Sobre el legado de De Marcos

?De qu¨¦ vas a escribir hoy? La pregunta nos llega, a quienes compartimos esta columna, aproximadamente una vez cada quince d¨ªas. Se env¨ªa al grupo que tenemos con la redacci¨®n, por la ma?ana, para poder encajar la columna en la secci¨®n correspondiente. A veces tardo en responder ¡ªpor dudas, porque el d¨ªa est¨¢ siendo demasiado ajetreado, o porque el mensaje se ha perdido entre otros en WhatsApp¡ª, y luego me pesa, porque s¨¦ que cuanto m¨¢s demore mi respuesta, m¨¢s trabajo se acumula para los compa?eros de redacci¨®n. En otras ocasiones, las menos, contesto de inmediato, porque el tema del d¨ªa se impone sobre cualquier otra consideraci¨®n.

Hoy (ayer, para usted) fue una de esas ocasiones. ¡°?De qu¨¦ vas a escribir, Galder?¡±, me preguntaron a primera hora. ¡°De ?scar de Marcos¡±, respond¨ª sin dudar.

No ten¨ªa ninguna duda: quer¨ªa que esta columna hablara de ¨¦l. Del legado del gran capit¨¢n del Athletic Club, de su mensaje a quienes permanecen en el vestuario de San Mam¨¦s, a quienes llegar¨¢n, a la afici¨®n, a los m¨¢s j¨®venes. Sin embargo, a medida que avanzaba el d¨ªa y le daba m¨¢s vueltas al enfoque del texto, me convenc¨ªa de que no ten¨ªa realmente nada nuevo que a?adir a todo lo que ya se ha dicho, incluso por m¨ª mismo, sobre el grand¨ªsimo jugador que ayer colg¨® las botas sobre la inconmensurable calidad humana de la persona que, desde hoy, afronta una nueva etapa en su vida.

A veces, nos resulta m¨¢s dif¨ªcil encontrar palabras para aquello que m¨¢s nos importa.

Hasta que, hace un rato, buscando inspiraci¨®n, volv¨ª a ver las im¨¢genes del homenaje del domingo tras el partido. Me fij¨¦ en un gesto: el de I?aki Williams, recogiendo el brazalete de manos de su amigo y capit¨¢n y fundi¨¦ndose ambos en un abrazo. Entonces he sabido qu¨¦ quiero subrayar aqu¨ª: que el gran legado de De Marcos es haber inspirado un modo de estar y de actuar en el mundo a quienes le han acompa?ado y suceder¨¢n, como ¨¦l mismo supo aprender de quienes le precedieron. Tambi¨¦n que I?aki Williams ser¨¢, sin duda, un inmenso capit¨¢n. Y, si me permiten la exageraci¨®n, que no echaremos de menos a De Marcos, pues su forma de estar en el mundo seguir¨¢ viva en muchos otros.

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