El US Open de Rahm que pudo ser y no fue

A media tarde, con pocos aficionados siguiendo su partido, lejos de los focos, casi inadvertido en la se?al televisiva, cerr¨® este domingo Jon Rahm un US Open que ha jugado a contracorriente. Brillante en la adversidad, atascado cuando Oakmont (Pennsylvania, EE UU), el verdadero protagonista de la semana independientemente de quien acabe alzando la copa, se suaviz¨® tras las lluvias que inauguraron el fin de semana y dio algo de tregua, desatado en su ep¨ªlogo, por desgracia cuando ya no ten¨ªa opciones.

Complet¨® la semana finalmente con otro top-10 tras una maniobra genial este domingo, -3 para +4, con la que contrarrest¨® el 75 de un viernes en el que el putt le abandon¨® y el 73 de un s¨¢bado en el que no sac¨® jugo a un terreno m¨¢s receptivo por el aguacero. Un guion que pocos habr¨ªan escrito tras el 69 con el que abri¨® en un dise?o que durante los primeros 36 hoyos se mostr¨® pr¨¢cticamente injugable.

Necesitado de una vuelta que en Oakmont, donde el r¨¦cord es un 63 de Johny Miller para ganar el US Open de 1973, normalmente no sale, ¨¦l puso todo de su parte para engordar su ya de por s¨ª imponente estad¨ªstica en ese apartado en los grandes, cercana al 50%.

Su 67, articulado sobre cuatro birdies, aprovechando el par 5 en el 4, enchufando un putt de 14 metros en el 16, exprimiendo el par 4 corto del 17 con un flop espectacular y el 18, un hoyo de bogey, con un hierrazo, fue una ¨²ltima expresi¨®n de lo que pudo ser y no fue este US Open para ¨¦l. Solo le penaliz¨® un bogey y confirma una mejor¨ªa en su din¨¢mica en los grandes que entronca con el domingo del PGA y el fin de semana del Masters.

¡°Es un poco loco, porque no creo que haya jugado muy diferente a las otras vueltas. Una clave es que he estado en posici¨®n desde el tee todo el d¨ªa, en la calle o en el primer corte. Luego he le¨ªdo muy bien la velocidad en los greenes. He estado tan c¨®modo como se puede estar en Oakmont. Lo del 16 ya ha sido un bonus¡±, contaba sorprendido despu¨¦s el vizca¨ªno.

No fue el ¨²nico que intent¨® un movimiento a la desesperada. McIlroy, perdido en la mitad de la tabla toda la semana, se despidi¨® con un 67 (-3 para +7) en el que le sac¨® seis birdies a la ¡®bestia¡¯, pero que vuelve a plantear el interrogante de si ese obligado cambio de un driver que ya no pasaba los est¨¢ndares de la USGA antes del PGA ha echado por tierra lo que podr¨ªa haber sido una campa?a mejor en los majors a falta del British.

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