El Hermoso sue?o americano
Si Europa se ha llevado a los mejores, Am¨¦rica fichar¨¢ a las mejores porque para ellas, en lo deportivo, se ha convertido en la tierra de las oportunidades.
Jenny Hermoso se va al Pachuca mexicano. Y, por fin, con un gran contrato bajo el brazo. Si Europa se ha llevado a los mejores, Am¨¦rica fichar¨¢ a las mejores porque para ellas, en el plano deportivo, se ha convertido (otra vez) en la tierra de las oportunidades. A comienzos de temporada, Marta Perarnau, criada y forjada en las filas del Rayo Vallecano, tras su estancia en el Betis sin mucha participaci¨®n, firm¨® por el Atl¨¦tico San Luis. Ellas han vuelto a poner el foco en Am¨¦rica, ese lugar al que Europa s¨®lo ve como un gran vientre de alquiler para futuros cracks a mayor gloria de los clubes europeos.
Sin embargo, quienes estamos fascinados por el mundo latinoamericano, nos cuesta entender por qu¨¦ S¨®crates, Riquelme o Higuita vinieron a Europa cuando ellos ya jugaban en equipos legendarios como el Corinthians, Boca Juniors o Atl¨¦tico Nacional. Como aficionado al f¨²tbol, nada me parecer¨ªa m¨¢s glorioso que jugar en Argentinos Juniors, de donde sali¨® Maradona o en el Am¨¦rica, cuyo hogar es el legendario Estadio Azteca. Es dif¨ªcil no sentirse seducido por los nombres de sus clubes¡Colo Colo, Millonarios, Olimpia, Cruz Azul, Cobreloa¡
Resulta sorprendente y muy injusto que se haga un juicio negativo sobre los jugadores y entrenadores americanos que no est¨¢n o triunfan en el viejo continente (caso de Bianchi), pero en cambio, no se percibe como un dem¨¦rito no disputar ni una sola Libertadores.
Sabemos que el dinero es importante, de hecho, es casi lo m¨¢s importante. Pero, es muy llamativo que un jugador joven y lleno de vida, con las prebendas y la seguridad de las que dispone un futbolista, prefiera ciudades-museo como Par¨ªs, M¨²nich o Barcelona, antes que el vigoroso latido de Buenos Aires, Santiago de Chile o Ciudad de M¨¦xico.
Jugar al otro lado del oc¨¦ano, adem¨¢s, ofrece el mayor de los privilegios: que tus haza?as deportivas sean narradas con el verbo f¨¦rtil de la locuci¨®n latinoamericana y no por el limitado, terco y pestilente fraseo del 95% de los comentaristas espa?oles.