007 a Alcaraz?
El p¨²blico elige.
Djokovic estaba dispuesto a ganar contra todo y contra todos. Tambi¨¦n superando a un p¨²blico al que ya afe¨® su apoyo a otro jovencito, Sinner, en la semifinal. Lo hizo tambi¨¦n frente a Alcaraz, cuando consigui¨® neutralizar una bola de break del espa?ol al inicio del segundo set. Mala decisi¨®n. Si la exquisita grada de Wimbledon no hab¨ªa acabado de adoptar al de El Palmar como su nuevo icono, el serbio termin¨® por convencerles. Londres quer¨ªa un nuevo campe¨®n. Ya lo tiene.
De rey a rey.
El rey Felipe VI no se lo perdi¨®. Hace poco viaj¨® a Londres para asistir a la coronaci¨®n de Carlos III de Inglaterra. Esa estaba cantada. La de Alcaraz como nuevo rey del tenis no tanto. Pero tuvo buen ojo, como el ministro Miquel Iceta. La ocasi¨®n lo merec¨ªa, porque en Wimbledon, quiz¨¢, se podr¨ªa certificar un cambio de guardia en el deporte. Es verdad que Carlitos ya ten¨ªa un Grand Slam, el US Open. Pero all¨ª no se cruz¨® con Nadal, que cay¨® en octavos, y no estuvo Djokovic por su negativa a vacunarse. Con el balear en el dique seco y Federer retirado, el serbio quedaba como ¨²nico dique de contenci¨®n de la hegemon¨ªa del Big Three. Ya ha ca¨ªdo. God save the (new) king.