Stupaczuk y Di Nenno, a mil por hora
Tercer t¨ªtulo consecutivo de los cuatro que tienen los Superpibes, que no dieron opci¨®n a Jon Sanz y Gal¨¢n a los que ganaron en dos mangas.

Los Superpibes, apodo que les colgaron en Argentina cuando hace diez a?os eran la pareja de j¨®venes m¨¢s prometedora del pa¨ªs, alcanzan en Valencia su cuarto t¨ªtulo de la temporada en ocho finales disputadas, los tres ¨²ltimos consecutivos (15 victorias seguidas). Esta vez lo hicieron ante Jon Sanz y Ale Gal¨¢n, en su despedida como pareja. Las dos finalistas ten¨ªan algo en com¨²n, que son las ¨²nicas que ha sometido esta temporada a los dominadores del a?o, Tapia y Coello, que siguen mandado sin problemas, aunque ahora tienen unos t¨¢banos molestos pegados en la espalda, porque Di Nenno y Stupaczuk, son tan fiables que siempre est¨¢n por lo menos en las semifinales, y si se les da opci¨®n, pues ganan. Y ahora, adem¨¢s, est¨¢n crecidos, lanzados, a mil por hora.
Mart¨ªn y Franco son demoledores para los rivales, porque con su defensa obligan a segundos, a terceros, a cuartos esfuerzos, y acaban desquiciando al atacantes m¨¢s templado. Di Nenno es un martillo pil¨®n, que no tiene inconveniente en ir y volver desde el fondo a la red, y luego sacarse tiros imposibles desde la magia de su mu?eca. Stupa es como una avispa que te rodea, que se mueve por todas partes, que se esconde y que aparece por donde menos la espera, que te amenaza con el tiro a la reja que te saca de posici¨®n, para volear al centro, achicarte los espacios, dejarte con pocas opciones de defensa cuando da un paso al frente para atacar.
Un martillo y una avispar se encontr¨® enfrente Jon Sanz, finalista por primera vez, aunque estuviese protegido por Gal¨¢n, ninguno de los dos encontr¨® la manera de quitarse de encima ese acoso sin descanso de Di Nenno y Stupaczuk, que no te permiten respirar, que cuando cantas el punto, a¨²n te vuelve la bola, que nunca se descomponen, que en este momento atraviesan el momento l¨²cido que ya se esperaba de ellos. De ahi que en una hora de juego real, y con un doble 6-3, le arrebataran (por ahora) a Jon Sanz el sue?o de su vida, verse ganador de un Open.