Joan Garc¨ªa y el pecado de cruzar la calle
Que un muchacho de 23 a?os elija jugar en el Bar?a, con todas las ventajas que conlleva es visto como un acto de alta traici¨®n por parte de algunos.

Siempre hay que mirar dos veces antes de cruzar la calle, un consejo de madre que extendido a Joan Garc¨ªa implicar¨ªa una multiplicaci¨®n de la cautela: algunos de los que le aplaud¨ªan hace apenas unas semanas se dedican ahora a amenazarlo de manera m¨¢s o menos velada, especialmente a trav¨¦s de las redes sociales, el peque?o para¨ªso de los m¨¢s cobardes. Su pecado, su gran falta, es el intento -l¨®gico- de querer progresar en su carrera sin necesidad de alejarse de casa.
Que un muchacho de 23 a?os elija jugar en el Bar?a, con todas las ventajas que esto conlleva (mejor salario, mayor proyecci¨®n, opciones reales de luchar por t¨ªtulos) ya es visto como un acto de alta traici¨®n por parte de unos aficionados que parecen considerar suyas las vidas de los dem¨¢s. Se creen con derecho a decidir por otros e insisten en tratar como un proscrito al principal culpable de que su equipo siga una temporada m¨¢s en Primera Divisi¨®n.
Cruzar la calle no deber¨ªa ser pecado y a¨²n menos en Barcelona, donde tantos futbolistas han hecho el camino inverso sin que a los aficionados del Espanyol se les torciera tanto el morro. Habr¨ªan preferido ver a Joan Garc¨ªa vestido de blanco, eso lo entiendo. Pero la vida es as¨ª de caprichosa, de juguetona, y el Bar?a de Flick es uno de los clubes m¨¢s atractivos del planeta para casi cualquier futbolista. ?D¨®nde est¨¢ escrito que la rivalidad consista en amenazar al que no ve las cosas del mismo modo que t¨²? Quiz¨¢s sea el paso l¨®gico despu¨¦s de lo ocurrido con las dos ligas celebradas a trompicones sobre el c¨¦sped perico: como bien dec¨ªa un profesor m¨ªo del instituto, ¡°se empieza permitiendo el mal uso de la tilde y se acaban consintiendo Sarajevos¡±.

Sin VAR y a lo loco
El Bar?a necesita un portero y Joan Garc¨ªa parece el elegido por el puesto. Su llegada es casi una sentencia para Ter Stegen, que tambi¨¦n estos d¨ªas est¨¢ recibiendo su buena dosis de acoso por parte de algunos cul¨¦s con tan mala memoria como escaso coraz¨®n. Es un mal del f¨²tbol la pasi¨®n mal entendida, especialmente cuando dejamos que cualquiera la disfrace de raz¨®n.
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