El ¨²ltimo brindis de Nadal
El balear, ante el final de su carrera deportiva, estuvo arropado en todo momento por un Mart¨ªn Carpena que vivi¨® su partido con el coraz¨®n en un pu?o.


Como si fuese un presagio de lo que estaba por venir, el cielo de M¨¢laga comenz¨® a llorar y a desprender unas pocas gotas de lluvia en los minutos previos al inicio de la eliminatoria entre Espa?a y Holanda. Colas largu¨ªsimas alrededor del Palacio de Deportes Jos¨¦ Mar¨ªa Carpena de M¨¢laga, donde Rafa Nadal proceder¨ªa a tomarse la ¨²ltima Copa de su carrera en la Davis. Para lo bueno y para lo malo, era un d¨ªa especial en la ciudad de la Costa del Sol, una jornada para la historia del deporte mundial. Rafa cumpli¨® su deseo de jugar el individual con el que se abr¨ªa la eliminatoria, y la posibilidad de que fuese el ¨²ltimo partido de su refulgente carrera hizo que 10.500 espectadores entrasen al pabell¨®n con el coraz¨®n en un pu?o.
Los cimientos del Carpena retumbaron cuando se anunci¨® por megafon¨ªa por primera vez el nombre del gran h¨¦roe local. Y la entrada a la pista del equipo espa?ol pareci¨® sacada de una pel¨ªcula: bajo un ruido estruendoso, la Selecci¨®n comenz¨® a desfilar. David Ferrer, Pedro Mart¨ªnez, Roberto Bautista... todos fueron pasando hasta que, en ¨²ltima posici¨®n, se dedujo la figura de Nadal, ataviado con su caracter¨ªstica cinta en el pelo y con la mirada de killer que le ha hecho uno de los m¨¢s grandes de siempre. Se vino abajo el recinto malague?o. ¡°?Rafa, Rafa, Rafa!¡±, se corea su nombre. Tantas son las emociones que el de Manacor, como el cielo unos minutos atr¨¢s, no evita las l¨¢grimas durante el himno de Espa?a. Toda la emoci¨®n que acostumbra a llevar por dentro, todo el dolor de aquel que quiere seguir jugando pero el cuerpo no se lo permite, sali¨® de golpe bajo los acordes de la melod¨ªa nacional. Con Rafa se rompi¨® todo un pa¨ªs que le ha acompa?ado siempre, en las duras y en las maduras. Un pa¨ªs que ha vivido pegado al televisor en una infinidad de domingos para hacer de los ¨¦xitos de Nadal los suyos propios, porque pocos deportistas han conectado tanto con el sentir de la gente, y en M¨¢laga se evidenci¨® una vez m¨¢s.
¡°?No te vayas, Rafa!¡±, le gritaron en repetidas ocasiones al protagonista del d¨ªa. Pero el fr¨ªo Botic Van de Zandschulp sac¨® a relucir los m¨²ltiples motivos por los que Nadal se va. Tambi¨¦n hubo batalla en la grada, ya que 800 ruidosos holandeses, todos uniformados de naranja, se hicieron notar fuera de casa. Por poner alguna pega, quiz¨¢s en el resto de la grada falt¨® que el rojo fuese un manto que cubriese todo el pabell¨®n. De hecho, en los palcos VIP se repartieron bufandas rojigualdas para dar algo de alegr¨ªa a los apagados colores de los trajes. No hubo, por cierto, un desfile interminable de personalidades en estos boxes: la familia de Rafa, Feliciano L¨®pez y Rudy Fern¨¢ndez eran de las pocas caras reconocibles en lo que era un mar de pol¨ªticos y empresarios. Que el anuncio de que este iba a ser el ¨²ltimo torneo en la carrera del balear se hiciese ya con todas las entradas vendidas para este martes influy¨® en ello. Alcaraz, desde el banquillo y con todo el ¡®clan Nadal¡¯ unos metros detr¨¢s, se convirti¨® de repente otra vez en el ni?o que no despegaba un ojo de la pantalla para ver a su ¨ªdolo ganar Roland Garros. Pero no aguant¨® mucho. ¡°He visto los tres primeros juegos de Nadal y los nervios me com¨ªan por dentro. Me he tenido que meter al vestuario. He salido un poco y otra vez me han vuelto los nervios¡±, dijo despu¨¦s.
Van de Zandschulp evidenci¨® l¨®gicas carencias en Nadal, sobre todo en el resto o en los golpes en movimiento, pero la leyenda hizo honor al lema que bien pod¨ªa resumir su carrera y que es la leyenda por bandera de esta Selecci¨®n. ¡°El fuego que llevas dentro¡±, leen los jugadores en la sala cercana al Carpena en la que descansan. Y Rafa mostr¨® su fuego, esa llama que le ha llevado a levantar 92 t¨ªtulos en su carrera. Lo hizo por momentos y no fue suficiente para quemar al holand¨¦s, que s¨ª que lleg¨® a sentir calor en alguna ocasi¨®n. Porque jugar contra Nadal nunca ha sido f¨¢cil, y esta vez no iba a ser menos, con el a?adido, adem¨¢s, de un p¨²blico que inquiet¨® y que probablemente fue causante de varias de sus dobles faltas. El pu?o marca de la casa tras buenos puntos, el rugido en forma de ¡°?vamos!¡±, la sombra de una remontada ¨¦pica... Nada falt¨® en la que puede ser la ¨²ltima Copa de Rafa.

Se lleg¨® incluso a so?ar con que Nadal le diese la vuelta al partido, y su ¨²nico break del encuentro, en el segundo set cuando iba dos quiebres por abajo, hizo que el medidor de fe en ¨¦l se disparase. La afici¨®n espa?ola quer¨ªa una ¨²ltima gran remontada de su h¨¦roe. Pero, como dijo el propio Rafa en la previa de la eliminatoria, ¡°los finales de pel¨ªcula son para pel¨ªculas americanas¡±. Lo intent¨® hasta el ¨²ltimo momento, el estruendoso ¡°s¨ª se puede¡± de la afici¨®n lleg¨® a poner nervioso a Van de Zandschulp, pero el brindis de Nadal en su ¨²ltima Copa no fue acompa?ado por una victoria. No importa en cuanto a su legado, porque por lo que se brind¨® una vez acab¨® el partido, cuando el balear sali¨® al centro de la pista a agradecer el apoyo, es por un sinf¨ªn de ¨¦xitos y ejemplos que deja. El ¨²ltimo brindis de Nadal va mucho m¨¢s all¨¢ de lo que se vivi¨® este martes, lo cual no fue poco.
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