De las favelas al estadio
B-boys y b-girls hablan con AS durante la Red Bull BC One de R¨ªo sobre la capacidad del deporte como herramienta social.
Brasil es un pa¨ªs de contrastes. Nada m¨¢s aterrizar en el aeropuerto de R¨ªo de Janeiro, uno se da cuenta. Los edificios altos, de colores suaves y paredes lisas, como los de cualquier otra gran ciudad, se entremezclan con los asentamientos de rojo ladrillo, en el mejor de los casos. La convivencia llega al extremo. A escasos kil¨®metros del legendario Maracan¨¢, una construcci¨®n pr¨¢cticamente en ruinas sostiene una pantalla gigante en la que Vinicius J¨²nior, cuya familia sufr¨ªa para poder compararle las botas, anuncia sus ¨²ltimas Nike Mercurial. La imagen choca, pero tambi¨¦n es esperanza. A medida que uno se adentra m¨¢s y m¨¢s en la ciudad, aparecen m¨¢s y m¨¢s campos de f¨²tbol. Por el camino, en lo que parece ser el mural de un centro educativo, los graffitis adoptan forma de peleador, tenista, futbolista o jugador de voleibol. El deporte es una puerta hacia un mundo menos cruel.
¡°Empec¨¦ a bailar a trav¨¦s de un proyecto social en la escuela que estudiaba cuando era ni?a. Ten¨ªa varias modalidades dentro del proyecto. Ten¨ªa breaking, pero tambi¨¦n graffiti, f¨²tbol sala o capoeira. Hice todas las modalidades. Siempre fui una ni?a muy hiperactiva. Crec¨ª en la calle, corriendo, yendo en bicicleta, jugando con la pelota...¡±, recuerda la b-girl Toquinha, que este s¨¢bado particip¨® en la final mundial de Red Bull BC One, la competici¨®n de breaking m¨¢s prestigiosa del mundo, en el Farmasi Arena de R¨ªo, un estadio con capacidad para 18.000 espectadores. ¡°Mi vida cambi¨® cuando empec¨¦ con el breaking. Fui una ni?a muy feliz¡±, a?ade la brasile?a, que creci¨® en Perus (S?o Paulo?), una de las 12.348 favelas presentes en el pa¨ªs.
En total, seg¨²n el ¨²ltimo informe disponible del Instituto Brasile?o de Geograf¨ªa y Estad¨ªstica (IBGE), con datos del a?o 2022, son 16.390.815 brasile?os los que viven en este tipo de asentamientos informales, un 8,1% de la poblaci¨®n. En sus calles, generalmente, la vida no es sencilla. A media hora de Maracan¨¢, por ejemplo, se encuentra el Complexo do Alem?o, una de las favelas m¨¢s duras de Brasil. En ella, seg¨²n datos del Instituto Brasile?o de An¨¢lisis Sociales y Econ¨®micos (Ibase) correspondientes a 2020, un 83% de los habitantes viven con hambre constante y un 71% considera que los servicios de salud, limpieza y suministro de agua no satisfacen las necesidades. La situaci¨®n no es igual ni tan extrema en todos los casos, pero los datos radiograf¨ªan un entorno en el que, con la sombra del narcotr¨¢fico y la violencia, es dif¨ªcil abrirse paso.
¡°El sitio en el que yo vivo es tranquilo. Creo que, como todas las favelas, tenemos nuestras dificultades y pasamos por algunas necesidades, pero hoy tenemos un poco m¨¢s de acceso para cubrirlas¡±, explica Toquinha, que es parte de esa transformaci¨®n en su zona. Actualmente, la b-girl participa activamente en el proyecto que le permiti¨® empezar en el breaking, llamado Hijos de la Calle. ¡°Organizamos eventos en mi favela y otras. Yo procedo de un proyecto social, as¨ª que creo que mi obligaci¨®n es continuar con eso, para que otras ni?as tambi¨¦n puedan tener las mismas oportunidades que yo estoy teniendo hoy¡°, promueve la brasile?a, cuya historia se entrelaza con la de sus compatriotas Kley y Leony, tambi¨¦n b-boys.
Los dos proceden del norte de Brasil y los dos, pese a no crecer en favelas, no tuvieron una infancia sencilla. Kley, de Bel¨¦m, tambi¨¦n se inici¨® en el breaking gracias a un grupo que trabajaba con personas en situaciones de vulnerabilidad, la Sheknah Crew, y sigue ligado a ¨¦l. ¡°Es un proyecto en el que rescatamos a j¨®venes en las zonas de riesgo. Yo fui uno de los rescatados. En mi zona, por ejemplo, no tenemos ning¨²n sitio para entrenar. Ahora, estoy intentando generar un movimiento para conseguir material y construirlo, as¨ª lo tendr¨¢n las futuras generaciones", explica. Leony, de Ananindeua, a unos 25 kil¨®metros de Bel¨¦m, trabaj¨® reparando bicicletas, como vendedor ambulante o como ayudante de alba?il antes de poder hacerse un nombre en el breaking. ¡°Tenemos la necesidad de construir nuestras vidas con el arte, porque la cultura es una herramienta de cambio¡±, coinciden. Con ella, llenaron el Farmasi Arena.
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