Imanol se merecía algo más
El técnico oriotarra deja el puesto rodeado del cari?o de su gente.


El último derbi vasco de Imanol Alguacil en el banquillo de la Real Sociedad siempre se recordará por no haber ganado. Era su partido más especial, y en su casa. Su jugadores, que no han dejado estar creer en sus ideas en ningún momento (se diga lo que se diga) respondieron como merecía la ocasión y la afición volvió a conectar con su equipo como pocas veces lo ha hecho durante esta temporada llena de altibajos, pero no fue suficiente para llevarse tres puntos que eran vitales para seguir vivos en una pelea por Europa. Aunque sigue a tiro de piedra, vemos alejarse un poco de manera irremediable.
La Real Sociedad le puso el corazón que se necesita de manera obligatoria en un derbi, pero le faltaron argumentos fiables para doblegar a un Athletic que en la presente temporada está haciendo una papel impresionante y que tiene un mérito tremendo. El a?o que viene van a volver al grandilocuente escenario de la Champions League con todas las de la ley, y eso hay que reconocérselo, más allá de esa gran rivalidad que existe y que separa la AP-8. Y aunque es cierto que daba la sensación de que llegaba tocado por lo que ocurrido contra el Manchester y con su cabeza, aunque sea algo, mirando hacia Old Trafford, para ganarle este a?o hay que hacer algo más. Y eso que hubieron opciones tras el descanso, con cabezazos de Brais y Jon Martín, que por cierto se doctoró en el derbi. ?Qué central!
Desgraciadamente, es el cuento de nunca acabar en el presente curso. Parece que sí, hay cositas que te llevan a ilusionarte, el equipo lo intenta y en cuanto a actitud no se le puede reprochar nada… pero luego lamentablemente la moneda vuelve a caer cruz. Sea como fuere, el derbi se despidió de Imanol Alguacil con un partido intenso. Al menos, a no me disgustó. Y la Real se revolvió contra su mala dinámica, le vi luchar contra las difíciles circunstancias que le rodean, pero no pudo brindar la alegría que se merecía su patrón, el entrenador que más influencia ha tenido en el entorno txuri-urdin en la época moderna. Y eso nadie lo puede discutir. De otra manera, no se hubiera escuchado la atronadora ovación de la grada del Reale Arena. Imanol se despedirá de su casa con el aval de no haber recibido nunca una pitada. Ni con otro partido gris en el derbi. Y en los tiempos que corren en el mundo del fútbol, es mucho decir.
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