El Sena engulle a Garach y se rinde a un Tibur¨®n
El espa?ol, exhausto tras dos semanas de fondo en piscina y la contracorriente del r¨ªo, abandona a los seis kil¨®metros. Se impone Rasovszky, conocido como el Tibur¨®n de Balat¨®n, ante Klemet y Betlehem.
Su gesto en las presentaciones de la marat¨®n de aguas abiertas, a cinco minutos para las siete y media de la ma?ana ante el majestuoso puente de Alejandro III y con el Gran Palacio justo a sus espaldas, no invitaba precisamente a so?ar. Mientras el resto de nadadores sonre¨ªan, o dedicaban muecas a c¨¢mara en funci¨®n de lo extrovertido de cada cual, Carlos Garach aparec¨ªa serio, cariacontecido, como si en lugar del Sena le enviaran a las cercanas Catacumbas de Par¨ªs. Y no le acompa?¨® la suerte.
El granadino, que ha vivido los Juegos Ol¨ªmpicos pr¨¢cticamente de principio a fin, aterrizando el s¨¢bado 27 de julio para nadar en la piscina de La D¨¦fense Arena el 800 metros libres (fue decimoctavo), el 1.500 libres (vigesimosegundo) y formar parte de un relevo en el 4x200 libres (decimotercero), ten¨ªa que ver c¨®mo mientras el resto de compa?eros hac¨ªan turismo por la capital francesa o directamente se marchaban de vacaciones, ¨¦l continuaba en competici¨®n. Mucho desgaste.
Transcurrido el primer cuarto de recorrido en el Sena, marchaba a 57 segundos de la cabeza. A 4:26 se ampli¨® la distancia a mitad de carrera, vigesimosexto. Y 1:06.26 llevaba nadado, a 5:14 kil¨®metros del l¨ªder, cuando pas¨® por el ¨²ltimo de los controles, el del kil¨®metro 5,9. Poco despu¨¦s, decidi¨® abandonar. Destrozado, sin querer naturalmente hacer declaraciones, pas¨® Garach por la zona mixta, con la Torre Eiffel de fondo, contrastando esa maravilla con su rostro desencajado cual amasijo de hierros, palp¨¢ndose la barriga.
No se trataba de ninguna lesi¨®n. Su salud es correcta. Pero sufri¨® desde el inicio y, al ir a remolque del resto de nadadores, descolgado, iba pagando progresivamente como una condena el gasto energ¨¦tico en los tramos contracorriente. El ¨¢rea t¨¦cnica se lleg¨® a plantear su retirada, pero fue ¨¦l quien sin que nadie le pidiera nada tom¨® la decisi¨®n. Seguramente la m¨¢s acertada en un contexto totalmente desfavorable.
En cuanto al resto de participantes, y ante bastante p¨²blico, como sucede cualquier competici¨®n que se disputa en estos Juegos, si bien con algo menos de expectaci¨®n que la carrera femenina del d¨ªa anterior -lo que ya no es tan nuevo no atrae tanto-, se vivi¨® un ¡®d¨¦j¨¤ vu¡¯ desde la primera de las seis vueltas. No era una bah¨ªa como en Tokio 2020, sino este discutido r¨ªo, y sin embargo Florian Wellbrock, Kristof Rasovszky y Gregorio Paltrinieri imprimieron un alt¨ªsimo ritmo para situarse en cabeza e ir abriendo enseguida brecha, con Marc-Antoine Olivier y Domenico Acerenza a la zaga.
Jugaban con ventaja los hombres al haber estudiado al detalle los movimientos y resultados de las mujeres un d¨ªa antes, y por ello la estrategia de los favoritos consisti¨® sencillamente en distanciarse, en unas condiciones donde remontar desde muy atr¨¢s es una quimera. Y m¨¢s en el segundo tramo de las vueltas, contracorriente. Para hacerse una idea, los primeros 800 metros los completaba Wellbrock en 5:29.2, mientras que los siguientes 800 tard¨® en trazarlos 11:34.98.
Se situaba en cabeza Rasovszky a los 2,5 kil¨®metros para ya no abandonarla nunca m¨¢s (1:50:52.7, su tiempo final) el conocido con el sobrenombre del Tibur¨®n de Balat¨®n (el lago de su lugar de origen), mientras que sus aparentes rivales se fueron desinflando. Wellbrock acabar¨ªa a 1:01.7. Y justo por detr¨¢s suyo, Paltrinieri. Ellos hab¨ªan sido oro y bronce en Tokio. Y el h¨²ngaro, que entonces hizo plata, se colgaba este viernes el oro en Par¨ªs 2024. El alem¨¢n que esta vez subi¨® al podio fue Oliver Klemet, segundo a 2.1 segundos de Rasovszky, campe¨®n mundial igualmente hace seis meses en Doha, tras ir escalando posiciones sin haber abandonado nunca ese primer grupo.
La pelea real fue por el bronce, entre un David Betlehem cuyo tramo final de las competiciones en aguas abiertas empieza ya a ser legendario, y Domenico Acerenza. Toc¨® primero el magiar, completando un doblete de su pa¨ªs, tan solo seis d¨¦cimas por delante del italiano. Ahora ¨²nicamente quedar¨¢ por esperar unos d¨ªas para comprobar si, con suerte, nadie ha sucumbido a las bacterias del Sena. Al ataque del Tibur¨®n, seguro que s¨ª.