C¨®mic
¡®Contrapaso. Mayores, con reparos¡¯. La mejor novela gr¨¢fica espa?ola de los ¨²ltimos a?os
El segundo volumen de la trilog¨ªa confirma a Teresa Valero como uno de los grandes talentos del momento.

Si la primera entrega de Contrapaso, ¡®Los hijos de los otros¡¯ fue, adem¨¢s de una grata sorpresa, un ¨¦xito de cr¨ªtica y p¨²blico, esta segunda confirma y supera todas las buenas promesas que dej¨® Teresa Valero en aquel ¨¢lbum.
La autora madrile?a regresa tras cuatro a?os de intenso trabajo con una nueva historia del tr¨ªo Sanz, Le¨®n y Paloma; dos periodistas y una ilustradora que se mueven en la Espa?a de los 50, los a?os de apertura internacional del franquismo.
Para esta ocasi¨®n, la artista ha puesto foco en dos aspectos importantes del r¨¦gimen: la industria del cine como medio de propaganda de la dictadura y el negocio de especulaci¨®n inmobiliaria que produjo el flujo de inmigraci¨®n del campo a la ciudad. Un crecimiento que, por un lado, expuls¨® a los m¨¢s pobres de sus terrenos y que por otro hizo ricos a figuras que estaban en la periferia del poder.

Un retrato veraz
Lo primero que hay que destacar de las 180 p¨¢ginas que componen el ¨¢lbum es la excelente labor de documentaci¨®n que hay detr¨¢s, aunque Teresa ha montado dos tramas ficticias que est¨¢n interconectadas, lo cierto como ella misma explica en un extenso art¨ªculo al final del c¨®mic es que est¨¢n basadas en hechos reales: el enriquecimiento de la hermana de Franco por medios ilegales mediante la especulaci¨®n con terrenos cuya propiedad se extravi¨® durante la Guerra Civil y como la llegada de los norteamericanos, en especial aquellos dedicados a la industria del cine, oblig¨® a cierta apertura de la dictadura en temas sociales.
Teresa describe con igual destreza la vida cotidiana de unos trabajadores que apenas sobreviven en una Espa?a a¨²n en reconstrucci¨®n que la de una burgues¨ªa pegada a los oligarcas del r¨¦gimen que viven rodeados de todo tipo de lujos. Aunque a priori parezca una presentaci¨®n demasiado edulcorada de la dictadura, no en vano son los a?os glamurosos del r¨¦gimen, la autora ofrece su visi¨®n de forma apol¨ªtica, aireando gran parte de sus miserias y sus secretos. No hace juicios de valor, simplemente presenta los hechos y deja que el lector saque sus conclusiones.

Estructura similar
Al igual que en ¡®Los hijos de los otros¡¯, Teresa parte de un crimen para crear una trama compleja que implica a numerosos personajes y que le sirve para presentar las distintas Espa?as de entonces: la de aquellos que malviven en el extrarradio de las ciudades en condiciones infrahumanas, la de los golfos que sacan provecho de sus relaciones con el poder, la de una burgues¨ªa franquista intocable, la de los perdedores que tienen que ocultar sus ideas y viven en la miseria, la de la oposici¨®n en la sombra¡ Para pintar este gran lienzo se sirve de polic¨ªas, periodistas, bur¨®cratas, cineastas, trabajadores, curas, m¨¦dicos, hombres de negocios, pobres... Sus p¨¢ginas son un caleidoscopio de aquella sociedad.
Como no, vuelve a tener presencia el asesino en serie que ya se asom¨® en ¡®Los hijos de los otros¡¯, pero al igual que entonces tiene un protagonismo secundario, algo que seguro se remediar¨¢ en el ¨²ltimo y tercer ¨¢lbum de la trilog¨ªa, que la autora ha sugerido estar¨¢ ambientado en la Espa?a rural y que tendr¨¢ foco en el papel de la mujer.

Unos personajes m¨¢s profundos
Si los personajes del tr¨ªo principal, compuesto por los periodistas de sucesos Sanz y Le¨®n y la dibujante Paloma, pr¨¢cticamente no han evolucionado en su personalidad respecto al primer tomo, donde si hay una mejora notable es en la profundidad psicol¨®gica de todas las figuras que mueven a su alrededor. Teresa consigue con muy pocas l¨ªneas de di¨¢logo que el lector comprenda las intenciones y las motivaciones de cada uno de ellos, algo nada sencillo por enorme cantidad que desfila por las vi?etas.
Los protagonistas siguen con su particular cruzada por la verdad, que tiene en el panfleto Contrapaso su principal altavoz. Sanz, falangista convencido y derrotado, se niega a aceptar una realidad que ha convertido su sue?o perdido en una pesadilla. El viejo periodista de sucesos se mueve entre un cinismo existencial y mantenerse fiel a unos valores que ya no existen. En cuando a Le¨®n, el joven reportero, y Paloma, mantienen su amor imposible. Sus historias se topan constantemente con una censura omnipresente y ella mantiene una lucha tit¨¢nica por hacerse valer en una sociedad que relega a la mujer al hogar. Todos ellos se mueven en tonos grises que les sientan muy bien al relato.

El r¨¦gimen al desnudo
Teresa desnuda con gran inteligencia todas las miserias que la dictadura quer¨ªa esconder; si en ¡®Los hijos de los otros¡¯ puso luz al tema de los ni?os robados, aqu¨ª se trata sobre la precariedad de la vivienda, la droga, la prostituci¨®n, la pederastia, las estafas, el robo de propiedades por parte de los vencedores, el machismo como identidad nacional, la represi¨®n, la homosexualidad, la censura eclesial y pol¨ªtica, la doble moral¡ Y sobre todo, los cr¨ªmenes, algo que en una sociedad ultracat¨®lica y fascista no exist¨ªa.

Guionista y dibujante
La madrile?a repite tambi¨¦n a los l¨¢pices en un trabajo en el que se le nota m¨¢s disfrutona que en el anterior. Aunque por estructura se mantiene fiel a la escuela cl¨¢sica, con bastantes vi?etas por p¨¢gina y de formas rectangulares, en ocasiones abandona el canon para ofrecer dibujos m¨¢s amplios que vuelven a destacar por la exactitud y el gran n¨²mero de detalles que presentan. Su dibujo y el color son m¨¢s efectivos en este segundo ¨¢lbum, todo se siente m¨¢s natural y armonioso con la historia.
Lo que no ha cambiado es la presencia de bastante texto en las p¨¢ginas, es un c¨®mic para leer con calma, donde cada di¨¢logo est¨¢ bien medido y da informaci¨®n relevante para la trama o para los personajes. De hecho, es ideal una segunda lectura para disfrutar de la parte art¨ªstica, ya que el ritmo que impone al thriller hace que el lector se apresure en su resoluci¨®n, pasando por alto algunas composiciones brillantes.

Conclusi¨®n
¡®Contrapaso. Mayores, con reparos¡¯ es un excelente c¨®mic, con una historia que engancha y que adem¨¢s ofrece un retrato veraz e independiente de una ¨¦poca a la que a¨²n cuesta aproximarse sin despertar recelos. De sus p¨¢ginas se desprende talento a raudales tanto en lo narrativo como en lo visual y su lectura es un aut¨¦ntico placer. Teresa Valero es al c¨®mic lo que Almudena Grandes al libro, una notaria fiel de una realidad que ten¨ªa muchas caras¡ y casi todas poco alegres. Solo esperar que el cierre de la trilog¨ªa no se haga demorar otros cuatro a?os, aunque si el resultado es el mismo, merecer¨¢ la espera. Notable la edici¨®n de la obra que ha hecho Norma editorial, que se nota ha apostado fuerte por una de las mejoras obras que ha dado el panorama nacional en muchos a?os.


Ficha
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