El gusto es nuestro

Rafa Nadal ha reforzado su anuncio de retirada con un mensaje en doce idiomas: ¡°Mil gracias a todos¡±. La respuesta mundial ha sido un¨¢nime: ¡°Gracias a ti¡±. Gracias por habernos permitido so?ar durante tus 22 a?os de carrera profesional, curiosamente el mismo n¨²mero de t¨ªtulos de Grand Slam que has sumado en tu imponente palmar¨¦s. Grande entre los m¨¢s grandes. Y gracias, sobre todo, por habernos permitido acompa?arte durante una ¨¦poca de leyenda en la historia del deporte.

Cuando irrumpiste en aquel famoso 2005, el a?o de tu primer Roland Garros, hab¨ªa una figura intocable al frente del tenis: Roger Federer. Tu principal grandeza fue hacerle frente. Toda una osad¨ªa. Y derrotarle. Ahora puedes presumir de colgar la raqueta con mejor balance que el suizo en el cara a cara: 24-16. Con m¨¢s Slams: 22-20. Y tambi¨¦n de haberle podido doblegar en su jard¨ªn de Wimbledon, mientras que ¨¦l nunca te pudo rebozar por la tierra de Par¨ªs. Cometiste la irreverencia de desafiar al m¨¢s grande¡­ Y de superarle. Pero, por encima de todo, fuera de los debates de qui¨¦n fue mejor, o de qui¨¦n jugaba m¨¢s bonito, se erige un duelo ¨¦pico para el recuerdo. Una rivalidad hist¨®rica. Con una amistad de fondo.

El cl¨¢sico de la historia, sin embargo, no ha sido el Nadal-Federer, sino el Nadal-Djokovic, que se ha jugado en 60 partidos. Nadie ha tenido a un rival tantas veces enfrente en la pista. Otro r¨¦cord del Big Three, de una generaci¨®n inigualable. Novak Djokovic se impone al espa?ol en el cara a cara, es verdad. Por poco: 31-29. Tambi¨¦n ha rebasado a sus dos oponentes en el n¨²mero de Grand Slams: 24. Y en casi todas las estad¨ªsticas imaginables. Menos en Roland Garros, por supuesto. Ah¨ª fuiste invencible, nadie pudo doblarte nunca en una final en tus 14 coronas. El dominio del serbio no te resta grandeza. Tampoco a Roger. Los tres os hab¨¦is alimentado entre s¨ª para elevar el tenis a sus m¨¢ximas cotas de excelencia. Y all¨ª estabas t¨², Rafa. Haci¨¦ndonos vibrar. Mil gracias por todo. El gusto es nuestro.