Stateshift, Impresiones
En un futuro desolador, solamente un acontecimiento mantiene vivas las esperanzas de la gente... las carreras Stateshift.
En un futuro desolador, solamente un acontecimiento mantiene vivas las esperanzas de la gente... las carreras Stateshift. Diestros y aguerridos pilotos, a los mandos de los veh¨ªculos m¨¢s modernos que la humanidad haya visto en d¨¦cadas, compiten por hacerse un hueco en este competitivo mundo. Si crees que eres capaz de forjarte como una nueva leyenda en esta competici¨®n, tu momento ha llegado.

Lo que no se puede decir, es que la apuesta de Playlogic y Engine Software sea original. El argumento de un futuro apocal¨ªptico donde el ocio es la ¨²nica v¨ªa de escape para las condenadas almas de sus habitantes, ya fue usado muchas otras veces, en Speedball, por ejemplo. De igual manera, la conducci¨®n de veh¨ªculos futuristas tambi¨¦n ha sido abordada en multitud de ocasiones, teniendo un referente claro en las distintas entregas de Wipeout que han sido lanzadas para las distintas plataformas disponibles.

Por otro lado, Stateshift llega a PC con casi un a?o de retraso respecto a su versi¨®n para PSP, por donde ha pasado a gran velocidad, sin pena ni gloria, puede que absorbido por la maestr¨ªa con la que Psygnosis supo transportar Wipeout a esta consola. No se aprecian cambios significativos en esta nueva entrega, habiendo mantenido tanto el estilo de juego como las opciones, tal y como los usuarios de la port¨¢til de Sony pudieron disfrutarlas el a?o pasado por estas mismas fechas.

Elegiremos un personaje, de entre 6 posibles, con el objetivo de ascender a la m¨¢xima categor¨ªa en las carreras Stateshift. Por ello, ser¨¢ a lo largo de 9 torneos, combinando 15 pistas diferentes, donde 15 rivales intentar¨¢n hacernos morder el polvo. Claro est¨¢ que no todas las opciones se encontrar¨¢n disponibles desde el mismo inicio de la partida, y tendremos que ir desbloqueando fases y pilotos conforme vayamos mejorando nuestras habilidades. ?C¨®mo demostrar nuestra destreza? Bien f¨¢cil, ganando carreras.

El instrumento de nuestra victoria ser¨¢ un inmenso veh¨ªculo a cuatro ruedas de proporcionales dimensiones. Cada personaje posee uno de estos trastos a motor, con diferentes caracter¨ªsticas. Sin embargo, estos b¨®lidos esconden mucho m¨¢s de lo que muestran a simple vista, y esa es la base que convierte estas carreras en un evento que implique tantos riesgos y peligros como fama atesoran sus participantes. Se trata de los 'stateshift', una serie de caracter¨ªsticas ¨²nicas de esta competici¨®n.
Mediante la activaci¨®n de estas caracter¨ªsticas, es posible modificar las propiedades del coche para adaptarlo a placer. El primero y m¨¢s b¨¢sico de ellos es el 'Dragster', cuyo objetivo es provocar una aceleraci¨®n repentina que nos permita dejar atr¨¢s al resto de competidores. Sin embargo, se reducir¨¢ considerablemente la maniobrabilidad del veh¨ªculo, haciendo mucho m¨¢s probable el impacto contra alg¨²n elemento del escenario u otro corredor y la consecuente explosi¨®n en mil pedazos de nuestro coche.

A pesar de ello, r¨¢pidamente se nos reemplazar¨¢ el utilitario por otro nuevo y flamante, as¨ª que podremos continuar corriendo y explicando el resto de 'stateshifts', como el modo 'Mammoth', que incrementa la resistencia del veh¨ªculo y consigue que salgamos ganadores de cualquier encontronazo, o los estados 'Ghost' y 'Scorch', que nos proporcionan un periodo de total inmunidad antes impactos o una mejora sustancial de la maniobrabilidad del trasto, respectivamente.

No hace falta decir que no contaremos con todos los modos inicialmente, sino que tendr¨¢n que ser desbloqueados para cada veh¨ªculo de la manera tradicional, superando fases. La primera de ellas nos introduce sabiamente en el uso del 'Dragster' y del derrape, muy ¨²til para tomar las curvas a gran velocidad sin reducir demasiado la marcha ni terminar en la cuneta del circuito. Adem¨¢s, el resto de participantes disponen de 'stateshifts' tambi¨¦n, por lo que es importante identificar cu¨¢l est¨¢n usando.

El uso de los 'stateshift' no es gratuito, necesita de energ¨ªa. Esta puede ser recogida durante el circuito, en forma de c¨¢psulas azules, y si nos quedamos sin ella no podremos usar ninguna mejora hasta reponerla. Como nuestros oponentes tambi¨¦n gastar¨¢n de este elemento, es comprensible que procuren hacerse con parte de las c¨¢psulas en su trayecto, y la carrera por el primer puesto tambi¨¦n se convierte en una caza por recuperar energ¨ªa. Y como toda buena caza, no pod¨ªan faltar las armas.

Cuatro ser¨¢n las que podremos equipar en nuestro veh¨ªculo, a saber misiles, minas, granadas y un disparo de energ¨ªa. Seg¨²n la situaci¨®n de los otros competidores, nos decantaremos por unas o por otras, siendo los misiles adecuados a largas distancia o las minas para entorpecer a los que nos sigan demasiado cerca. Otra vez m¨¢s, nuestros compa?eros de circuito contar¨¢n con igual y mortal armamento, convirti¨¦ndose la habilidad de esquivar en una necesidad inmediata.
Para controlar todos estos elementos, se ha dispuesto una serie de controles sencillos, aunque hagan faltan un par de experiencias al volante para hacerse con el dominio total del veh¨ªculo. Las posibilidades no son demasiadas: acelerar, frenar, girar a derecha o izquierda y disparar. Los cambios de estado se realizan mediante dos teclas adicionales, herederas directas de los controles L y R de PSP, cuya activaci¨®n combinada permite activar un 'stateshift' concreto.

En la versi¨®n probada, los gr¨¢ficos, que muy posiblemente sean los mismos que podremos disfrutar en la versi¨®n final, no son nada del otro mundo. A falta de una especificaci¨®n de los requisitos para el juego, no parece que se vayan a tener demasiados problemas si contamos con una tarjeta entrada en a?os, o no deber¨ªa haberlos. Son correctos y cumplen su funci¨®n, aunque se podr¨ªan haber trabajado m¨¢s, sobre todo para otorgar un toque todav¨ªa m¨¢s ¨²nico a cada uno de los veh¨ªculos disponibles.

Si hablamos de la interfaz de usuario, todo se muestra claramente en pantalla: posici¨®n en la carrera, energ¨ªa restante, armamento... incluso se nos avisa con mensajes de hechos como ser apuntado por un competidor o habernos quedado sin energ¨ªa. En ning¨²n momento se proporciona, antes, despu¨¦s o durante la carrera, un mapa del circuito, lo que dificulta mucho preparar futuras carreras, sobre todo teniendo en cuenta que algunas cuentan con v¨ªas alternativas en el recorrido.

Seguimos con el sonido, que sin ser ninguna maravilla en la versi¨®n de prueba, si que hace gala de suficientes efectos como para cubrir el escaso abanico de opciones durante el juego. Las sinton¨ªas sirven para aderezar parte de la adrenalina que desprenden los circuitos, y no termina haci¨¦ndose tan repetitiva como ser¨ªa de esperar, compuesta por acordes de tinte futurista que pretenden ambientarnos en este futuro incierto donde una competici¨®n como esa se ha erigido como la moda del momento.

No cabe duda que Stateshift es un clon perfecto de si mismo, pero de su versi¨®n para PSP, por supuesto. Teniendo en cuenta la escasa variedad de opciones implementadas, con el fin de convertirlo en un t¨ªtulo sencillo, lo que m¨¢s se echa en falta es el poco partido que se saca a la potencia de los equipos de sobremesa actuales, en comparaci¨®n con la plataforma original del t¨ªtulo. A¨²n as¨ª, cuando llegue el momento de su lanzamiento, parece que podr¨¢ entretenernos durante unas cuantas carreras.