Super Monkey Ball Banana Mania, an¨¢lisis. La mejor forma de celebrar los 20 a?os

?Qu¨¦ son 20 a?os en la vida de un mono? Pues seg¨²n Google, depende. Si se trata de un mandrillus sphinx, a lo Rafiki, el del Rey Le¨®n, lo son todo, porque s¨®lo viven ese tiempo. Pero si hablamos de un pongo pygmaeus, como el Rey Louie del Libro de la Selva, apenas son la mitad de su vida. En el caso de AiAi, MeeMee y compa?¨ªa, los monos de Super Monkey Ball, 20 a?os son los que llevan anclados a nuestro coraz¨®n, d¨¢ndonos tantas alegr¨ªas (con el recuerdo de los juegos originales) como disgustos (con sus secuelas). Pero de lo que no cabe duda es de que se trata de una fecha importante y digna de celebrar. Un cumplea?os que a Sega tampoco se le ha pasado y que ha decidido festejar con una nueva entrega de la serie: Super Monkey Ball Banana Mania. Un homenaje a sus or¨ªgenes que pretende resucitar esas primeras entregas con aspecto de planta carn¨ªvora (coloridas y simp¨¢ticas desde lejos, hasta infantiles, y peligrosamente adictivas y desesperantes a los mandos, con una dificultad disparatada).

Y el juego ha terminado siendo un caramelito. Sale a precio reducido (39.99 euros en consola, 29.99 en Steam) y sin embargo es el Monkey Ball con m¨¢s contenido de la historia de la saga. La mayor¨ªa es reciclado, cierto, pero al menos la selecci¨®n est¨¢ hecha con criterio y tratada con cari?o. Banana Mania hace las veces de recopilatorio y remasterizaci¨®n de las dos primeras entregas de la franquicia, las m¨¢s m¨ªticas: el Super Monkey Ball original de 2001 y Super Monkey Ball 2, un a?o posterior. Los seguidores m¨¢s ac¨¦rrimos de la serie recordar¨¢n que all¨¢ por 2005 ya hubo una compilaci¨®n de ambos juegos que se llam¨® Super Monkey Ball Deluxe y a?adi¨® hasta 46 niveles de cosecha propia. Pues bien, esos tambi¨¦n est¨¢n incluidos aqu¨ª. De hecho se podr¨ªa decir que m¨¢s que un remaster de los primeros, esta edici¨®n es en realidad un remake de Super Monkey Ball Deluxe.

?Qu¨¦ hay de nuevo, simio?

Tenemos la pr¨¢ctica totalidad de sus contenidos de vuelta, lo que se traduce en 330 niveles y 12 minijuegos, o lo que es lo mismo, horas y horas de diversi¨®n a los mandos. Pero como todo remake, Banana Mania tambi¨¦n trae consigo algunos cambios y novedades importantes. Para empezar han modificado la dificultad de algunas fases (tranquilidad, esto tiene asterisco y luego hablaremos de ello), han eliminado el sistema de vidas y retocado un pel¨ªn las f¨ªsicas (DEP Monkey Target, donde las han estropeado por completo). A su vez, los gr¨¢ficos han sido actualizados a Unity para ponerlos en consonancia con el apartado visual y art¨ªstico de los Monkey Ball modernos (de Banana Blitz en adelante). Y lo mismo sucede en el ¨¢mbito sonoro: la m¨²sica es totalmente nueva (la original, ojo al crimen, se vende como DLC) y los efectos de sonido, como el que hace nuestra bola al desplazarse, son los de Banana Blitz y sus herederos, no los que hab¨ªa hace 20 a?os.

Son matices, peque?as modificaciones que no estropean la experiencia, pero ante las que alg¨²n que otro fan de los primeros fruncir¨¢ el ce?o y dir¨¢ ¡°esto no es exactamente como yo lo recordaba¡±. Hablamos de jugadores muy concretos, de los que a¨²n tienen pesadillas con Helix y han practicado tanto que notan c¨®mo la bola acelera un poco m¨¢s r¨¢pido que en su d¨ªa. Pero incluso estos tendr¨¢n que admitir que el resultado final es notabil¨ªsimo y pr¨¢cticamente id¨¦ntico. El tema de las vidas es debatible (en nuestra opini¨®n hubiera sido mejor dejarlo como opcional), algunas partes podr¨ªan haber envejecido mejor (la c¨¢mara) y ciertos retoques o cambios son mejorables (como el minijuego Objetivo simio), pero hay muchas, pero muchas m¨¢s bondades que defectos. Adem¨¢s cabe recordar que este Super Monkey Ball Banana Mania no se limita a reciclar, sino que tambi¨¦n trae contenidos nuevos.

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Las novedades

Entre los a?adidos destacan 3 modos de juego in¨¦ditos hasta la fecha. El modo pl¨¢tano oscuro es uno de ellos y se compone de 10 niveles que hay que superar esquivando (que no cogiendo) las bananas que hay por el escenario. Si tocamos una se acab¨®. Junto a ¨¦l encontramos el modo pl¨¢tano dorado, el cual propone justo lo contrario: 10 niveles que exigen pasar por encima de todas las bananas. El incentivo final por superarlos es la skin de oro para AiAi. Por ¨²ltimo, el modo reverso, donde jugaremos los niveles en sentido contrario al habitual. A estos se suma un modo DX que re¨²ne las 46 fases que a?adi¨® Super Monkey Ball Deluxe en 2005, restaur¨¢ndolas y haci¨¦ndolas lucir como nunca antes. Y para los puristas que renieguen de los cambios en la dificultad de determinados niveles (unos cambios necesarios, admit¨¢moslo, pues ciertos picos eran disparatados y fruto de un error de dise?o m¨¢s que del deseo y la intenci¨®n, como los propios desarrolladores reconocieron), el juego tambi¨¦n incorpora el llamado modo fase original, donde jugar esos 23 niveles ¡°retocados¡± tal y como eran en su d¨ªa, as¨ª que todos contentos, hasta los masoquistas.

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Unos invitados de lujo

Nuevos modos al margen, Super Monkey Ball Banana Mania incluye todav¨ªa m¨¢s novedades. Estamos celebrando el 20 aniversario de la saga y toda fiesta que se precie debe tener una lista de invitados a la altura. En esta ocasi¨®n la hay. Contaremos con el mayor elenco de personajes de la serie, entre los que se incluyen las caras m¨¢s reconocibles de la misma (como Jam, de Step & Roll, y Jet, de Super Monkey Ball 3D). Pero ojo porque tambi¨¦n hay suculentas sorpresas. No s¨®lo en forma de nuevos aspectos para los habituales (como el nuevo AiAi capit¨¢n de barco o la MeeMee hechicera), sino en forma de peque?o homenaje a la factor¨ªa Sega. En la tienda del juego podremos desbloquear a Sonic y Tails como personajes jugables, o a Beat (de Jet Set Radio) y Kiryu (Yakuza). Un detallazo m¨¢s cuidado de lo que parece, pues al coger a Sonic, por ejemplo, las bananas se transforman en anillos. Ya lo hab¨ªamos visto en el remaster de Banana Blitz, pero los ojos siguen haci¨¦ndonos chiribitas con ellos y ahora contamos con a¨²n m¨¢s nombres. Inexplicablemente no podremos disfrutar de estos cameos en determinados modos, como los minijuegos, limit¨¢ndose a la historia y los desaf¨ªos. ?Acaso no ha dado tiempo a integrarlos? No tiene sentido ni expiclaci¨®n.

A las nuevas incrporaciones hay que sumar ahora que los protagonistas (AiAi, MeeMee, Baby, GonGon, YanYan y Doctor) son personalizables con distintos accesorios para la cabeza (sombreros, gafas, m¨¢scaras), el cuerpo (camisetas) y las piernas (zapatillas, patines). Hasta la pok¨¦ball en la que estar¨¢n metidos se puede editar y convertir en, a saber, ?qu¨¦ os parece un bal¨®n de f¨²tbol, baloncesto o incluso b¨¦isbol? Encontraremos m¨¢s de 100 objetos cosm¨¦ticos en la tienda del juego. Dentro de ¨¦sta usaremos como moneda de cambio los pl¨¢tanos que recojamos durante nuestras partidas o aquellos que hayamos recibido como recompensa por superar los cerca de 800 retos a?adidos en una nueva secci¨®n llamada ¡°objetivos¡±. Por si 330 niveles os sab¨ªan a poco, el t¨ªtulo est¨¢ lleno de tareas secundarias, retos y cosas por desbloquear. El 100% ser¨¢ un desaf¨ªo a la altura de su reputaci¨®n.

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Micropagos fuera de lugar

Es una l¨¢stima que dicha tienda y los nuevos personajes y objetos cosm¨¦ticos hayan servido tambi¨¦n de puerta de entrada a los contenidos descargables (DLC). Personajes tan interesantes como Morgana (de Persona 5) o Hello Kitty s¨®lo podr¨¢n obtenerse pasando por caja. Ya hay confirmados 12 de personajes, 9 skins y 10 objetos de personalizaci¨®n que ¨²nicamente se conseguir¨¢n por medio de micropagos. Siendo un recopilatorio conmemorativo se nos antoja fuera de lugar. Pero a¨²n peor es el tema de la banda sonora. Es el mayor motivo de enfado y controversia. Super Monkey Ball Banana Mania ha optado por una BSO completamente nueva, nada de orquestar o hacer nuevas mezclas, y no es por temas de licencias o de renovaci¨®n de estilo, sino porque la banda sonora de los primeros... ?se vende por separado! Si queremos activar las melod¨ªas cl¨¢sicas en nuestras partidas habr¨¢ que pagar. ?Qu¨¦ clase de regalo de cumplea?os es ese? A m¨¢s de uno se le atragantar¨¢ la tarta.

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Tenemos alguna que otra objeci¨®n m¨¢s. Ya sab¨¦is, por pedir que no quede. Por ejemplo, nos hubiera gustado que las cinem¨¢ticas del modo historia fueran las mismas que hab¨ªa en Super Monkey Ball 2 (solo que actualizadas gr¨¢ficamente, claro). Las de Banana Mania son nuevas y, aunque vienen a contar lo mismo, lo hacen desde la simpleza y cutrez visual. Son animaciones 2D en la pantalla de un televisor. "Estilo c¨®mic". Meh. Y puestos a introducir marcadores online, no le hubi¨¦ramos hecho ascos a unos fantasmas con los que picarnos y a una mayor cantidad de filtros para esos marcadores (como por pa¨ªses, meses o lo que fuera). ?nicamente se pueden consultar los tiempos mundiales y los de nuestros amigos. Ah, y por mundos, no por fases. En cuanto a los minijuegos, nos alegra tenerlos a todos de vuelta. No sab¨¦is el suspiro de alivio que hemos soltado al ver que est¨¢n los 12 a pesar de que precisamente en ellos es donde m¨¢s (peque?os) cambios podemos llegar a notar. Incluyen multijugador para hasta 4 personas, aunque s¨®lo multijugador local. Quiz¨¢s sea pedir demasiado, pero creemos que una opci¨®n online con crossplay hubiera tenido fieles suficientes como para subsistir.

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M¨¢s asequible que nunca, tan dif¨ªcil como siempre

En cuanto a la dificultad, Super Monkey Ball sigue siendo tan desquiciante y adictivo como siempre, al tiempo que m¨¢s accesible que nunca. No lo decimos por los niveles retocados de los que habl¨¢bamos antes (y que, repetimos, pueden jugarse tal cual eran). Ahora hay un nuevo modo ayuda que duplica el tiempo l¨ªmite que tenemos por fase, nos marca el camino recomendado (como la asistencia en curvas de cualquier juego de coches) y hasta permite ralentizar el tiempo en plan Prince of Persia para superar seg¨²n qu¨¦ obst¨¢culos. Su uso, claro est¨¢, bloquea ciertas recompensas. En la tienda hasta se puede comprar la opci¨®n de saltar con nuestro personaje (pecado capital, traici¨®n). Estas funciones lo convierten en la mejor entrada posible a la saga para los que nunca antes se hayan animado a probarla. Sin embargo, los veteranos curtidos en mil y una ca¨ªdas previas no tienen nada que temer. Completarlo todo es un trabajo deliciosamente infame. Sigue siendo milim¨¦trico, inclemente. Conserva sus cinco dificultades (principiante, normal, experto, maestro y ultimate) para el modo desaf¨ªo y objetivos y picos disparatados. La ¨²nica concesi¨®n es la ausencia de vidas, una bendici¨®n para unos y un canto de cisne para otros.

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Una puesta a punto rutinaria

A nivel gr¨¢fico el juego es lo que es, una versi¨®n un pel¨ªn por encima de lo que vi¨¦ramos en Banana Blitz HD hace un par de a?os. No supone ning¨²n alarde t¨¦cnico y jam¨¢s lo pretendi¨®. Los fondos podr¨ªas tener un poco m¨¢s de trabajo y su apartado art¨ªstico gustar¨¢ m¨¢s o menos, pero le sobra color, variedad y simpat¨ªa. Nosotros lo hemos jugado en PS5, donde funciona a 4K y 60fps (framerate que la desarrolladora prometi¨® alcanzar en todas las consolas, Nintendo Switch inclusive). Hemos tenido alguna colisi¨®n ¡°rara¡± y alguna pelea con la c¨¢mara (como en el nivel 4-6), pero han sido problemas tan puntuales y anecd¨®ticos que hasta dud¨¢bamos sobre si mencionarlos aqu¨ª. Est¨¢ bien pulido y nuestra ¨²nica petici¨®n de cara a futuro es una actualizaci¨®n que aproveche las caracter¨ªsticas next gen. De lanzamiento estas versiones parecen tirar de retrocompatibilidad y no sacan r¨¦dito ni del Dualsense ni del potencial de ambas plataformas, con las que esos tiempos de carga y su respawn podr¨ªan ser bastante mejores. Los 120 fps tambi¨¦n debieran ser factibles, por qu¨¦ no. Hasta contamos con modo foto, para muchos un imprescindible en los tiempos que corren. Viene aderezado con filtros sepias y monocrom¨¢ticos con los que podemos jugar, pero podr¨ªamos haber tenido alguno m¨¢s, o la opci¨®n de recuperar la interfaz original. Ha sido una puesta a punto cumplidora, rutinaria, sin m¨¢s.

En lo sonoro, el nuevo tema principal y la banda sonora no tienen nada de malo, de verdad que no, terminan gustando, pero no existe vinculaci¨®n a ellos de ning¨²n tipo. Carecen del cari?o nost¨¢lgico que despiertan en nosotros el resto de apartados y que conforma la esencia de esta clase de recopilatorios o reediciones. Nos son ajenos, distintos a los que record¨¢bamos. Lo del DLC con las melod¨ªas cl¨¢sicas ha sido un error. Y los cambios de voces o el mantenimiento de los efectos sonoros de Banana Blitz prolongan esa ruptura y distanciamiento. Es como celebrar tu cumplea?os con gente simpatiqu¨ªsima... a la que no conoces.