La en¨¦sima penitencia de Sainz
El madrile?o logr¨® la victoria en la octava etapa, pero una sanci¨®n de cinco minutos por exceso de velocidad se la arrebat¨®. Loeb hered¨® el triunfo.
No hay dos sin tres. Eso dicen y as¨ª ha sido la racha negativa de un Carlos Sainz que despu¨¦s de dos jornadas para olvidar, se repuso con un triunfo... que finalmente le anularon. En una lucha de gigantes donde el m¨¢s grande de todos fue el piloto de Audi, la disputa con Loeb y Al Attiyah por la victoria de la octava acabaron decidi¨¦ndola los cinco minutos de penalizaci¨®n (por superar en m¨¢s 40 km/h en un tramo limitado a 30 km/h) que le impusieron a Carlos por exceso de velocidad en un Dakar, que no le est¨¢ agradeciendo todo su empe?o. Ese triunfo era la mejor manera de pasar p¨¢gina a dos jornadas decepcionantes para el espa?ol y la marca de los cuatro aros, pero la suerte tampoco quiso que en la f¨¢brica de Neuburg se llevasen una alegr¨ªa m¨¢s que necesaria antes de dar paso al d¨ªa de descanso.
Lo que podr¨ªa haber sido una jornada donde recuperar cierta calma, continuar¨¢ siendo una penitencia para Carlos. Los contratiempos est¨¢n marcando su carrera y despu¨¦s de un d¨ªa para enmarcar, en el que ven¨ªa de tan solo dos horas de reparaci¨®n tras una semi marat¨®n que lleg¨® con el cambio de planes, todav¨ªa sienta peor que sea este tipo de acciones las que decidan una victoria. La generosidad de Sainz cediendo sus piezas a Ekstrom en la jornada del s¨¢bado para que el sueco continuase en carrera, se ha cruzado con el ego¨ªsmo de una prueba que tiene que seguir justificando su dureza. Porque a pesar de que el de Audi se quiso redimir ante la competici¨®n y no ante sus rivales, todav¨ªa tendr¨¢ que esperar para poder hacerlo.
Es cierto que en una octava etapa donde era especialmente la navegaci¨®n, la 31? posici¨®n en la que comenzaba Carlos le beneficiaba a la hora de luchar contra el crono. Fue as¨ª desde el primer instante de un recorrido en el que lider¨® todos y cada uno de los puntos de control hasta que las normas, hicieron lo que no consiguieron sus rivales: batirle. Sainz comand¨® en la zona de piedras inicial y tambi¨¦n en un terreno m¨¢s arenoso que favorec¨ªa a subir la velocidad en los ¨²ltimos kil¨®metros. Al Rajhi sufri¨® su victoria de la jornada anterior y el Audi volvi¨® a exhibir su potencial para batir a un Loeb que acab¨® heredando el triunfo del prototipo alem¨¢n, ya que la diferencia entre el franc¨¦s y el espa?ol era superior por poco al minuto.
La etapa que quer¨ªan en Neuburg, se la llevaron hasta BRX, entonces, por dos minutos frente a Al Attiyah. El qatar¨ª volvi¨® a salir para disputar su propia carrera y ni siquiera le import¨® que Loeb le volviese a batir en el ¨²ltimo parcial, porque fue lo suficientemente r¨¢pido e inteligente como para dar un paso m¨¢s hacia otro Touareg y no preocuparse del tiempo. Ese, que baj¨® a Carlos hasta una tercera posici¨®n que a pesar de no tener efectos en la general, s¨ª los tiene a nivel moral. Resulta complicado seguir siendo optimista despu¨¦s de tantos contratiempos y aunque los planes de Audi en el Dakar cambiaron en la sexta etapa, los que (en parte) no lo han hecho son los de un Carlos Sainz que mantiene intacto uno de sus objetivos iniciales: demostrar que es m¨¢s fuerte que el desierto. Aunque de momento, se lo est¨¢ poniendo dif¨ªcil...