Rotar o no rotar, he ahí la cuestión
Los azulgrana llegan al final de temporada tan justos de fuerzas como faltos de descanso.

Con la moral por las nubes y el nivel de hematocrito por los suelos, el Bar?a se enfrenta a un dilema. Qué carta jugar, a qué palo quedarse. En estos tiempos de volatilidad en los mercados, con Donald Trump pisando cacharros con sus patas de elefante, los asesores bursátiles recomiendan no exprimir al máximo las acciones, no esperar a reba?ar hasta el último céntimo de las ganancias. Es como jugar a la siete y media: quedarse corto o pasarse. Los azulgrana llegan al final de temporada tan justos de fuerzas como faltos de descanso, sin apenas reposo para oxigenar sus glóbulos rojos. Un partido cada tres días y un desplazamiento cada dos. Demasiada fatiga para una plantilla tan ajustada.
El Bar?a opta a todo y no puede dejar de pedalear. Liga, Copa y Champions. Apostar al triplete en estas condiciones tiene sus riesgos, como jugar a la siete y media. No sabes si plantarte o pedir una carta más. La Champions deslumbra y es el faro universal del fútbol, pero Laliga es la que nos da de comer y va a ser un mano a mano contra el Madrid. Igual que en la Copa. No es posible por tanto la renuncia en ningún caso. En medio de este calendario imposible llega el partido liguero ante el Mallorca, cuatro días antes de la final copera. Rotar o no rotar, he ahí la cuestión. Yo soy más de asegurar lo que se tiene más a mano. Por fortuna será Flick el que haga de Hamlet.
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