"?C¨®mo que Peir¨® se va al Torino?"

A¨²n recuerdo el revuelo que se arm¨® en el colegio. Era primeros de octubre y se supo que el Atl¨¦tico hab¨ªa vendido a Peir¨® al Torino. Los atl¨¦ticos no lo pod¨ªan creer. En tres partidos de Liga hab¨ªa metido seis goles (cuatro al Sevilla en el S¨¢nchez Pizju¨¢n) y no mucho antes hab¨ªa hecho el tercero en la final de Recopa ante la Fiorentina. Estaban recientes las dos victorias en final de Copa en el Bernab¨¦u ante el Madrid, a?os 60 y 61, entre las que sum¨® tres goles. Hac¨ªa con Collar la que se llam¨® ¡®el ala infernal¡¯. Su salida segu¨ªa a las de Luis Su¨¢rez y Del Sol. Bar?a, Madrid y Atl¨¦tico despojados por Italia, los tres en poco m¨¢s de un a?o.

Hecho en la vieja Ferroviaria, era un interior de zancada larga, juego inteligente sin arabescos, llegada y buen disparo a gol. Por su figura longil¨ªnea acentuada por unas medias ca¨ªdas que dejaban ver unas canillas finas, se le apod¨® como ¡®El Galgo de Cuatro Caminos¡¯. Una injusticia a ojos de los vecinos de su barrio de verdad, Las Ventas, pero es que fue en Cuatro Caminos, en el viejo Metropolitano, donde despleg¨® sus carreras. Con aquellos tres jugadores en Italia, las radios y los diarios nos informaban al punto de lo que ocurr¨ªa en el calcio. ?l se atasc¨® en el Torino, que a¨²n a?oraba a Mazzola padre, y pas¨® al Inter, con Mazzola hijo.

All¨ª triunf¨® junto a Luis Su¨¢rez, que le lanzaba con sus pases trazados con escuadra y cartab¨®n. Con el tiempo, tras pasar por el Roma junto a HH, regres¨® a su Atleti como ¡®hombre del club¡¯: entrenador de cantera, ayudante de entrenador o entrenador ¨¦l mismo. Su gran ¨¦xito en el banquillo lo tuvo en M¨¢laga, con el retorno a Primera. Tipo sencillo, se fue apartando discretamente cuando entendi¨® que el tiempo empezaba a alcanzarle. Se retir¨® con su familia, de la que pas¨® a formar parte como yerno Rico, el gran meta de balonmano. Los primeros s¨ªntomas de Alzheimer le aislaron hace ya a?os. Fue un grande y un hombre bueno. Descanse en paz.