La Liga F necesita otro modelo Superliga

La final de la Copa de la Reina registr¨® un espectacular 8-0 del Bar?a sobre la Real. Un resultado estrepitoso que en la final masculina no se ha dado en siglo y cuarto de vida. A lo m¨¢s que se lleg¨® fue el 6-1 del Madrid sobre su propio filial, el Castilla. Este 8-0 tampoco tiene precedentes en la Copa femenina, pero denuncia una desproporci¨®n que tiene mal remedio, uno de cuyos efectos fue que la Real vendi¨® su mejor defensa, Ana Tejada, d¨ªas antes de la final para cuadrar cuentas. Nuestra Liga F mezcla clubes-secci¨®n de los tres grandes con clubes-secci¨®n de la clase media y con los que son s¨®lo entusiastas clubes femeninos, sin estructura superior.
El f¨²tbol masculino naci¨® de otra manera, todos a un tiempo. Con el profesionalismo, algunos devoraron a los m¨¢s d¨¦biles de su entorno, como el Europa de Barcelona, el Arenas de Guecho o el Real Uni¨®n de Ir¨²n, todos ellos fundadores de la Primera Divisi¨®n en la 28-29. El resto siguieron m¨¢s o menos a comp¨¢s hasta este tiempo reciente en que la globalizaci¨®n ha disparado a los grandes, sin que eso, no obstante, impida un caso como el del Girona. Pero el f¨²tbol femenino ha nacido desde un desfase tremendo que produce multitud de partidos desequilibrados, entre los que ese 8-0 en la final de Copa s¨®lo es la punta de iceberg.
Manuel Merinero, fundador del Tacon, que luego fagocit¨® el Madrid, propone en ABC una idea interesante: liga de diez equipos, a dos vueltas, seguida de dos liguillas de cinco, los primeros por el t¨ªtulo y los otros por la permanencia. En segunda, dos grupos de diez, con liguillas finales de cinco por el ascenso y la permanencia. Treinta equipos y 26 jornadas. Suena bien. Si no, esto se ver¨¢ abocado a una Superliga, porque lo mismo pasa en otros pa¨ªses: que dos o tres clubes (Wolfsburgo y Bayern, OL y PSG, Juve y Milan, Chelsea y City¡) abruman al resto. Y sus ligas carecen del peso y arraigo hist¨®rico que s¨ª tienen las masculinas.