El momento antes del momento
No es la derrota, dolorosa pero digna, sino todo lo que ha conducido hasta ella.
Hubo un instante que quiz¨¢s pas¨® desapercibido en una final cargada de momentos inolvidables (y de otros ciertamente olvidables). El periodista Shea Serrano llama a esto ¡°el momento antes del MOMENTO¡±: esos peque?os instantes cruciales que luego quedan sepultados por algo todav¨ªa m¨¢s decisivo. En este caso el gol de Kound¨¦ tras el error de Brahim (que algunos insisten en atribuir a Modric, pero el fallo, tanto de actitud como de concepto, es de Brahim, por mucho que duela escribirlo).
Pero antes de todo esto, algo sucedi¨®. Algo importante.
R¨¹diger estaba cojo y tieso, como todo este tramo final de temporada, ¨²nico central sano en los dos ¨²ltimos cursos. Tras aguantar vendado, casi emulando a Beckenbauer con el hombro dislocado en el 70, se decidi¨® su sustituci¨®n en la pr¨®rroga. En la banda calentaba Vallejo, que ha jugado este a?o la friolera de 11 minutos. Nadie en La Cartuja ¨Cni frente al televisor¨C pensaba que fuera a salir. Y as¨ª fue: en lugar de R¨¹diger, entr¨® Endrick. Tchouameni, que estaba firmando un partido espl¨¦ndido, tuvo que pasar al centro de la defensa. Y G¨¹ler, entonces, tambi¨¦n se movi¨®. Y al final, en efecto domin¨®, casi acabo yo mismo en mi casa pas¨¢ndome del sal¨®n a la cocina sin enterarme.
Ese es el principio de todo: el momento antes del momento. Ancelotti lleva toda la temporada as¨ª, tapando a su equipo con una manta demasiado corta. Reubicando desesperadamente piezas para cubrir lesiones y posiciones desatendidas. Todos los jugadores son susceptibles de una mudanza temporal menos Mbapp¨¦, por supuesto, que no puede pisar la banda izquierda ni as¨ª le aspen para no entrar en un conflicto de intereses con Vinicius.
Que un equipo que aspira a todo tenga que sustituir a R¨¹diger en una final de Copa por un delantero de 18 a?os dice mucho (y no bien) de la planificaci¨®n. No tiene sentido ocupar una ficha con Vallejo si no se le considera, por las razones que sean, m¨ªnimamente ¨®ptimo para la primera plantilla. Como tampoco se puede pretender sobrevivir toda la temporada con Lucas como ¨²nico lateral derecho desde noviembre.
La derrota en La Cartuja no es culpa de Brahim, ni de Courtois, ni de Endrick, ni de Vallejo, ni de Lucas, ni de Ancelotti. Los errores y las derrotas son parte (importante y hasta bonita) del f¨²tbol. Pero tambi¨¦n lo es la exigencia. Conviene dejar de entonar esa estomagante cantinela de ¡°no se puede ganar todo siempre¡±. Nada hay m¨¢s peligroso que caer en el pozo de la autocomplacencia, ese agujero traicionero y profundo, de paredes muy resbaladizas, del que cuesta tanto salir y donde solo se escucha el eco de tu propia voz.
Hay que fijarse en el momento antes del momento. No es la derrota, dolorosa pero digna, sino todo lo que ha conducido hasta ella.
?Tus opiniones importan! Comenta en los art¨ªculos y suscr¨ªbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ?Buscas licenciar contenido? Haz clic aqu¨ª
Rellene su nombre y apellidos para comentar
Tu opini¨®n se publicar¨¢ con nombres y apellidos