El Atl¨¦tico top¨® con la Ley de Murphy

Todo lo que le pod¨ªa salir mal al Atl¨¦tico le sali¨® mal, si no peor. Lo primero, el sorteo, con ese inicio de sopet¨®n contra el equipo del momento, el PSG, uno de los favoritos evidentes de la competici¨®n; y luego, todo lo dem¨¢s. Manejado por el PSG, que movi¨® el bal¨®n con la conocida soltura (Vitinha y Fabi¨¢n parecen haberse criado en el mismo barrio, jugando en las mismas calles y en el mismo colegio), el Atl¨¦tico fue a remolque todo el partido salvo una leve fase al inicio de la segunda mitad, cuando un buen retoque del Cholo y el af¨¢n com¨²n le permitieron albergar esperanzas. Incluso lleg¨® al gol, pero se lo anularon, v¨ªa VAR.
Es curioso: el Atl¨¦tico estaba mosqueado con Kovacs, el ¨¢rbitro designado. Con ¨¦l acababa de proclamarse campe¨®n de Europa el PSG, mientras que los rojiblancos no hab¨ªan ganado nunca cuando les arbitr¨®, y siguen sin hacerlo. Y, sin embargo, el que les fundi¨® fue el de la sala VOR, Dankert. ?l fue quien avis¨® de la falta previa en el gol de Juli¨¢n Alvarez y tambi¨¦n del penalti final por mano de Le Normand, que permiti¨® que el marcador se elevara a ese lacerante 4-0. Kovacs puso de su parte la expulsi¨®n de Lenglet, por doble amarilla, para m¨ª con rigor la segunda. Al Atleti el partido le aplic¨® sin piedad la Ley de Murphy.
Me pareci¨® ver a los dos equipos bastante cocidos, tanto por la larga temporada, estirada aqu¨ª hasta lo inveros¨ªmil, como por el sol de mediod¨ªa que ca¨ªa en vertical sobre el estadio, donde las sombras de los jugadores se reduc¨ªan a una manchita oscura bajo su anatom¨ªa. Las circunstancias sustrajeron vigor a ambos equipos, pero eso se ten¨ªa que notar por fuerza m¨¢s en el Atl¨¦tico, que depende m¨¢s de ello, que en el PSG, capaz de agruparse mejor en torno al bal¨®n. En fin, un resultado feo para el Atl¨¦tico y hasta peligroso para el caso de empate a puntos en el segundo puesto, porque pesar¨¢ un quintal en el goal average.