Las certezas que ha destrozado Alejandro Villanueva

Un s¨¢bado de diciembre del a?o 2009 conoc¨ª a Alejandro Villanueva. Hab¨ªa o¨ªdo hablar de ¨¦l, pero jam¨¢s le hab¨ªa visto. Ser aficionado al f¨²tbol americano universitario en Espa?a entonces era depender de foros y de emisiones por internet de dudosa calidad y a¨²n mucho m¨¢s dudosa fiabilidad. En el mundillo se hablaba de un militar espa?ol que jugaba de tight end en Army, la academia militar de West Point, y que era un fen¨®meno de la naturaleza. Tras el ajetreo de la temporada regular, el cl¨¢sico Army vs. Navy pon¨ªa fin a la misma con esta tradicional guinda y me esforc¨¦ por ver al tipo.

Decir que el impacto fue inmenso es quedarse corto. Un gigante en el campo, un monstruo corriendo rutas en medio de chicos que parec¨ªan sus hijos. Una recepci¨®n de unas veinte yardas me levant¨® del sof¨¢. Y supe, de inmediato, que estaba disfrutando de la ¨²nica vez que ver¨ªa a un espa?ol en circunstancias similares porque, obviamente, no ten¨ªa ning¨²n sitio en la NFL.

En la primavera de 2014, el nombre de Villanueva volvi¨® a sonar en nuestro peque?o universo de seguidores espa?oles de la NFL. Los foros hab¨ªan mutado en redes sociales. Los streams en plataformas oficiales de calidad y fiabilidad. Alguien, no recuerdo quien, dijo que los Philadelphia Eagles le hab¨ªan hecho una prueba y se lo hab¨ªan quedado para su equipo de pr¨¢cticas. Aquella noche tuvimos fiesta y ch¨¢chara hasta altas horas. Alegre, sincera. El mero hecho de que "uno de los nuestros" pudiese asociarse al apellido de una de las 32 franquicias que tanto nos obsesionan nos parec¨ªa como ver naves en llamas m¨¢s all¨¢ de Ori¨®n. Obviamente, sab¨ªamos que aquello era un bonito punto y final para su carrera.

Comenc¨¦ a trabajar en AS NFL en marzo de 2015 y una de las primeras noticias que me impactaron en la cara fue saber que los Pittsburgh Steelers se hab¨ªan fijado en Villanueva y que Mike Tomlin, su entrenador, lo quer¨ªa para left tackle ?Left tackle? ?Con ese cuerpo? Aquello no ten¨ªa ning¨²n recorrido, pero segu¨ªa haciendo ilusi¨®n saber que, al menos, alguien podr¨ªa contarnos desde dentro como era trabajar con uno de los m¨¢s grandes entrenadores de la NFL. Obviamente, una guinda fabulosa para esta bonita historia.

En octubre de aquel mismo a?o, Kelvin Beachum se lesion¨® y, estoy seguro que no imagin¨¢is mi asombro, Alejandro Villanueva lo sustituy¨® como left tackle de los Pittsburgh Steelers. Creo que puse un tuit diciendo que admir¨¢semos el momento, la situaci¨®n que, obviamente, era la cima absoluta de lo que pod¨ªamos esperar de un espa?ol en la NFL.

De ah¨ª, a la normalidad de entrevistarle un par de veces, a la rutina de verle con el puesto de titular ganado, al domingo a domingo de los abrazos con Big Ben tras un touchdown, a la sencillez con la que asumo que esto ha sido as¨ª siempre y que estamos ante uno de los grandes hombres de l¨ªnea de toda la NFL.

La semana pasada Alejandro Villanueva gan¨® la votaci¨®n popular para ser titular en la Pro Bowl. Aquellos tiempos de los foros, de los streams, de los inicios de las redes sociales quedaban muy lejos. Ahora tenemos lo que tenemos. El cinismo, la gracieta imb¨¦cil, la pose de t¨ªo duro lo domina todo, as¨ª que esa elecci¨®n s¨®lo pod¨ªa deberse a que Villanueva se hizo muy popular este a?o por respetar el himno norteamericano por delante de sus compa?eros en plena ola de protestas en la liga. Es por eso que la ¨²nica reacci¨®n que se oy¨® por estos pagos fue que lo votaban, obviamente, por asuntos pol¨ªticos.

Ahora le han votado, tambi¨¦n, el resto de jugadores y entrenadores de la NFL. Y Alejandro Villanueva se ha convertido en Pro Bowler ante mis incr¨¦dulos ojos.

Su camino ha estado repleto de certezas. La certeza de que no pod¨ªa jugar en esta liga, la certeza de que no era left tackle, la certeza de que no saldr¨ªa de los equipos de pr¨¢cticas, la certeza de que no durar¨ªa como titular, la certeza de que ser¨ªa un desastre para los Steelers, la certeza de que s¨®lo se le aprecia por ser militar y, seguro a partir de esta misma ma?ana, la certeza de que est¨¢ donde est¨¢ por la fortaleza de la l¨ªnea en la que juega. Todas ellas incuestionables verdades. Obviamente.

Ahora s¨®lo queda esperar que su equipo gane la Super Bowl y un espa?ol tenga un anillo de campe¨®n de la NFL. Algo imposible. Obviamente.