La ins¨®lita escena de Van Damme como un ¡°karateca gay¡± en una de sus primeras pel¨ªculas

La vida da muchas vueltas, y si no, que se lo digan a Jean-Claude Van Damme. Aunque la estrella belga dio el salto a la fama gracias a su papel de Frank Dux en ¡®Contacto sangriento¡¯ (1988), previamente destac¨® por su primer gran papel en el cine: el de Ivan Kraschinsky, el letal villano de ¡®Retroceder nunca, rendirse jam¨¢s¡¯ (1985). Pero antes incluso de estas dos pel¨ªculas, Van Damme tuvo un rol que contrasta enormemente con su estatus de gran h¨¦roe del cine de acci¨®n durante los 80 y los 90. Se trata de su personaje en ¡®Monaco Forever¡¯ (1984), un mediometraje de comedia en el que JCVD fue acreditado como ¡°karateca gay¡±, un hombre que se propasaba con el protagonista, manose¨¢ndolo en contra de su voluntad.

Van Damme interpret¨® a un karateca gay en ¡®Monaco Forever¡¯ (1984), un papel que hoy d¨ªa ser¨ªa muy pol¨¦mico

¡®Monaco Forever¡¯ fue una comedia estadounidense estrenada en 1984 directamente en v¨ªdeo, por lo que pas¨® desapercibida. No obstante, cuando Jean-Claude Van Damme dio el salto a la fama a finales de los 80 gracias a ¡®Contacto sangriento¡¯, los responsables del mediometraje comenzaron aprovechar la reci¨¦n adquirida relevancia del belga para promocionar el filme, llegando a asegurar que se trataba ¡°el debut en el cine de Jean-Claude Van Damme¡±. T¨¦cnicamente, esta afirmaci¨®n era imprecisa, pues su primer papel, aunque no estuvo acreditado, fue en el drama belga ¡®Mujer entre perro y lobo¡¯, de 1979.

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La estrategia de usar el nombre de Van Damme para promocionar ¡®Monaco Forever¡¯ fue efectiva, pero por los motivos equivocados: lo que m¨¢s llam¨® la atenci¨®n de esta obra fue, efectivamente, el papel de JCVD. No ten¨ªa nombre, y su papel era descrito en los propios cr¨¦ditos como ¡°karateca gay¡±.

En esta historia, Michael, el protagonista, interpretado por Charles Pitt ¡ªtambi¨¦n fue co-guionista y no tiene nada que ver con Brad Pitt¡ª, es un ladr¨®n que decide dar un golpe en una lujosa joyer¨ªa de M¨®naco. Durante su aventura se topa con personajes de lo m¨¢s colorido y variopinto, y uno de ellos es el karateca amanerado al que interpreta Jean-Claude Van Damme. La escena no tiene desperdicio, y pod¨¦is verla justo debajo:

En la secuencia, que apenas dura un par de minutos, podemos ver c¨®mo el personaje de JCVD recoge al protagonista en mitad de una carretera desierta. A poco que cruzan un par de frases, se muestra excesivamente ¡°cari?oso¡±, manoseando constantemente la ingle de su pasajero, hasta que lleva su mano a la entrepierna de Michael. Esto enfurece al ladr¨®n, quien le propone que se bajen del coche para ¡°ense?arle modales¡± mediante una pelea. No obstante, el personaje principal pone tierra de por medio al ver que el karateca, pese a su amaneramiento, posee una destreza f¨ªsica y de lucha reales que demuestra dando m¨²ltiples patadas al aire.

Es una escena que resulta bastante chocante de ver hoy d¨ªa, ya que la actitud afeminada del personaje de Van Damme contrasta de forma muy clara con la imagen que se labr¨® posteriormente gracias a sus pel¨ªculas de acci¨®n. JCVD, como otros actores como Stallone o Schwarzenegger, ha sido c¨¦lebre por matar a los malos y quedarse con la chica en gran parte de su filmograf¨ªa.

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Hoy d¨ªa, la secuencia podr¨ªa considerarse irrespetuosa o incluso censurable porque, efectivamente, es una mofa de los hombres gays al representarlos como abusadores sexuales pese a la subversi¨®n c¨®mica que hay al final. El chiste est¨¢ en que, pese a que es un hombre al que le gustan otros hombres, su musculatura y su destreza en el k¨¢rate le permiten defenderse, algo que podr¨ªa considerarse no habitual en una persona gay. En ¨²ltima instancia, se trataba de una escena de humor producto de su propia ¨¦poca, que reflejaba las sensibilidades que hab¨ªa en estas cuestiones a mediados de los ochenta. O, mejor dicho, la falta de las mismas.

Lo que hace que esta escena siga siendo relevante incluso a d¨ªa de hoy no es solo la curiosidad por ver los inicios de Van Damme en el mundo del cine, sino tambi¨¦n la manera en la que refleja los estereotipos y la representaci¨®n de la homosexualidad en el cine de los 80. Si bien en su momento esta secuencia se percibi¨® como una broma sin m¨¢s, hoy es evidente que la representaci¨®n de la homosexualidad se aleja bastante de los est¨¢ndares modernos de respeto y sensibilidad hacia el colectivo LGTB. Aunque no hab¨ªa una intenci¨®n maliciosa, es un claro ejemplo de c¨®mo tanto la cultura popular como el cine han evolucionado para ser m¨¢s inclusivos y conscientes de la diversidad presente en las sociedades modernas. Adem¨¢s, nos guste o no, ¡®Monaco Forever¡¯, es parte del legado cinematogr¨¢fico de Van Damme, por lo que tambi¨¦n sirve para destacar c¨®mo la carrera de un actor puede evolucionar m¨¢s all¨¢ de quedarse en meros cameos en obras de comedia.