Si el Inter fue fr¨¢gil¡, ?el Bar?a m¨¢s!
Los milaneses sab¨ªan que les tocaba sufrir, pero el cuadro cul¨¦ hizo todo lo posible para hacerles creer en la haza?a.
Que el Inter estaba sin gasolina estaba m¨¢s que claro. Un equipo que, tras una temporada que roz¨® la perfecci¨®n, pierde tres partidos en una semana, tirando uno de sus objetivos (la Copa italiana) y dejando en serio peligro a otro (el scudetto), tiene un problema evidente con sus energ¨ªas. Inzaghi llegaba a la cita con varios hombres clave entre algodones, y a ellos se sum¨® Lautaro, que aguant¨® menos de 45 minutos en el partido m¨¢s importante del curso (y Dimarco apenas lleg¨® a los 55¡ä). Los milaneses sab¨ªan que les tocaba sufrir, pero el Bar?a hizo todo lo posible para hacerles creer en la haza?a.
Si la fragilidad defensiva interista es justificable por las condiciones precarias (adem¨¢s, jugando el domingo contra la Roma, descansaron un d¨ªa menos), por la enorme calidad del rival (Lamine... ?de qu¨¦ planeta viniste?) y por el hecho de jugar en casa de un gigante, la de los azulgrana no tiene tantas excusas.
Los de Flick concedieron tres goles al cuadro de Inzaghi y pudieron encajar al menos un par m¨¢s. De hecho, solo unos cent¨ªmetros en fuera de juego le negaron a Mkhitaryan el 3-4. El Bar?a tambi¨¦n hizo m¨¦ritos enormes para anotar incluso tres tantos m¨¢s, por supuesto, pero en San Siro, donde el Inter en Europa est¨¢ invicto, tendr¨¢ que recordarse un concepto muy querido en Italia: al final, gana el que menos goles encaja.
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