La fuga de talentos
Los j¨®venes vuelan a Estados Unidos cada vez m¨¢s pronto, al disponer de golosas alternativas previas a la NBA como la NCAA, la Overtime Elite o incluso la G League. Aday Mara es el ¨²ltimo caso.


El baloncesto europeo est¨¢ condenado desde hace tiempo a perder a sus talentos, que antes o despu¨¦s, salvo contadas excepciones, ponen rumbo a la NBA. Los grandes equipos ya tienen asumido que eso es as¨ª. A veces les llega para sacarles alguna renta deportiva, como le ocurri¨® al Real Madrid con Luka Doncic, Usman Garuba y Nikola Mirotic, o al Bar?a con ?lex Abrines y Leandro Bolmaro, por citar un pu?ado de ejemplos, pero otras veces desaparecen sin apenas rendimiento. El tema econ¨®mico es otra historia. Las indemnizaciones por derechos de formaci¨®n son casi testimoniales, por lo que la ¨²nica f¨®rmula que tienen los clubes para sacar alguna compensaci¨®n es a trav¨¦s de una potente cl¨¢usula de rescisi¨®n. As¨ª ocurri¨® en esos casos citados y en algunos otros.
Ahora el problema ha crecido, porque los j¨®venes vuelan a Estados Unidos cada vez m¨¢s pronto, al disponer de otras golosas alternativas previas como la NCAA, la liga universitaria de toda la vida; la Overtime, otro trampol¨ªn a la ¨¦lite, o incluso la G League, la liga de desarrollo relanzada por la NBA. En el primer caso, el cambio de legislaci¨®n implantado hace dos a?os que permite a los deportistas, antes amateur, a cobrar derechos de imagen, ha a?adido un im¨¢n para las perlas europeas. Espa?a no se ha librado de esa fuga de talentos. En la Overtime lleva ya dos cursos Izan Almansa, uno de los dos p¨ªvots nacionales con m¨¢s futuro. El otro es Aday Mara, que quiere tomar un camino similar hacia la NCAA con UCLA, una universidad de prestigio. Su decisi¨®n, sin embargo, ha abierto un conflicto con su club, el Zaragoza, por discrepancias sobre su cl¨¢usula y sobre su profesionalismo. Acabe como acabe, y tiene pinta de que no acabar¨¢ de manera amistosa, Mara es otro ejemplo del chorreo de j¨®venes que precipitan su marcha a USA, y eso incluye el baloncesto femenino, sin dejar su impronta en Europa y, en alg¨²n caso, tampoco un beneficio econ¨®mico a sus formadores.