Del apag¨®n a la indignaci¨®n en la Caja M¨¢gica

¡°No quiero el dinero, solo quiero que me dejen entrar a ver los partidos por los que he pagado¡±, se queja a este diario un aficionado a las puertas de la Caja M¨¢gica. Ha pasado poco m¨¢s de una hora desde que Red El¨¦ctrica anunciara la recuperaci¨®n del 100% de la capacidad energ¨¦tica de Espa?a, tras el apag¨®n casi total (se salv¨® Canarias) que sufri¨® el pa¨ªs este lunes, y varios clientes insatisfechos se agolpan a las puertas del recinto madrile?o para reclamar una soluci¨®n a la jornada del Madrid Open que no pudieron disfrutar. La queja m¨¢s recurrente es que el orden de juego se ha restablecido con premura, mientras a ellos, dicen, no les contestan ni los correos electr¨®nicos.

M¨¢s all¨¢ de los matices, y de que haya reclamaciones m¨¢s l¨®gicas que otras (una se?ora no est¨¢ conforme, por ejemplo, con que aquellos que compraron entradas de antemano para este martes vayan a ver los partidos ya programados en un principio m¨¢s los reprogramados, sin caer en la cuenta de que se necesita el don de la ubicuidad para ello), desde la organizaci¨®n no se cierran en banda a nada. Ni a devoluciones ni a cambios. Un miembro del torneo aparece en escena para calmar los ¨¢nimos y explicar que ir¨¢n ofreciendo informaci¨®n seg¨²n se tomen las decisiones. Ya por la tarde se lanza un comunicado en el que se anuncia el reembolso ¨ªntegro de los boletos (se puede leer aqu¨ª). ¡°Fue un d¨ªa de mucha incertidumbre. Estuvimos en vilo. El principal problema era que no pod¨ªamos comunicarnos con los jugadores que no estaban en el recinto. A las 8:00 de la ma?ana (de este martes) recuperamos la luz y hemos vuelto a funcionar muy r¨¢pido¡±, narraba Feliciano L¨®pez, director del torneo, a la Cadena SER.

El ambiente en todo momento es de respeto pese a la indignaci¨®n, comenta un efectivo de Prosegur. Durante el apag¨®n, asegura, s¨ª que se produjo alg¨²n incidente con aficionados reticentes a abandonar la instalaci¨®n, pero nada demasiado desagradable. El panorama en esas horas de desconcierto fue por momentos surrealista.

Los irreductibles que aguantaron el calor de la Santana hasta media tarde, cuando empez¨® el desalojo, se arrancaban con el famoso ¡°?Camarero! ?Qu¨¦?¡°. Otra con vena art¨ªstica trataba de amenizar el asunto cantando un popurr¨ª curioso, que pas¨® por La Oreja de Van Gogh o Mago de Oz. De cuando en cuando, un ¡±?Viva Espa?a!" o un ¡°¡®Perro¡¯ S¨¢nchez dimisi¨®n¡±. Por ah¨ª nada fuera de lo com¨²n.

M¨¢s tarde, cuando se constat¨® el colapso de la flota de veh¨ªculos oficiales, algo que cay¨® por su propio peso, pues todos son el¨¦ctricos y a la imposibilidad de recargarlos se unieron el mayor gasto de autonom¨ªa en unas calles atascadas y una avalancha de peticiones simult¨¢neas, aparecieron m¨¢s estampas dif¨ªciles de creer. Muchos tenistas, que para entonces ya no pod¨ªan ni ducharse en el hospitality reservado a ellos, decidieron echarse a las aceras y tratar de alcanzar los hoteles en los que se alojan por sus propios medios. Fue el caso de Daria Kasatkina, que se perdi¨® en la lontananza del Camino de Perales con su raquetero a la espalda, acompa?ada de un nutrido s¨¦quito, para afrontar una traves¨ªa de m¨¢s de dos horas a pie.

Por si las moscas, el contingente italiano decidi¨® hacer pi?a y emprender la aventura todos a una. Qued¨® inmortalizada en una foto subida a sus redes por Flavio Cobolli. Poco a poco cay¨® la noche, al tiempo que la luz flu¨ªa de nuevo hacia los hogares de Madrid y toda Espa?a. El caos dio paso al silencio y este a un nuevo d¨ªa. Por ahora, uno de indignaci¨®n.

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