El Zaragoza, de mal en peor


El problema del Real Zaragoza no es s¨®lo de entrenador, pero Julio Vel¨¢zquez empieza a ser un problema cada vez mayor para el Zaragoza. El equipo juega cada d¨ªa peor y despu¨¦s de este triste y afortunado empate en La Cer¨¢mica, donde el Villarreal B le perdon¨® la vida en el inicio de la segunda mitad, y sin que el ¡®playoff¡¯ sea una opci¨®n real, el riesgo serio es que al entrenador se le vaya el grupo de las manos y que al final haya hasta apuros para conseguir los 50 puntos.
La necesidad le apretaba tanto al Zaragoza y al propio Vel¨¢zquez que el t¨¦cnico se decidi¨®, por fin, a aparcar su disposici¨®n con tres centrales -14 puntos en 11 partidos-, para ordenar a su equipo en un 4-2-3-1, con Marc Aguado y Francho en el doble pivote y Valera y Mollejo flanqueando a Maikel Mesa por detr¨¢s de Iv¨¢n Az¨®n. Es decir, un intento, y digo bien, intento, por ser protagonista y llevar la iniciativa y el peso del juego con la pelota en lugar de protegerse a la caza de un error del contrario.
El partido empez¨® con un ida y vuelta, pero al cuarto de hora el ritmo descendi¨® en los dos equipos en beneficio del control y de los ataques en est¨¢tico, lo que siempre supone un inconveniente para un Zaragoza en el que s¨®lo Valera posee desborde para eliminar contrarios. As¨ª que todo el peligro del equipo aragon¨¦s en la primera parte se qued¨® en un disparo a la media vuelta en la frontal del ¨¢rea de Maikel Mesa a dos minutos del descanso que el portero mand¨® a c¨®rner.
El Villarreal B, que apenas hab¨ªa dicho nada, volvi¨® del vestuario al galope y tuvo el triunfo a su alcance en los primeros minutos de la segunda mitad, donde Zedadka, en acci¨®n providencial casi bajo palos, y ?dgar Bad¨ªa salvaron consecutivamente los remates de Carlo. El filial amarillo se desat¨® con estas dos claras oportunidades ante un Zaragoza de cart¨®n piedra y Vel¨¢zquez, para no perder su costumbre, modific¨® su planteamiento inicial relevando a Francho y Lecoeuche por Toni Moya y Mouri?o y volviendo a una defensa con tres centrales. Acto seguido, mand¨® a Iv¨¢n Az¨®n a la ducha y le dio la punta del ataque a Manu Vallejo, otra vez una nulidad.
El Zaragoza contuvo algo mejor al Villarreal B, pero a costa de volverse un equipo plano, amanerado y sin ninguna ambici¨®n. Nada que no hayamos visto ya con Julio Vel¨¢zquez. Una ofensa para los 2.500 zaragocistas que se dejaron la voz en Villerreal.
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